EL ARTE DE SER SABIO
IGNORAR CON INTELIGENCIA
Ignorar con inteligencia nos permite ganar en salud mental y
en equilibrio. Para conseguirlo debemos aprender a tomar mejores decisiones en
el día a día
Sabio no es aquel que acumula muchos conocimientos y
experiencias. Sino más bien quien sabe utilizar de forma efectiva
cada cosa aprendida y, además, sabe ignorar con inteligencia todo aquello que
no es útil, que no le permite crecer para avanzar como persona.
Sabiduría es también saber diferenciar el lastre de lo que le ofrece energía. Porque vivir es, al fin y al cabo, economizar y tener claro qué es lo importante.
Ahora bien, parece que la mayoría no aplicamos esta sencilla
regla. Según un estudio del doctor Gilber, de la Universidad de
Harvard, las personas tenemos una capacidad asombrosa de centrar la
atención en cosas “que no están sucediendo”. Nos preocupamos por
aspectos que no son importantes minando así nuestra capacidad de ser felices en
el “aquí y ahora”.
El arte de saber ignorar con inteligencia no es fácil de
aplicar en nuestro día a día. Se debe, sobre todo, a que ignorar supone
en muchos casos alejarnos de ciertas situaciones e incluso de personas.
Estamos ante un acto de auténtica valentía, que debe venir precedido por un
tipo de discriminación meditada.
La primera regla de la vida nos indica que la persona más
sabia es aquella que sabe ser feliz y que es capaz de eliminar de su existencia
todo aquello que le hace daño o que no es útil.
Ignorar con inteligencia es aprender a priorizar
Ser feliz es para
muchos un arte donde en un momento dado, se aprende por fin a elegir, a tomar
decisiones. Es más, trabajos tan interesantes como el llevado
a cabo en la Universidad de de Oviedo por el psicólogo Ignacio Madera, nos
explican que este proceso cognitivo es clave para el bienestar y equilibrio
personal.
Para ello, es
necesario adquirir una perspectiva no solo más positiva de las cosas,
sino también más realista, ahí donde el autoconocimiento y la autoestima siempre serán
fundamentales.
Cómo aprender a establecer prioridades
Para aprender a establecer prioridades es necesario
dar a cada cosa que nos rodea su auténtico valor. No el que puede
tener de manera objetiva, sino el que puede acumular en función de nuestras
necesidades y deseos.
Para conseguirlo, debemos atender estas dimensiones.
- Si
nos cuesta elegir entre lo que es importante y lo que no, es porque tenemos un conflicto interno entre
las cosas que queremos y las que sabemos que nos convienen. Además,
tenemos miedo a “quedar mal”, “hacer daño” o incluso a actuar de una forma
diferente a como esperan los demás si nos atrevemos a romper vínculos.
- A
mayor nivel de estrés y ansiedad, más nos costará establecer prioridades.
Así pues, reflexiona sobre qué situaciones y qué personas tienen auténtico
valor para ti en momentos de calma personal, cuando te notes más centrado
y relajado.
- Piensa
en aquello que es importante para ti y no para los demás. No temas
a las críticas ajenas o lo que puedan pensar por las decisiones que
quieras tomar.
- Entiende
que priorizar no es únicamente ignorar con inteligencia lo que nos
hace daño. Es por encima de todo, reorganizar nuestra vida
para encontrar espacios propios para ser felices.
Ignorar personas también es saludable
Según un interesante trabajo publicado en la revista Livesciencie, las relaciones personales que nos ocasionan estrés o sufrimiento afectan
a nuestra salud mental. Experimentamos un aumento de cortisol en sangre
y de la presión arterial, hasta el punto de correr el riesgo de sufrir
problemas cardíacos severos. No merece la pena.
Aprender a ignorar a quienes no nos aportan nada
No se trata de ir a malas ni de hacer uso
de chantajes. Ignorar con
inteligencia es un arte que puede llevarse a cabo con elegancia y
sin llegar a extremos innecesarios. Para ello, ten en cuenta estos puntos sobre
los que reflexionar.
- No
te preocupes por lo que no puedes cambiar. Acepta, por
ejemplo, que ese familiar seguirá teniendo esa actitud cerrada, que
tu compañero de trabajo va a ser igual de entrometido. Deja de acumular
emociones negativas como rabia o frustración y limítate aceptarlos tal y
como son.
- Ignora críticas ajenas mientras aumentas tu propia
confianza. Es muy posible que en el momento en que decidas poner
distancia de quien no te interesa, aparezcan los reproches. Entiende que
las críticas no te definen, no eres tú. Fortalece tu autoestima y saborea
cada paso que das en libertad lejos de quien te hace daño. Es un
triunfo personal.
- Es
importante aprender a discriminar los actos de supuesto altruismo: Cuando la ayuda es un acto interesado.
Hay quien nos repite aquello de “yo lo hago todo por ti, para mí
eres lo más importante”, cuando en realidad la balanza de esa
relación se inclina siempre hacia un lado que no es el tuyo. Nunca existe
el equilibrio.
- En
la vida merece la pena contar con “personas” y no acumular “gente”. Cuanto
más ligero, mejor. Así pues, prioriza y avanza ligero. Ligero de
enfados, rabia, frustraciones y, sobre todo, de personas que
lejos de valer la alegría solo valen penas y distancias.
Para concluir, un
modo de ganar en bienestar y paz mental es aprender a tomar decisiones más
valientes y en armonía con las propias necesidades. Pongámoslo
en práctica.
El arte de ser sabio es comprender qué vínculos es mejor
dejar de alimentar sin tener ninguna carga de conciencia por haber dicho “no” a
quien jamás se preocupó en decirnos “sí”.
https://lamenteesmaravillosa.com/el-arte-de-ser-sabio-consiste-en-ignorar-con-inteligencia/
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