VIVIR
Vivir, es
vibrar a cada instante, ante la emoción de percibir
la maravilla
de la creación que nos rodea.
Vivir, es
entender que cada minuto que transcurre no volverá.
Es atraparlo
intensamente, porque forma parte del tiempo,
que sabemos
que ha quedado en el ayer.
Vivir, es
saber dar lo mejor de nosotros, es vibrar en la bondad
y llevar a su
máxima expresión, nuestra capacidad de ser.
Vivir, es
gozar los momentos bellos
y desafiarse
a sí mismo ante las adversidades.
Vivir, es
aprender más cada día, es evolucionar y cambiar
para hacer de
nosotros un ser mejor que ayer,
un ser que
justifica su existir.
Vivir, es
amar intensamente a través de una caricia,
escuchar en
silencio la palabra del ser amado.
Es perdonar
sin réplica una ofensa,
es sentir la
presencia del otro,
es besar con
pasión a quien nos ama.
Vivir, es
contemplar apaciblemente, la alegría de un niño,
escuchar al
adolescente aceptando sus inquietudes sin protestar,
acompañar con
gratitud la ancianidad en su soledad.
Vivir, es
comprender al amigo ante la adversidad y aunque
se tenga mil
argumentos para contradecirlo o justificarlo
finalmente
sólo escucharlo y tener la capacidad de
regocijarse
ante sus triunfos y su realización.
Vivir, es
sentir que nuestro existir no fue en vano
y en la
medida en que nos atrevamos a dar
lo mejor de
nosotros en cada momento,
logremos
manifestar la grandeza de nuestra alma para amar.
Vivir, es
permanecer en paz ante la presencia de Dios
contemplando
en silencio la inmensidad de nuestro Ser.
Vivir, es vibrar
y sentir, es amar y gozar,
es observar y
superar, es dar y aceptar,
es ser y
permanecer, es comprender que nuestro tiempo
es lo único
que poseemos para realizar plenamente nuestro ser.
Miguel Ángel
Cornejo
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