EL MUNDO ESPEJO
Una persona que se
ha cimentado en 'las realidades de la vida' es como alguien extraviado entre
las estanterías vacías de un almacén, tratando de adquirir mercancías que ya
tienen la etiqueta 'Vendido' en ellas. Los únicos artículos en existencia son
de baja calidad, pero incluso esos tienen una etiqueta de alto precio.
En lugar de
simplemente echar un vistazo en el catálogo y formular un pedido, la persona
empieza a corretear por ahí confusa, poniéndose en largas colas, luchando con
uñas y dientes para empujar a través de la multitud, así como entrando en
conflicto con los comerciantes y otros compradores.
Como resultado, lo
que desea se le sigue escapando, mientras los problemas se acumulan. Tan triste
realidad surge ante todo de la conciencia de una persona, desde donde es gradualmente
materializada y se convierte en realidad. Cada ser vivo, con sus acciones directas
por una parte, y sus pensamientos por la otra, crea la capa de su mundo.
El mundo, como un espejo, refleja tu actitud hacia él. El mundo
literalmente concuerda con lo que tú piensas de él. ¿Pero por qué, por regla general,
las peores expectativas se verifican, mientras las esperanzas y los sueños no?
La imagen en el espejo es formada en la unidad del alma y la mente. Si la mente
no está en conflicto con las decisiones del corazón, o viceversa, entonces con un
incalculable poder la intención externa nace, y materializa el sector en el
espacio de variantes que corresponde a la imagen mental. En la unidad del alma
y la mente esta imagen adquiere un contorno bien definido, y es por lo tanto
inmediatamente materializada en la realidad.
Sin embargo, lo que sucede más a menudo es que el alma aspira, mientras
la mente está llena de dudas: el intelecto proporciona argumentos convincentes,
mientras el corazón permanece indiferente. Cuando la unidad se rompe, la imagen
se hace borrosa: el alma desea una cosa, mientras la mente sigue repitiendo
algo distinto. Y hay algo que incondicionalmente las junta la aversión y el
miedo.
Lo que sea que no
puedas soportar es lo que obtendrás, pero siempre... 'Mi mundo está cuidando
de mi.' Si
encuentras suerte, no olvides confirmarte a ti mismo que el mundo en verdad
está cuidando de ti. Proclama esta afirmación siempre que experimentes algo
bueno, no importa lo pequeño que sea. Cuando experimentes una circunstancia desafortunada,
sigue repitiéndote que todo es exactamente como debería ser. No importa cómo
vayan las cosas, tu reacción debe ser totalmente la misma que el mundo está
cuidando de mi en cualquier caso.