PUEDES
LOGRARLO
Nada ocurre sin
haberlo previamente imaginado.
¿Acaso queda alguna
duda de que todo lo que hoy “somos en la vida” se debe a que, en algún momento
de la misma, lo imaginamos y creímos que así sería? Nuestro grado de
desarrollo, nuestro nivel de fortuna, nuestra posición profesional, nuestro
modelo de pareja, amigos y relaciones... son como son porque algún día pasado
imaginamos justamente que así sería.
Soñar despierto es
algo más que una fantasía. En realidad, es una forma de crear futuro. El arte
de construir imágenes mentales, acerca de lo que uno elige vivir, no sólo puede
ser algo grato, sino que además es una “realidad atemporal” cargada de poder creador.
En realidad, el hecho de imaginar es poner los cimientos del logro.
El ser humano
dispone de una capacidad extraordinaria de reinventarse a sí mismo. Y conforme
conocemos mejor las potencialidades de nuestra mente, sabemos cómo aprovechar
la carga creadora de nuestros brotes de emoción. Conviene aprovechar la fuerza
motriz de los chispazos intuitivos para, a continuación, elaborar
inteligentemente nuestro destino. Las imágenes mentales alimentadas por el
sentimiento y la intuición suponen el impulso vital de nuestra futura
experiencia. Sin embargo, cuando uno imagina su vida futura, debe revisar sus
creencias limitadoras acerca de lo que cree poder y merecer. Recordemos que uno
merece todo lo que sea capaz de imaginar y sentir.
El éxito ocurre cuando
logramos nuestros objetivos pero, ¿acaso solemos crearnos objetivos? En caso
afirmativo, recordemos que si además ponemos por escrito los mismos,
reforzaremos intensamente nuestro inconsciente en la dirección imaginada.
¿Conocemos realmente nuestros objetivos? ¿Sabemos qué queremos de la vida? Si
se da el caso de que deseamos algo que hoy nos parece difícil e incluso casi
imposible, no saboteemos tales sueños. Recordemos que si de verdad deseamos
algo es porque tal guión, de alguna forma, está en nuestro camino.
En el fondo, lo
intuimos como posible sabiendo que las limitaciones tan sólo están en nuestra
mente. Tengamos coraje y eliminemos el temor a la frustración que pareció
acompañar algunos deseos del pasado. Confiemos que tras conformar nuestros sueños,
la propia mente profunda encontrará el camino para construir avenidas
neuronales hacia la experiencia.
El hecho de ser
capaces de crear el propio destino supone la obra de arte más importante de
nuestra vida. Construyamos nuestro destino con las cualidades y los valores más
sabios que seamos capaces de visualizar. El límite no existe, tan sólo lo ponen
nuestras creencias limitadoras. Primero soñémonos felices viviendo serenos y
lucidos, y tras el guión fundamental, vayamos poco a poco poniendo los detalles.
Si deseamos recrearnos en la tecnología del logro, convirtamos cada imagen en
palabras y escribamos un documento al Universo describiendo nuestra vida futura
como si todo lo que uno desea estuviera ya realizado. A los pocos años, nos
sorprenderemos de la precisión materializadora con que el Universo opera.
Para crear
inteligentemente nuestro destino, conviene inspirarse en la opción más sabia de
uno mismo. Si somos capaces de reconocer y admirar facetas óptimas de otros, es
que, de alguna forma, están en nosotros.
Construyamos la
dimensión de nuestra persona y nos sorprenderemos de la amable ingeniería con
que el universo apoya nuestra voluntad. Nuestra consciencia crea realidad. Es
por ello que para reinventarnos, podemos elegir con nuestros pensamientos, lo
que nos va a suceder.
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