DIÁLOGOS CON UNO MISMO
Cuantas veces pensamos a lo largo de nuestra existencia, que la vida que
estamos viviendo no es aquella que deseábamos vivir. Entonces un cierto día
soñamos con romper con todo y ser otra persona, ese YO interno que nunca vio la
luz, y empezamos a buscar respuestas, soluciones y nuevos caminos en el
exterior. Pero debemos preguntarnos: ¿Y si las respuestas, las soluciones y nuevos
caminos están en nuestro interior?
Decía Oscar Wilde:
“Lo menos frecuente en este mundo es vivir, la mayoría de la gente existe”
“Lo menos frecuente en este mundo es vivir, la mayoría de la gente existe”
El siglo XXI es la era de la comodidad, el lujo y lo material, pero este
sistema de vida produce cada vez en mayor número de seres humanos, una gran
insatisfacción y un gran vacio interior.
Decía Ortega y Gasset
“La vida cobra sentido, cuando se hace de ella una aspiración a no renunciar a nada”
“La vida cobra sentido, cuando se hace de ella una aspiración a no renunciar a nada”
Hace décadas se nacía con una biografía escrita, el destino estaba
trazado de antemano con unas señas culturales, sociales e ideológicas casi
inamovibles, pues las tradiciones familiares eran un freno. Hoy afortunadamente
no es así, el futuro es un futuro abierto y es una obligación moral de cada ser
humano trabajar en él, debemos diseñarlo y pulirlo como a nosotros nos guste,
al fin y al cabo es donde vamos a vivir el resto de nuestra vida.
Quien no se ha
preguntado en algún momento de su vida, si la vida que ha construido es la
adecuada, si se parece en algo a la vida que un día soñó vivir.
En numerosas ocasiones después de plantearnos esa cuestión, la angustia
nos invade y nos hacemos miles de preguntas, la mayoría de veces sin respuesta
¿Debo insistir en la búsqueda de mi yo interno? ¿Es la vida la que se ensaña
conmigo o soy yo el responsable de todo lo que me ocurre? ¿Debo hacer los
cambios en mi vida necesarios para encontrar la armonía o debo esperar que
ocurra un milagro que me haga sentirme en plenitud?
Esta crisis de indecisión lógicamente es mas fuerte aun, para aquellos
que piensan que es la única vida que van a vivir.
En la sociedad actual cada vez son más los seres humanos que se sienten
vacíos, por eso es muy importante que, al primer síntoma donde notemos que algo
va mal en nuestro interior, paremos y nos dediquemos un tiempo para nosotros
mismos, para la reflexión, la meditación.
Teniendo en cuenta como referencia que la relación con nosotros mismos,
con nuestros amigos, con nuestro entorno laboral y nuestra estabilidad
sentimental son los cuatro pilares básicos sobre los que se sustenta toda
nuestra vida.
La pregunta clave
para ser conscientes de lo que nos pasa será ¿como sabemos que algo va mal?
Pues muy sencillo cuando notamos que lo que estamos haciendo no nos satisface,
que no tenemos armonía, que no estamos a gusto con nuestro día a día en
cualquiera de sus aspectos, el familiar, el laboral, el sentimental y el
social.
Es el momento de ser sinceros con nosotros mismos, escuchar esa voz
interior, la voz de nuestra conciencia que siempre nos dice lo que será bueno
para nosotros y seguidamente preparar los cambios necesarios para encontrar el
camino que nos lleve de nuevo a sentirnos bien con nosotros mismos.
No hacer esto cuando sentimos el primer síntoma, significa que cada vez
nuestra insatisfacción será mayor y lógicamente cada vez nos costará más
aplicar los cambios necesarios en nuestra vida para ser felices.
Para empezar es bueno alejarse de ciertas rutinas e inercias que no nos
conducen a nada. Empezar a diferenciar lo que queremos ser realmente de aquello
en lo que nos hemos convertido, diferenciar lo que hacemos de lo que sentimos y
sobre todo tomar conciencia de las emociones que son nuestras y de las que nos
han sido inducidas desde fuera.
Conviene recordar que el dolor es necesario, pero el sufrimiento es
opcional, por eso seamos conscientes que nosotros somos los que tenemos en todo
momento que llevar el timón y marcar el rumbo que nos lleve a la vida que
realmente queremos llevar, siendo conscientes también que esa tarea solo se
logra con esfuerzo y trabajo.
El primer paso para encontrar la vida deseada por nosotros, es el deseo
de evolución interior, seguido del conocimiento de saber que dentro de nosotros
están todas las potencialidades necesarias para ese cambio, tan solo es
cuestión de sacarlas al exterior y llevarlas a la práctica.
A continuación eliminar el miedo a los cambios en nuestra vida y tomar
conciencia que somos los dueños de nuestro futuro, del resto de nuestra vida,
no aceptando en nuestra mente la idea conformista tan extendida de “La vida es
así”
Eliminar de nuestra mente el conformismo y alejar de nuestro pensamiento
que ya es tarde para empezar de nuevo. Cambiar es un reto constante en nuestra
vida, todo el universo está en constante movimiento, todo cambia nada permanece
inamovible, y nosotros también estamos sujetos a esta Ley Universal.
No debemos tener miedo a cambiar lo que no nos guste, debemos temer mucho
más vivir una vida no deseada por nosotros, por que dicha elección dará como
resultado vivir sin armonía, sin libertad y sin felicidad.
Cambiar es un desafio, cambiar es un viaje largo y emocionante, un
apasionante viaje de nuestro interior a nuestro exterior, donde no tenemos nada
que perder solo aquello que no nos gusta.
En definitiva y a
modo de reflexión final, una frase llena de sabiduría:
“La vida esta
llena de oportunidades para ser feliz, tan solo es cuestión de no ponerle
trabas a esa inclinación natural”
Esteban
Pérez López
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