LO QUE NO NOMBRAMOS DEJA DE EXISTIR…
… Pero tiene consecuencias
¿A dónde van los miedos que no tienen nombre? ¿Dónde se
ubican las emociones que hemos dejado pasar sin llegar a nombrar? ¿Cómo
tratamos lo que nos hace daño si en vez de enfrentarnos a ello lo evitamos?
¿Qué lugar eligen aquellos sueños que no llegan a ser hechos? Todo aquello que
no nombramos deja de existir.
Que deje de existir no significa que deje de hacer daño, tan solo deja de tener efecto para el mundo, pero no para nosotros. Sigue doliendo igual cuando no hablas de aquello que te molesta de los demás o lo que te enfurece por dentro. Sigue doliendo cuando golpean tu autoestima y te hacen pequeño, pero si no lo cuentas, deja de existir.
¿Cómo podemos definir nuestros miedos si no les damos nombre? Cuando
los nombramos les damos forma y con ello posibilidades de enfrentamiento y
superación, pero si no lo hacemos, los miedos empequeñecen. Podemos hablar de
una niebla, con un gran valor para nosotros, pero sin nombre, sin identidad,
sin posibilidades de hacerle frente, poderosa y que solo existe en nuestra
cabeza.
Manual de supervivencia:
Tragarse
el orgullo no engorda.
Ir de
duro no te hace más fuerte.
Las
lágrimas salen, pero también llenan.
Perdonar
engrandece.
Pedir
perdón te hace inmenso.
Preguntar
te hace sabio.
quedarte
con la duda te vuelve imbécil.
Amar no
es de débiles.
Odiar es
para el corazón débil.
Quererte
a ti mismo es necesario.
Ser tú mismo es esencial”.
-Iván Izquierdo-
¿Cómo nos afecta aquello que no nombramos?
¿Sabías que un tercio de las personas que acuden al médico
tienen síntomas sin ninguna explicación médica? El dolor no se encuentra en lo físico
sino en lo psíquico, pero ¿qué ocurre? Que sigue doliendo igual. Se queda por
dentro sin poder salir y se convierte en dolor, en daños en el cuerpo y en la
piel. Todo aquello que no
nombramos, no dejamos que salga, deja de existir para los demás.
Cuanto más tiempo pasamos a solas con nuestro dolor, cuanto
más grande se hace desde dentro y no dejamos que salga más posibilidades
tenemos de enfermar. Cuando vemos, pero callamos, cuando oímos, pero no
ayudamos o cuando duele, pero no curamos. Estas son formas, son maneras de
hacer enfermar nuestro cuerpo y nuestra alma, son formas de hacernos daño,
porque no damos nombre a lo que nos rodea.
El sufrimiento a
solas, quema por dentro, por ello no hay mejor cura que poner nombre a lo que
nos mata por dentro, poner nombre a nuestros miedos y a nuestros sueños, poner nombre a lo que
creemos injusto, y al nombrarlo es cuando tenemos el poder de hacer algo con
ello, de trabajarlo y enfrentarlo, de ser más fuertes que él porque ya tienen
imagen y forma, ahora es cuando somos dueños de ello.
“Cuanto más tiempo se sufre en silencio, más enfermo se
está”. -Paulo Gaefke-
¿Por qué no es bueno reprimir lo que llevamos dentro?
Lo que no nombramos
no es posible que la gente lo entienda y por ello, no podemos ser ayudados.
Es tan solo una mochila que cargamos, pero nadie la ve y como consecuencia, no
repartimos peso. Es una carga que almacenamos en solitario, ya que solo nos
atormenta y nos persigue a nosotros.
Las emociones juegan un importante papel en la vida humana,
por lo que regularlas resulta esencial tanto para nuestra salud mental como
para nuestra salud física. Según explican los científicos Philippe Goldin
y James Gross, en un artículo, las emociones tienen un correlato en nuestro
patrón de actividad cerebral, sean expresadas o no. Asimismo, reflexionar sobre las emociones ayuda a
reducir el impacto negativo en el cerebro y en el psiquismo.
Saber expresar lo que sentimos y la
situación en la que estamos, nos hace liberar al menos parte del dolor o
el daño que pueden habernos hecho. Cuando identificamos las emociones que se
derivan de una situación (miedo, alegría, ira…) estamos más cerca de
enfrentarnos de manera inteligente a ella. Cuando hablamos, sanamos, cuando vaciamos
por dentro, hacemos más pequeño el problema porque podemos compartirlo. Cuando
nombramos, le damos entidad al problema, que de todas formas, tenemos que
enfrentar.
https://lamenteesmaravillosa.com/aquello-que-no-nombramos-deja-de-existir-pero-tiene-consecuencias/
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