13.11.17

Cuando te abraza el amor consecuente se difuminan los ecos del miedo

NO HAY VÍCTIMAS


En cada confrontación, en cada conflicto,
en aquello que juzgas como no deseado
surge siempre la sombra del victimismo,
no eres víctima del mundo que tu mismo has creado.

En cada situación que imaginas
se desplaza, dentro y fuera, así, la culpa
y permanece oculto en alguna esquina
el que mueve los hilos de la locura.


Esa voz que controla los mensajes
y distorsiona la luz de la mente
comprando todos los pasajes
para el viaje desde el inconsciente
y sin equipaje, vuela demente.
Pero inocente es el espíritu y hace
que se disuelva el error , de repente.

Cuando te abraza el amor consecuente
se difuminan los ecos del miedo
y llega la consciencia, luminiscente,
la culpa cae y se suicida el ego.

Y no hay más que una sola voz:
Donde hay paz la ira se disipa.
No hay víctimas en el corazón,
ni verdugos que apaguen la vida.

Ninguna voz puede controlar los mensajes
ni  distorsionar la luz de la mente.
Ni comprar siquiera los pasajes
para el viaje desde el inconsciente.
Ni siquiera existe el vuelo demente.
Porque inocente es el espíritu y hace
que se disuelva el error , de repente.

A.BARO


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