AMOR PROPIO
(Reflexiones con uno mismo)
“A la única persona que debes adorar, enaltecer y
brindarle toda tu energía es a ti mismo ya que la relación que tengas con tu
ser durará toda la vida!” – Esas palabras resonaron tan fuertemente en mi que
dejé de llorar… y mi maestro se acercó y dijo mirándome fijamente a los ojos:
no llores por un nadie, llora por ti…
Fue una lección que nunca olvidé y desde ese día me
dediqué a reinventarme, a construirme como un ser humano fuerte y a amarme y
mimarme. Costó, porque hay toda una programación cultural que nos dice que eso
de tener amor propio es de narcisos y ególatras, pero aprendí a recibir el amor
que yo mismo me brindaba y construí a pulso este ser que soy ahora.
Pienso que no hay mayor soledad que la de carecer de
la compañía de uno mismo. Si no eres capaz de buscarte, encontrarte, conocerte,
abrazarte y mimarte, difícilmente podrás hallarlo en los demás. Esto es algo
que solo cuando lo vives y lo sientes estas en condiciones de entenderlo e
integrarlo como un conocimiento que te acompañara, el resto de tu vida.
A diario llegan personas a mi consulta con la vida
resuelta pero con un gran vacío interior, que yo traduzco como la ausencia de
amor por ellos. Buscan desesperadamente que otros vengan a llenar esos vacíos y
no se dan cuenta que son ellos los que se abandonan porque se sienten
desvalorizados por otro u otras, sin entender que nadie te desvaloriza, que
eres tu mismo/a quien lo hace
La mayor parte de los humanos no sabe estar solos
porque creen que la soledad es de gente enferma, depresiva o antisocial. y la
sociedad se encarga de dar fuerza a ese pensamiento para que nadie quiera estar
solo y despierte a la realidad. Y lo más importante que despierte al
conocimiento de uno mismo, la clave de la felicidad.
Desarrollar el amor hacia uno mismo es un proceso
doloroso porque nos hace encontrarnos con nuestra soledad interior, con todo
aquello que no nos gusta de nosotros mismos y con el abandono en que nos hemos
tenido. Después debemos derribar todos los conceptos erróneos de que el amor
propio es malo o de egoístas y soportar la mirada crítica del resto. De ahí en
adelante todo resulta más fácil porque entre aprender a amarnos y brindarnos
toda la atención necesaria vamos reconstruyéndonos y fortaleciendo ese ser que
somos en realidad. El amor propio te permite ser verdadero ya que no volverás a
traicionar tu esencia para agradar a los demás, no volverás a hacer lo que se
espera de ti, simplemente harás lo que te haga sentir bien interiormente, lo
que te haga feliz.
Muchos se ríen cuando llaman y preguntan ¿Estás
solo? Y al responderles que no, preguntan ¿Con quién estás? Y les digo:
Conmigo… – Ah, entonces estás solo. – No, te he dicho que estoy conmigo
disfrutando de buena compañía. La mayoría me dice que estoy loco y les digo que
sí, que lo estoy, pero es una locura tan hermosa.
Le den las vueltas que quieran darle, la realidad es
que nadie, podrá estar bien con todos aquellos que lo rodean, mientras antes no
aprenda a estar bien consigo mismo.
Hasta
que no probamos el sabor de nuestro ser interno, vivimos de espalda a nuestra
propia identidad, identificándonos con lo que creemos que somos, y no con lo
que somos en realidad”.
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