24.11.25

La paradoja es que todos queremos ser Truman, pero nadie quiere descubrir que lo es

EL SÍNDROME DE SHOW DE TRUMAN

DELIRIOS MODERNOS EN LA ERA DE LA EXPOSICIÓN

En 1998, la película The Truman Show, protagonizada por Jim Carrey, planteó una idea tan interesante como inquietante: un hombre vive toda su vida dentro de un gigantesco plató televisivo sin saberlo, rodeado de actores que fingen ser su familia, sus amigos, sus compañeros de trabajo. 

Todo su mundo es una ilusión diseñada para el entretenimiento del público. Lo que entonces parecía una fábula satírica sobre los límites del espectáculo, años después se convirtió —literalmente— en un diagnóstico clínico.

El llamado Síndrome de Show de Truman (o simplemente “síndrome de Truman”) describe una forma de delirio persecutorio en la que el individuo cree que su vida está siendo grabada y retransmitida en tiempo real, como parte de un programa de televisión o una simulación. 

17.11.25

Nada es bueno, nada es malo. Todo te enseña a vivir y todo el amor expresa

 
                                      DEJAR IR                                     

Dejar ir no es escapar,
es no resistirse a sentir y soltar.
Deja las penas volar,
verás que empieza a remitir
el dolor y vuelve la paz.

10.11.25

El pasado puede ser un sofá para lamentarnos o un trampolín hacia nuestros sueños

EL PASADO COMO TRAMPOLÍN        

Puede que alguien nos hiciera mucho daño o que nos desilusionáramos, puede que las circunstancias acabasen por no ser como realmente esperábamos en el pasado. Una palabra no pronunciada, un error que no aceptamos o un comportamiento que no esperábamos pueden construir cadenas en nosotros, haciéndonos presos de nuestras propias circunstancias.

El pasado puede pesarnos, incluso generarnos un gran sufrimiento cada vez que lo rememoramos. Echar la vista atrás o vivir constantemente recordando lo que ocurrió sin aprender de ello nos ata a los reproches, a la culpa o a la crítica sin permitirnos avanzar.

3.11.25

Jugar es darle al cuerpo y a la mente la oportunidad de moverse sin objetivo

VOLVER A LO SIMPLE                           

LA IMPORTANCIA DE JUGAR

Hay una idea que se repite sin que nadie la diga en voz alta: hay que ser productivos. Desde pequeños aprendemos que lo importante en la vida es hacer, rendir, lograr cosas… Se nos premia por cumplir, por no perder el tiempo, por aprovechar cada minuto, y es que vivimos en una época en la que descansar da culpa y “no hacer nada” parece casi un pecado. 

Pero esa exigencia constante de producir tiene un precio, pues acabamos acumulando altos niveles  estrés, y sentimientos continuados de no llegar a todo.

El trabajo, que alguna vez fue solo una parte de la vida, ha terminado ocupándolo todo. La mayoría de nosotros ya no descansa por placer, sino para recuperar energías y poder rendir otra vez.