25.11.24

La vida no es esperar a que pase la tormenta. Es aprender a bailar bajo la lluvia.

LAS REGLAS DEL JUEGO                       

Mi madre siempre me decía que la felicidad es la clave para la vida. Cuando fui a la escuela, me preguntaron qué quería ser cuando fuera grande. Dije «feliz». Me dijeron que no entendía la pregunta… Y yo les respondí que ellos no entendían la vida. John Lennon

Si me preguntaran si soy completamente feliz, mi respuesta sería, prácticamente siempre, que no. Que lo sería si algunas circunstancias mejoraran, cambiaran o se resolvieran favorablemente. Casi siempre faltaría «algo» para sentirme feliz o, al menos, para sentirme plenamente feliz.

La vida muchas veces parece reducirse a tratar de modificar ese conjunto de circunstancias que «están mal», que serían las que nos impiden ser plenamente felices.

No habría nada de malo en esto si alguna vez realmente pudiéramos resolver esos innumerables problemas y finalmente alcanzáramos el estado de bienestar que tanto anhelamos. Pero pasan los años y esto parece suceder muy pocas veces.

La vida no es un problema que tiene que ser resuelto, sino una realidad que debe ser experimentada. Soren Kierkegaard

Tal vez el único problema real sea haber aceptado esta regla equivocada, haber adoptado la creencia de que la felicidad depende de la solución de ciertos problemas.

Quizás, si nos permitiéramos revisar nuestras creencias (que son las reglas con las que «jugamos» este juego tan particular que es la vida), podríamos definirlas de manera que podamos sentirnos bien siempre, con relativa independencia de lo que pase «afuera».

La vida no es esperar a que pase la tormenta. Es aprender a bailar bajo la lluvia.

¿Y si estuviéramos participando del «juego de la vida» con mucho empeño y con todo nuestro entusiasmo… pero ajustándonos a unas reglas equivocadas?

En cada momento de nuestras vidas, en cada circunstancia, casi sin excepciones, existen los suficientes elementos maravillosos como para colmarnos de dicha, de felicidad plena. Pero en lugar de asombrarnos y de disfrutar de lo que cada instante nos ofrece, pasamos por alto esos pequeños milagros, los consideramos ordinarios, naturales y cotidianos, y, en cambio, destacamos y nos concentramos en eso de lo que el momento carece.

La mejor «regla», entonces, es apreciar en cada circunstancia aquello con lo que la vida nos está agasajando, y disfrutarlo plenamente. Lo que hoy no tenemos (¡lo que no tenemos todavía!) será tal vez eso con lo que la vida, generosa y abundante siempre, nos sorprenderá en algún otro momento irrepetible…

Axel Piskulic

https://www.amarseaunomismo.com/las-reglas-del-juego/ 

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