FILOSOFÍA DE LA LIBERTAD
La disputa entre el libre albedrío y el determinismo
La libertad es un concepto problemático por su multiplicidad
de significados. En este artículo indagaremos dos perspectivas: el libre
albedrío y el determinismo.
Ser libres parece un hecho incuestionable. Sin embargo,
precisar un concepto al respecto quizás implique una vaga contestación. La filosofía reflexiona mucho sobre la
libertad y, con base en ella, en este artículo
plantearemos respuestas a la cuestión. Además, explicaremos lo concerniente al
libre albedrío y el determinismo.
Y es que los filósofos debatieron sobre la libertad con amplitud, de manera que sus argumentaciones resultarían esclarecedoras al momento de establecer una posición frente al fenómeno de la libertad.
Quien vive temeroso, nunca será libre. ~ Horacio ~
¿Qué es la libertad según la filosofía?
La historia de la filosofía demuestra que aún hoy no hay
consenso absoluto respondiendo qué es la libertad. Sin embargo, es posible
destacar características que ayuden a clarificar esta temática.
Lo inicial es su etimología. La palabra libertad proviene del latín libertas, que
significa ‘la condición del hombre que es libre’. Es decir, alude al
ciudadano que es autónomo. Esta noción está muy asociada con la concepción de
Aristóteles como animal político.
De acuerdo con este filósofo, la libertad es la
capacidad que tenemos los seres humanos para decidir con autonomía mediante la
razón. Es una libertad política en la medida en que se puede participar de
la vida social siempre y cuando no estemos privados de ella, como es el caso de
los esclavos y los sometidos.
Por tanto, cabe decir que la filosofía de la
libertad considera a este concepto como una facultad natural, una condición o
un estado propio del ser humano. De esta manera, entramos en la disputa
entre las nociones de libre albedrío y el determinismo. ¿Qué significan?
Libre albedrío: una perspectiva desde la filosofía de la
libertad
Según la Enciclopedia de Filosofía de Standford, el libre albedrío
es un concepto filosófico que se utiliza para designar la capacidad que
tenemos los seres humanos de decidir entre varias alternativas. En otras
palabras, para la filosofía se trata de la libertad de elección sin ningún tipo
de condición previa que guíe la decisión.
Este término, así considerado, es problemático para varios
filósofos. Uno de ellos, Spinoza, sostiene que la libertad que creemos tener no debe
reducirse a la capacidad de decidir.
Es así porque podemos conocer los motivos que guían nuestros
deseos, pero no las causas que determinan la acción. En este sentido, el
deseo o el querer no puede ser la única causa de nuestra libertad, tiene que
haber algo más profundo.
Yo llamo libre a lo que existe y actúa simplemente por la
necesidad inherente a su naturaleza; y llamo forzado, a aquello cuya existencia
y acción está determinada por otra cosa de manera exacta y fija. ~ Spinoza ~
A pesar de esta salvedad que realiza Spinoza, los filósofos
antiguos como Platón y Sócrates defienden la libertad a su manera.
Concepción platónica de la libertad
Aristóteles no fue el único filósofo de la antigüedad que
relacionó la libertad con la naturaleza del individuo y su rol social. Un
artículo publicado por la Revista Archai, sostiene que la libertad
para Platón tiene que ver con el autodominio y con el cumplimiento
de los deseos según el lugar social que ocupan en la ciudad.
En este sentido, Platón defiende que la libertad está en el
dominio racional de nuestros deseos irracionales. Más aún, la verdadera
libertad reside en el cumplimiento racional de los deseos que nos corresponden,
según el lugar que ocupamos en la ciudad.
Entonces, no tendría sentido desear gobernar cuando nuestro
rol es el de ser zapateros. Recordemos que, para este filósofo, la
sociedad se divide en estamentos que vienen por naturaleza. Es decir,
ocupamos el lugar que nos corresponde por dicha naturaleza.
Concepción socrática de la libertad
El concepto de libertad que sostiene Sócrates es similar al de Platón, aunque con una
diferencia fundamental, la
libertad para este filósofo tiene que ver con el autodominio y la autarquía.
En el autodominio se trata que el sujeto se domine a sí
mismo y no se deje llevar por los placeres, los impulsos o las necesidades
corporales; exigiendo un gran conocimiento y control personal.
Por su parte, la autarquía se refiere a la
autonomía: no necesitamos nada externo y superficial para vivir.
De esta manera, seremos en verdad libres, ya que no tenemos necesidades vacías,
resultado de nuestro propio autodominio.
El determinismo y su implicación en la libertad desde la
filosofía
La Revista de Artes y Humanidades alega que en esta forma
de concebir la libertad existen causas, ajenas a nosotros, que
determinan nuestras acciones. Esta postura se nutre de la física y su
planteamiento de que existen leyes prefijadas, independientes a los seres
humanos.
En este sentido, no seríamos seres completamente
libres porque existen causas que nos preceden y determinan el curso del
accionar.
Esta perspectiva no está fundada solo desde la física. La
filosofía tiene dos posturas para considerar al mundo: la dualista y la
monista. El dualismo se refiere a la división entre sujeto y mundo,
es decir, existo yo, pero también existe algo que no es yo y funciona según sus
propias leyes. En cambio, en el monismo existe una unidad entre esos
dos polos separados, negando o borrando los contrastes entre ambos.
El determinismo, entonces, se sitúa en la postura
monista: estamos determinados por leyes causales de la naturaleza. Sin
embargo, ¿qué sucede con el sujeto? ¿Acaso no tiene algo que aportar a esta
naturaleza determinante?
Determinismo de Nietzsche
El filósofo alemán Friedrich Nietzsche tiene una concepción particular de
la libertad, no del todo adherida al determinismo, pero sin duda alguna niega
el libre albedrío. La Revista de Filosofía y Teología Veritas indicaba
que para Nietzsche, la sociedad es la que determina la norma general de
la libertad; se habla de un determinismo.
Sin embargo, el filósofo se opone a esta determinación de la
libertad impuesta por la sociedad, ya que impide el desarrollo de la verdadera
libertad del ser humano. Dicha idea o noción significa para Nietzsche ser
nuestros propios artífices. En otros términos, ser libres es pensar y
hablar desde nosotros mismos y no desde las opiniones que dicen otros.
Por tanto, podemos decir que para el filósofo alemán nuestra
libertad social es restringida; mientras que la verdadera reside en nosotros y
no en él y los otros.
Entonces, ¿la libertad es el libre albedrío o el
determinismo?
No podemos establecerlo con claridad. Los filósofos continúan
el debate de modo que parece no tener fin. Sin embargo, es posible rescatar de todo lo dicho que es
un hecho nuestra libertad.
Sea que la consideremos en un sentido restringido por
fuerzas exteriores a nosotros o apostemos por la capacidad de decidir el curso
de nuestras acciones, tenemos libertad. Los matices son importantes, pero
reflexionar sobre ella en una sociedad que parece exigirnos cada vez más y más,
puede darnos un poco de tranquilidad.
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