LA FLEXIBILIDAD: El arte de la sabiduría
“Reconoce que eres una gota de agua y las otras gotas se fundirán
contigo para hacer un mar. No seas la gota de aceite que se separa del agua. Si
eres gota, eres gota. Si eres arena, eres arena. Pero si eres una gota, no
pretendas ser el mar, y si eres un grano de arena, no pretendas ser una roca,
ni una montaña”.
El significado de flexible es, según el
diccionario de la lengua en su 3ª y 4ª acepción:
3.- Que no se sujeta a normas estrictas, a
dogmas o a trabas.
4.- Susceptible de cambios o variaciones
según las circunstancias o necesidades.
En nuestra infancia hemos necesitado un promedio de mil ochocientas
caídas para aprender a andar.
Cada una de ellas nos ha enseñado un nuevo
matiz, que posteriormente, fue elaborado y convertido en experiencia. En
realidad, cada caída que sufrimos en la vida es un aprendizaje, una lección del
camino que no lleva implícita ni culpa, ni castigo, tan solo conocimiento y
mayor nivel de consciencia.
En ocasiones, cuando el ser humano cae,
habla de equivocación, sin tener en cuenta que los hechos acontecidos, han
tenido sentido en un contexto más amplio de su existencia. Y así como en
el “arte de la atención” lo importante no es despistarse, sino darse
cuenta de que uno se ha despistado, de la misma forma, en la vida, lo
importante no es “caerse o cometer errores” sino darse cuenta de todo
el entramado emocional y mental que subyace en la caída.