HAZ DE TI UN LUGAR DE PAZ
Uno de los estados
deseables por excelencia es la paz. Lo que no significa la inmovilidad, el
ascetismo o el aislamiento.
Paz es equilibrio,
armonía, ausencia de ruido, sensación de bienestar, serenidad en la agitación,
quietud en la movilidad.
Se puede estar en
paz en medio de la guerra. Se puede lograr la paz a pesar de que te rodee el
infierno. Se puede crear paz a partir de las cenizas de la batalla. Porque la
paz nace y emana de una actitud honesta, bondadosa y compasiva.
¿Hay algún lugar de paz en el que te encuentres así? ¿Es tu propio cuerpo un lugar de paz? ¿Hay paz en tus ojos, en tus manos o en tu boca?
No estamos en un
mundo propicio para la paz. La prisa nos devora. La agitación justifica la
magnitud de las tareas. Lo “movido” es lo que triunfa. El quieto, lo parado, el
silencio, la lentitud… se han asimilado a lo tonto, lo estúpido, lo ineficaz,
aquello sin resultados, en definitiva, el camino más rápido hacia la
desaparición.
Hemos dejado de lado
el mundo del sosiego. Todo lo que se relaciona con la observación, con la toma
de contacto con lo que hay detrás de lo que parece real, con la verdad que
tiembla tras la rapidez, no sirve.
No nos damos cuenta
de que, en lo lento, en el dejar tiempo para reposar el pensamiento o dejarlo
pasar está precisamente el estado de bienestar que nos regala la paz.
Pregúntate de
nuevo. ¿Dónde y de qué modo está en mi la paz? o, por el contrario,
¿soy un perfecto modelo del dibujo mal delineado del mundo actual?
Tú tienes la
respuesta. Cuando te respondas no olvides que siempre, y en cualquier momento,
puedes volver a elegir.
https://lacienciadelespiritu.blogspot.com/2023/02/haz-de-ti-un-lugar-de-paz-reflexiones.html
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