¿QUÉ ES EL EPICUREÍSMO?
El epicureísmo representa
un modo de vida centrado en la búsqueda de la felicidad y el placer. Esta
filosofía de la Antigua Grecia, ofrece una perspectiva única sobre cómo
alcanzar una existencia plena y serena. Además, nos enseña a valorar los
placeres sencillos y a evitar el sufrimiento innecesario.
La relevancia de este pensamiento trasciende su contexto
histórico, al ofrecer lecciones valiosas para el ser humano contemporáneo. A lo
largo de este artículo, descubriremos cómo sus enseñanzas aún son esenciales y
transformadoras en nuestra era.
La filosofía de Epicuro de Samos surgió en la Grecia del siglo IV a. C. Se desarrolló en un entorno rural, en contacto con la naturaleza, donde se debatía sobre la vida y la felicidad. La escuela fue conocida como «el jardín»; allí el cultivo de plantas y hortalizas se mezclaba con las discusiones filosóficas, en un clima de amistad y compañerismo.
La idea central es
que el placer es el fin último de la vida. Pero, a diferencia de lo que
muchos piensan, Epicuro promovía
un placer sutil, alejado de los excesos, con base en la tranquilidad y la moderación. En
ese sentido, el dolor y el miedo son los mayores obstáculos para la felicidad;
su filosofía se enfoca en minimizar estas emociones negativas, al buscar una vida de serenidad y
contentamiento.
Uno de los valores
centrales de sus enseñanzas era la importancia de la
amistad. Epicuro veía en las relaciones sólidas y el apoyo mutuo
una fuente esencial de placer y satisfacción. Distintos a otras escuelas, como
la Academia de Platón o el Liceo de Aristóteles, los epicúreos aceptaban el ingreso de mujeres.
¿Qué propone el epicureísmo?
A esta corriente de pensamiento también se la considera un
arte de vivir, dado que propone un camino hacia la paz interior, cualidad crucial para una vida plena. Además,
se trata de una concentración fundamentada en una concepción hedonista de la felicidad, pero no en
el sentido superficial o materialista. Y es que existe una diferencia entre el
epicureísmo y el hedonismo en la actualidad.
Para Epicuro, la verdadera felicidad, se logra a través del
placer genuino. El verdadero gozo no es una búsqueda descontrolada de
sensaciones efímeras, sino un
estado de ser que emerge de la tranquilidad mental y del bienestar corporal que
resulta de vivir en armonía y equilibrio.
La clave para alcanzar esta condición de plenitud radica
en liberar la mente de temores innecesarios y en encontrar
satisfacción en las cosas simples y naturales de la vida.
En la filosofía el placer acompaña al conocimiento. Pues
el goce no viene después del aprendizaje, sino que el aprendizaje y el goce son
simultáneos. ~ Epicuro ~
La cura de las cuatro partes
La búsqueda de la felicidad propuesta por el epicureísmo
puede resumirse en lo que Filomeno de Gadara denomina «la cura de las cuatro
partes»: La aceptación de cuatro imperativos básicos propuestos por la escuela.
1. No temas a los dioses
Para Epicuro, los dioses existen no como entidades preocupadas
por el destino humano o las vicisitudes del mundo terrenal,
sino como seres inmortales y bienaventurados que viven en un estado perpetuo de felicidad y satisfacción. Dada su
naturaleza, los dioses no tienen
interés en intervenir en los asuntos de los seres humanos. Por lo
tanto, no hay razón para temerles o buscar su favor.
La ausencia de intervención divina en nuestras vidas no
implica caos; más bien, es un llamado a reconocer y aceptar las limitaciones de
nuestra naturaleza y a buscar el orden y la estabilidad por nuestros propios
medios.
En última instancia, se enfatiza que, como seres humanos, tenemos la capacidad y la
responsabilidad de gestionar nuestras vidas y enfrentar las dificultades sin depender de intervenciones
divinas.
2. No te preocupes por la muerte
Los epicúreos abordan la cuestión de la muerte con una
perspectiva reflexiva y consoladora, contraria a muchos temores humanos
arraigados en lo desconocido. Para esta corriente, morir no es una experiencia que deba temerse, ya que dejamos de existir
tanto en el plano físico como en el mundo espiritual.
La muerte se convierte en una privación, pero no en un
estado de sufrimiento o angustia. Epicuro describe el alma como una entidad compuesta de átomos delicados
que se dispersan cuando el cuerpo ya no puede mantenerlos unidos, lo que
implica que al fallecer dejamos de ser.
Esta ausencia de conciencia después de morir significa que ni los vivos ni los muertos tienen una
relación real o tangible con la muerte.
3. Lo bueno es fácil de conseguir
Epicuro sostiene que alcanzar el placer y la ausencia de
dolor es más simple de lo que muchos piensan. Para él, hay ciertos deseos naturales y necesarios,
como comer o beber, que son esenciales para nuestra supervivencia y bienestar. Estos
deseos, al ser satisfechos, nos liberan del dolor y nos permiten vivir de modo
pleno.
Sin embargo, también
reconoce otros deseos naturales, como ciertos gustos, que, aunque
agradables, no son esenciales y no contribuyen de manera significativa a
nuestro bienestar general.
Es fundamental distinguir entre dichos deseos esenciales y
los innecesarios. Si bien es vital satisfacer nuestras necesidades básicas, el apego excesivo a deseos no
esenciales puede llevar a la insatisfacción y la infelicidad.
4. Lo terrible es fácil de soportar
Las experiencias dolorosas son pasajeras y, por lo general,
breves en comparación con la duración de la vida. Epicuro
afirmaba que incluso los dolores intensos no persisten de modo indefinido, y
aquellos que son crónicos de manera rara son tan intensos como para ser
insufribles.
Entonces, en cualquier situación adversa, sugiere que
podemos encontrar alivio centrándonos en las experiencias placenteras o en
anticipar momentos felices futuros.
En este sentido, el malestar físico puede ser contrarrestado
por el placer mental que surge al recordar experiencias agradables pasadas o al
imaginar momentos de felicidad venideros. De acuerdo con Epicuro, la capacidad de equilibrar y contrarrestar el
dolor con el placer mental subraya la
resiliencia inherente del ser humano y la naturaleza
efímera de las aflicciones.
El sabio no siente más dolor cuando es torturado que
cuando lo es su amigo, y morirá por él; porque si traiciona a su amigo, toda su
vida se verá confundida y totalmente trastornada por falta de confianza. ~ Epicuro ~
Epicuro y el placer
Como hemos dicho, no debe confundirse la propuesta hedonista
con la desmesura en los placeres sensoriales. Los seguidores del epicureísmo
buscaban la felicidad a través de las más diversas formas de placer. La filosofía misma es vista como una fuente
de felicidad, dado que no solo brinda conocimiento, sino que
constituye una actividad reconfortante para quien la practica.
La amistad también se presenta como una cantera inagotable
de donde se extraen los más nobles sentimientos. El apoyo mutuo y el compañerismo son vistos como elementos fundamentales
para el desarrollo pleno del ser humano. No obstante, la amistad no
tiene un rol instrumental, sino que cuando está madura, la satisfacción y los
padecimientos de amigos se experimentan en carne propia.
Cabe reiterar que hay placeres del cuerpo y del
alma. La creencia señala que los primeros se viven en el presente y
abarcan sensaciones libres con respecto al dolor; mientras que los segundos
implican procesos y estados mentales.
A su vez, dichos placeres, así como el sufrimiento, se
relacionan con satisfacer los deseos o apetitos necesarios y naturales
(abrigarse, comer, dormir, etc.), los no necesarios y naturales (amistades,
satisfacción sexual, tecnología, etc.) y los que no son ni necesarios ni
naturales (poder, dinero, fama, etc.). Esta corriente propone equilibrar los diferentes placeres, satisfaciendo
los distintos apetitos.
Una antigua filosofía aplicable en la actualidad
Aunque esta filosofía se desarrolló hace muchos
siglos, ha inspirado a varios
pensadores en el desarrollo de sus sistemas. Desde autores
medievales, hasta los modernos, encuentran cautivadores los planteamientos de
Epicuro. Tanto Marx, interesado por las ideas atomistas, como John Stuart Mill y su desarrollo de los distintos tipos
de placer, se han nutrido de esta milenaria corriente.
Muchas de las propuestas epicúreas pueden practicarse en el
día a día. Al reflexionar sobre estas, es factible reconsiderar nuestras
prioridades y valorar la serenidad, la amistad y el disfrute de los placeres
simples. El epicureísmo no
es solo una teoría filosófica, sino una guía práctica para una vida más
plena y satisfactoria.
https://lamenteesmaravillosa.com/el-epicureismo-en-filosofia/
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