DESEOS Y APEGOS
Los deseos son algo esencial en nuestras vidas. Son como la
brújula que guía nuestros pasos, que nos señala la dirección en la que queremos
avanzar. Nos permiten elegir entre diferentes opciones en todos los aspectos de
la vida. Y es el anhelo de ver cumplidos nuestros deseos lo que moviliza
nuestra energía y hace posible que nos dediquemos con entusiasmo y alegría a
aquellas actividades que más nos gustan.
Pero con frecuencia experimentamos la confusión de creer que la felicidad depende del cumplimiento de esos deseos, que se convierten entonces en apegos. Y por cometer este error inevitablemente pagamos un alto costo: experimentamos una gran frustración, alejamos la posibilidad de sentirnos plenamente felices… y finalmente lo más probable es que no consigamos eso que tanto deseábamos.
Disfrutar o desear?
La Ley de Atracción propone que
nos enfoquemos precisamente en esas cosas, situaciones o relaciones que nos
gustaría incorporar a nuestras vidas. Y los deseos constituyen el primer paso
para determinar qué es exactamente lo que queremos alcanzar. Pero la actitud
que favorece el cumplimiento de esas metas no es la de desear intensamente
(convirtiendo entonces a esos deseos en apegos) sino la de disfrutar,
imaginando con el mayor grado de detalle que esos deseos ya se han cumplido y
forman parte de nuestra realidad actual.
Visualización
creativa
La visualización creativa es una técnica sencilla y muy
poderosa… y además es muy agradable de practicar.
Propone abandonar la posición pasiva de quedarse anhelando
esas cosas o condiciones que tanto deseamos y comenzar a ejercer nuestro
milagroso poder creador.
Consiste en imaginar que nuestros deseos ya se han cumplido
creando en nuestra mente, con el mayor grado de detalle posible, todas las
imágenes, sensaciones y emociones que correspondan a esa situación que anhelamos,
tal como si ya fuera real.
Básicamente lo que hacemos al practicar la visualización
creativa es dejar de desear para comenzar a disfrutar. Porque mientras
permanezcamos en la posición de simplemente desear, lo que estamos haciendo es
reforzar las condiciones de carencia en las que nos encontramos.
Otra forma en la que los apegos «nos atrapan» es descrita en
detalle por Vadim Zeland en su trilogía «Reality Transurfing». Se trata de esas
situaciones en las que elegimos tomar partido por una posición y rechazamos con
energía las demás opciones. Un buen ejemplo es la política, ya que con
frecuencia la gente defiende ciertas ideas y combate otras de signo opuesto,
ignorando que de esta manera solo refuerza la situación de enfrentamiento. De
vez en cuando yo mismo termino discutiendo de política, aunque compruebo una y
otra vez que es muy raro que alguien cambie de opinión… las argumentaciones de
cada uno más bien parecen reforzar las convicciones del otro.
Vadim Zeland propone una analogía muy interesante. La
realidad sería como una exposición de arte. Es posible que los cuadros de una
determinada sala no nos gusten, pero no tiene sentido que reclamemos para que
los cambien. Si lo hiciéramos, si comenzáramos a protestar, no nos harían caso.
Y si finalmente con nuestras quejas generáramos un escándalo, probablemente nos
echarían del lugar sin considerar nuestros reclamos. Lo mejor es continuar
recorriendo la exposición hasta encontrar otra sala con cuadros que sí nos
gusten.
La realidad se comporta de una manera similar. De acuerdo a
la Ley de Atracción podemos modificar nuestra realidad individual, como quien
decide desplazarse de una sala a otra dentro de la exposición. Pero si nos
encaprichamos en que el gobierno, el país o el mundo cambien a nuestro gusto,
seguramente contrariando lo que otras personas desean, la realidad no puede
satisfacernos y simplemente nos hará a un lado para continuar enriqueciendo las
vidas de aquellos que sí respetan sus reglas.
Axel Piskulic
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