PRIMERO, SENTIRSE BIEN
Normalmente tratamos de alcanzar ciertas metas o esperamos
que sucedan algunas cosas, confiando en que entonces nos sentiremos mejor.
Si nos detenemos un momento a pensarlo, esa puede ser una
brevísima descripción de nuestras vidas.
Muchas veces consumimos nuestros días intentando tratar de modificar ese conjunto de circunstancias que «están mal», que serían las que nos impiden ser plenamente felices.
No habría nada de malo en esto si alguna vez realmente
pudiéramos resolver esos innumerables problemas y finalmente alcanzáramos el
estado de bienestar que tanto anhelamos. Pero pasan los años y esto parece
suceder muy pocas veces.
La Ley
de Atracción permite una nueva interpretación de estos hechos,
una explicación realmente revolucionaria:
Si no nos sentimos bien ahora, si no estamos conformes
con nuestro presente, si no nos sentimos profundamente felices y agradecidos
por lo que nos toca vivir en estos momentos, entonces así permaneceremos…
siempre!
Expresado así, esto parece ser una verdadera condena. Y en
cierta forma lo es: estamos condenados a padecer, a menos que decidamos cambiar
nuestra manera de pensar y elijamos ser felices.
De acuerdo a la Ley de Atracción, en todo momento estamos
atrayendo a nuestras vidas el tipo de situaciones que refuerzan nuestros
pensamientos y emociones más frecuentes. Y si habitualmente nos sentimos
decepcionados y disconformes, vamos tejiendo a nuestro alrededor una red de
eventos y relaciones que nos causarán más insatisfacción.
Es como si el Universo nos dijera: «Muy bien, decidiste
sentirte contento (o triste) otra vez… entonces vamos a regalarte más de esas
experiencias que te ponen tan contento (o tan triste)».
Sentirse bien, además de ser muy agradable, determina la
calidad de nuestras experiencias, de toda nuestra vida. Por eso es tan
importante.
Sé que parece que si pasan cosas desagradables, nuestros
pensamientos necesariamente serán negativos… pero en realidad siempre estamos
eligiendo, aunque sea de una manera inconsciente.
Muchas cosas maravillosas suceden todo el tiempo. Son
pequeños milagros, que normalmente pasamos por alto por considerarlos
ordinarios, con los que podemos despertar en nosotros una permanente emoción de
gratitud y felicidad.
Apreciar lo positivo
Un sencillo ejercicio para habituarnos a «apreciar» en vez
de «criticar»:
En cualquier circunstancia o lugar podemos mirar a nuestro
alrededor y formular un pensamiento positivo inspirado en lo que estamos
viendo. Casi en cualquier situación hay algo positivo para destacar. La idea es
hacerlo intencionalmente. Los pensamientos tienen el milagroso poder de
«atraer», de manera que se nos irán ocurriendo otros pensamientos positivos
relacionados. El objetivo es «entrenarnos», iniciar un círculo virtuoso que
lentamente vaya cambiando la «polaridad» de nuestra mente hacia lo estrictamente
positivo, de manera que mejoremos el tipo de experiencias que pasen a
integrarse a nuestras vidas.
Este ejercicio es uno de los muchos que proponen en el libro
«Pide y se te dará – Cuaderno de trabajo». Por lo que una segunda sugerencia es
que hagas lo posible por conseguir el libro (aunque sea una versión digital) y
veas qué más tiene para ofrecerte. Se trata de un libro muy sencillo, un
verdadero «clásico» acerca de la Ley de Atracción, con muchas otras ideas que
pueden aplicarse inmediatamente.
Y una última propuesta es ver (o volver a ver) una película
realmente buena: «El día de la marmota» (su título original es «Groundhog Day»,
pero también se la conoce como «Atrapado en el tiempo»). Se trata de una
comedia muy original cuyo protagonista aprende a transformar el peor día de su
vida en una sucesión de experiencias positivas y agradables, con sólo cambiar
su actitud y su manera de pensar.
Axel Piskulic
No hay comentarios:
Publicar un comentario