EFECTO MARIPOSA
El leve aleteo de una mariposa se puede sentir al otro
lado del mundo.
Este antiguo proverbio chino fue retomado por una nueva
corriente del pensamiento científico, la teoría del caos, que estudia las
enormes consecuencias que pueden desencadenarse, con el correr del tiempo, a partir
de eventos aparentemente intrascendentes.
La película El efecto mariposa se basa también en esta antigua idea y presenta la historia de alguien que consigue viajar al pasado y trata de corregirlo. Pero no puede prever la compleja serie de eventos que desencadena con cada nuevo intento. Así, cada vez que regresa al presente se encuentra con inesperadas novedades.
La idea es bien simple: hechos que parecen irrelevantes
pueden tener consecuencias inesperadas. Y como esas consecuencias seguramente
dispararán nuevas cadenas de eventos, a medida que el tiempo transcurre la
influencia de aquel hecho inicial se amplifica, se multiplica, puede
literalmente cambiarnos la vida.
Viajemos en el tiempo
También nosotros viajamos en el tiempo, claro que sólo hacia
adelante y apenas un segundo a la vez. Pero esto nos permite mirar hacia atrás
y analizar cómo fue que creamos este presente en el que vivimos ahora.
Y si sacamos las conclusiones correctas, esa información
podría servirnos para sembrar hoy las semillas de un futuro mejor.
Si miramos a nuestro alrededor seguramente encontraremos
circunstancias de nuestra realidad que podrían ser mejores en algún aspecto.
Claro que ya nada podemos hacer con las decisiones que tomamos en el pasado y
que nos trajeron hasta aquí, pero tal vez haya alguna idea que nos ayude a
actuar ahora, en nuestro presente, para crear el futuro que anhelamos.
Cómo crear un futuro
mejor
Como propone el efecto mariposa (es decir, la teoría del
caos), es prácticamente imposible prever todas las consecuencias de un
determinado hecho inicial. La realidad en la que vivimos es tan compleja,
involucra tantas variables, circunstancias y personas, que no podemos predecir
cómo se sucederán los acontecimientos. Tal vez actuemos con una intención muy
clara, pero no podemos conocer de antemano el resultado de nuestras acciones.
Propio es del hombre hacer planes, pero la última palabra
es de Dios. - Proverbios
Dicho de otra manera: El hombre propone y Dios dispone.
Pero claro que esta incertidumbre no nos impide actuar. Una
buena guía es hacerlo siempre de acuerdo a nuestra más íntima convicción.
Cuando hacemos algo convencidos de que es lo correcto, cuando se trata de un
impulso que surge desde lo más profundo de nuestro ser, lo más probable es que
el resultado sea positivo para nosotros y para las personas que nos rodean. Y
si las cosas no salen como esperábamos, al menos no tendremos nada que
reprocharnos.
Pero hay una estrategia todavía más efectiva para crear un futuro
mejor. Algo que podemos intentar en cualquier momento del día…
Arreglemos este
momento
El ego siempre está emitiendo juicios, normalmente
negativos. En cualquier momento podemos verificar esto con sólo preguntarnos
cómo nos sentimos. La respuesta del ego normalmente será señalarnos aquello que
está mal, que nos falta, que debería cambiar para ajustarse a sus caprichos.
Mientras termino de escribir este artículo, por ejemplo, la
vocecita de mi ego me recuerda que debería haberlo publicado la semana pasada,
y me hace repasar con culpa todas las actividades con las que me distraje y que
provocaron el retraso.
Cualquier persona que sea observadora y objetiva, podrá
comprobar que la misma situación se repite todo el tiempo. El ego nos hace,
siempre y a todos, el mismo tipo de comentarios: que ganamos poco, que los
políticos son corruptos, que tenemos sobrepeso, que la situación económica
empeora… En manos del ego cualquier tema es adecuado para generarnos alguna
emoción negativa. Puede hablarnos del mal tiempo, de los problemas del trabajo
o de los conflictos en la familia, pero siempre encontrará la manera de
señalarnos algo que nos disgusta.
Lo que podemos hacer en cualquier momento es despertar de
ese encantamiento en el que nos mantiene el ego a lo largo del día. Podemos
elevar por unos instantes nuestro nivel de consciencia, observar nuestro estado
de ánimo, identificar la emoción negativa con la que estamos enredados y
simplemente «desactivarla». Si a mi ego le parece que cometí una falta porque
no publiqué este artículo la semana pasada, es sólo porque él me fija unas
metas arbitrarias que normalmente no puedo cumplir. Y si lo hubiera publicado a
tiempo, seguramente habría encontrado otros errores para señalarme.
De acuerdo al efecto mariposa, cualquier cosa que hagamos
podría tener inesperadas consecuencias en nuestras experiencias futuras. Y de
acuerdo a la ley de atracción, si actuamos
mientras experimentamos emociones negativas estaremos atrayendo todo tipo de
problemas.
El ejercicio, entonces, consiste en «arreglar» cada
instante, aceptarlo tal como se nos presenta, perdonar lo que sentimos que
tiene de malo.
Si estamos preocupados, tendremos que aprender a confiar en
que las cosas saldrán bien. Si nos sentimos tensos, nos hará bien relajarnos.
Si estamos ansiosos, podremos serenarnos. Si nos sentimos solos, intentemos
disfrutar de la tranquilidad que nos rodea. Si estamos cansados, nos convendrá
hacer una pausa, tomarnos un café o dormir una siesta. Y si estamos aburridos,
podríamos ver una buena película… tal vez «El efecto Mariposa».
Axel Piskulic
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