PRIMERO, SENTIRSE BIEN
Muchas veces consumimos nuestros días intentando tratar de modificar ese conjunto de circunstancias que “están mal”, que serían las que nos impiden ser plenamente felices.
No habría nada de malo en esto si alguna vez realmente pudiéramos resolver esos innumerables problemas y finalmente alcanzáramos el estado de bienestar que tanto anhelamos. Pero pasan los años y esto parece suceder muy pocas veces.
Si no nos sentimos bien ahora, si no estamos
conformes con nuestro presente,
si no nos sentimos profundamente felices y
agradecidos
por lo que nos toca vivir en estos momentos,
entonces así permaneceremos… siempre!
Expresado así, esto parece ser una verdadera condena. Y en cierta forma lo es: estamos condenados a padecer, a menos que decidamos cambiar nuestra manera de pensar y elijamos ser felices.
De acuerdo a
Es como si el Universo nos dijera: “Muy bien, decidiste sentirte contento (o triste) otra vez… entonces vamos a regalarte más de esas experiencias que te ponen tan contento (o tan triste)”. Sentirse bien, además de ser muy agradable, determina la calidad de nuestras experiencias, de toda nuestra vida. Por eso es tan importante.
Sé que parece que si pasan cosas desagradables, nuestros pensamientos necesariamente serán negativos… pero en realidad siempre estamos eligiendo, aunque sea de una manera inconsciente. Muchas cosas maravillosas suceden todo el tiempo. Son pequeños milagros, que normalmente pasamos por alto por considerarlos ordinarios, con los que podemos despertar en nosotros una permanente emoción de gratitud y felicidad.
Axel Piskulic
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