LA EVOLUCIÓN DE LA CONCIENCIA
La evolución del
espíritu humano sigue la dinámica de cambios y transformaciones que caracteriza
a la evolución universal.
El ser vivo avanza
desde la ignorancia hacia la sabiduría y el amor y en ese largo camino
evolutivo, las sensaciones, la observación, la comparación, el juicio crítico,
las emociones, los sentimientos, los ensayos acertados o desacertados y el
desarrollo de las tendencias conductuales, permitirán la maduración fructífera
de las pautas y criterios con que ha de enfrentar nuevos conocimientos y
sentimientos.
Durante este proceso de asimilación de experiencias, el individuo incurre en tendencias equivocadas que se apoyan fundamentalmente en el orgullo y el egoísmo como facetas erróneas aún muy presentes en su naturaleza espiritual. Como consecuencia se generan conductas que acarrean dolor, desengaños, frustraciones, pero también maduración existencial.