La lección más importante de la vida es que no hemos de limitarnos por norma alguna

ABRE TU PROPIA PUERTA Y ENTRA EN TI   

A lo largo de nuestra vida, llamamos, abrimos y entramos en numerosas puertas, pero curiosamente no sabemos muy bien qué tipo de miedo hace que vayamos demorando el abrir nuestra propia puerta y entrar dentro de nosotros mismos.

Si aún no lo has hecho, este es el momento, entra en ti y comienza a disfrutar de sentirte en plenitud.

¿Qué quiere decir entrar en uno mismo?

Entrar en uno mismo significa iniciar el proceso de diálogo interno, significa comenzar y reforzar la comunicación con tu esencia, con ese yo que todo lo sabe y que siempre te guía.

Todo tiene un tiempo y todo tiempo llega. Todo lo que has hecho y lo que no has hecho hasta el preciso instante en el que decides entrar en ti, te ha traído irremediablemente hasta el ahora mismo, justo donde estás.

No te has equivocado nunca, no has ido más lento ni más rápido de lo debido, porque lo que has hecho siempre ha sido lo mejor que has podido con lo que tenías en cada instante presente, y eso es la perfección del ser que eres.

Es evidente que cada alma tiene un ritmo y un tiempo, y hay que respetarlo para que la evolución y la transformación sean armoniosas y coherentes con tus tiempos de aprendizajes (recoger experiencias nuevas) o de resonancias (recordar lo que ya tenías dentro).

Cuando es el tiempo de entrar en ti, lo sabes, lo sientes, lo decides…si antes no has podido o no has sabido cómo, es sencillamente porque no era el momento de tu alma aún.

Cuando llegas al momento de entrar en ti, ya has recorrido un camino, ya te has trabajado ciertamente, es la hora de ir más allá de tus fronteras mentales, es tiempo de andar descalzo por los confines de tu alma sintiendo que nunca los hubo y que todo lo que eres está en constante expansión.

Tu conciencia se expande y todo lo que te rodea adquiere una dimensión nueva, de mayor conocimiento y comprensión.

A veces necesitas dar la vuelta al mundo para volver al origen y comprender que tu hogar, donde habitas, siempre te acompañó donde fuiste.

A veces necesitas explorar y conquistar las experiencias más banales antes de comprender que la conquista es siempre íntima… pero también debes darte cuenta de que esas banalidades supuestas son tan necesarias como la vida misma.

Comprendes que tu vida es tu casa, tu herramienta fundamental para responderte todas tus dudas.

Comprendes que de esa duda de la que tanto huyes es de dónde vas a sacar más respuestas certeras.

Comprendes que en el umbral que separa tu yo externo de tu yo interno puedes descansar en el silencio de esa transición.

Comprendes que a veces no es necesario tomar decisiones, que no es necesario opinar, basta con observar atentamente.

Comprendes que tus emociones siempre han querido hablarte de ti… susurrarte sus mensajes, y que tan sólo piden de ti ser contempladas en el umbral del silencio.

Cuando entras en ti descubres que nunca ha existido ningún camino, que no hay herramientas ajenas a ti, que todo lo que extraes de fuera sólo son estímulos, y que el verdadero trabajo es interior, es íntimo. Donde se produce la unión íntima y sagrada contigo mismo.

La lección más importante que la vida nos enseña es que no nos debemos limitar por ningún tipo de normas, protocolos, estereotipos, creencias… simplemente porque no hay normas.

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