25.3.24

El aprendizaje consiste en ser personas felices y que dar es la verdadera recompensa

EL CLUB DE LAS BUENAS PERSONAS

Hay personas tan empáticas y solidarias que se olvidan de atender sus propias necesidades emocionales para resolver compulsivamente los problemas de los demás. 

Hay personas que se pasan la vida pensando más en los demás que en sí mismos. Personas extremadamente empáticas y solidarias, cuya vocación consiste en ayudar a otros. De hecho, muchos profesionalizan esta pulsión innata con la que nacieron, convirtiéndose en médicos, enfermeros, psicólogos, asistentes sociales o voluntarios al servicio de alguna causa humanitaria. En muchos casos, incluso dedican sus vacaciones a enrolarse en alguna ONG, atendiendo a los más pobres y desfavorecidos. 

En su ámbito familiar y social, por ejemplo, suelen convertirse en la persona de referencia a la que el resto de amigos acuden cuando padecen algún contratiempo, problema o penuria.

16.3.24

Cual ave fénix renazco y me bebo las cenizas. Me libero y me complazco


EN ESTOS DÍAS GRISES                              


En estos días grises
donde la luz se esconde
entre las cicatrices
de lo que fuera horizonte

me recojo en la penumbra
en donde nace el futuro
y mi corazón vislumbra
que existe solo lo puro.

11.3.24

¿Cómo asumir la posibilidad del error? Con una gran confianza en nosotros mismos

ALGO MUY HUMANO: MIRAR PARA OTRO LADO

Estamos acostumbrados a mirar para otro lado cuando no nos gusta lo que vemos. Ni lo propio, ni lo ajeno. Es más cómodo, más fácil y, sobre todo, menos comprometido.

Enfrentar los retos de conocernos mejor y de esa forma descubrir nuestros puntos débiles, nos exige mucha energía y una gran dosis de valor porque nos obliga a asumir riesgos y a esforzarnos por superarlos.

Lo primero que debemos hacer es no entender los errores  como fracasos, sino como resultados de aplicar acciones inadecuadas en unas circunstancias de un momento determinado.

4.3.24

¿De qué servía esforzarse tanto si al final la retribución sería la de siempre?

LA CASA IMPERFECTA                        

UN CUENTO SOBRE LA DESIDIA

El cuento sobre la desidia nos enseña que en cada acción que realizamos va nuestro sello personal. Por otro lado, nos recuerda que si hacemos un buen trabajo, el futuro suele guardarse un momento para compensarlo.

La historia de la casa imperfecta cuenta que había una vez un hombre de modestos ingresos que tenía esperanza; es decir, que imaginaba un futuro mejor. El buen hombre realizaba cualquier actividad, por dura que fuera. Trabajaba con disciplina y poco descanso. Solo quería tener mayores ingresos y una vida cómoda para su familia.

Los trabajos que conseguía este hombre estaban, por lo general, muy mal pagados. Además, todos eran transitorios. Así que un mes tenía trabajo, pero luego pasaba dos o tres meses sin nada que hacer. Por lo tanto, las notas predominantes en su familia eran la escasez y las dificultades económicas.