EL INSTINTO DE SUPERVIVENCIA
Aunque todos nosotros estamos programados para sobrevivir,
hay personas con unos recursos de resiliencia y adaptabilidad extraordinarios.
Son hombres y mujeres capaces de hacer frente a situaciones extremas.
Puede que este dato te sorprenda, pero a tu cerebro no le preocupa demasiado que seas feliz: lo que quiere es que sobrevivas. Este y no otro es el fin más decisivo de un órgano sofisticado que ha facilitado nuestra evolución en entornos muy adversos; es lo que llamamos instinto de supervivencia. Hacer frente a las dificultades y amenazas, adaptarnos y avanzar, preservando nuestra especie, es el más relevante de sus propósitos.
No te extrañará saber, por tanto, que todo ser vivo está programado para sobrevivir. Los
líquenes, por ejemplo, pueden adaptarse a escenarios gélidos como las zonas
polares. Cuando el alimento escasea, los escorpiones ralentizan su metabolismo
para no morir. Y las personas… ¿Qué podemos decir? Somos capaces de actos
extraordinarios para preservar nuestra vida e incluso la de los demás.
Sobrevivir: un mecanismo neurológico primordial
En junio del 2023, todo el mundo se quedó fascinado ante una
historia de supervivencia excepcional. Cuatro niños, de entre 1 y 14 años,
fueron rescatados en la Amazonia colombiana, después de 40 días perdidos tras
sufrir un accidente aéreo. Aquel milagro fue el resultado de la maravillosa
sabiduría indígena que albergaban los pequeños, sumado a ese mecanismo
primordial que nos define a todos.
El instinto de
supervivencia es una respuesta innata que nos permite reaccionar ante
situaciones que amenazan la vida o el bienestar. Está arraigado en nuestro sistema nervioso y es responsable de respuestas como
luchar, huir o quedarnos quietos. Porque, cuando algo nos amenaza, cualquier
acción es válida para el cerebro con tal de preservar nuestra existencia.
Son conductas que no requieren aprendizaje
Nuestro sentido de
supervivencia se expresa a través de tres instintos: la preservación, el instinto social y el
sexual. Es decir, no solo procuramos garantizar nuestra vida, sino
que buscamos sentirnos seguros, formar parte de un grupo social (pertenencia) y dar paso a nuevas generaciones
(reproducción). Todo ello son conductas que no responden a procesos de aprendizaje.
Conviene destacar que, en todos los vertebrados, estos comportamientos se activan a través de
complejos circuitos cerebrales. Son sistemas neurológicos que
apenas han cambiado a lo largo de nuestra evolución y que tienen en las
emociones su principal baluarte. Llevamos siglos haciendo frente a situaciones
extremas de todos los tipos, gracias a mecanismos psicofísicos como el miedo o la ansiedad.
Un cerebro programado para que sobrevivas
El Instituto Max Planck lleva en la actualidad una investigación en este ámbito. Hasta el momento,
sabemos que la sustancia gris
periacueductal, situada en el mesencéfalo, actúa como pieza clave al activar la
conducta de supervivencia. Por otro lado, es importante destacar el
papel de la amígdala, esencial a la hora de detectar amenazas.
Cuando se identifica un riesgo, se enciende una amplia sinfonía de procesos neurológicos a través
del hipocampo y tu sistema nervioso simpático. Se
libera cortisol y adrenalina, el cuerpo se prepara para reaccionar ante ese
estímulo adverso y, a su vez, entra en juego la corteza prefrontal. Ella es la
encargada de evaluar riesgos de manera consciente, procurando encontrar
estrategias con las que abordar esa realidad.
Por qué es importante el instinto de supervivencia
¿Recuerdas a los 16 sobrevivientes que se estrellaron en un
glaciar de los Andes en 1972? El instinto por salvaguardar su existencia les
hizo tomar decisiones extremas, ya conocidas, y que sin duda les marcaron para
siempre. Lo cierto es que la
pulsión por la vida moldea al ser humano, y lo hace hasta el punto de no saber
cómo reaccionaríamos en situaciones límite.
Es tu «botón de alerta» en momentos críticos
El sentido de supervivencia no solo es ese mecanismo
esencial que te protege de peligros inminentes. Es el «detector» que te
convence de evitar ciertos riesgos, es la voz que te insta a buscar ayuda en momentos de crisis emocional o
la corazonada que te dice que es mejor alejarse de ciertas personas. Gracias a
ese instinto tan antiguo, sigues orientando tus conductas hacia la seguridad.
Potencia tu resiliencia
El instinto de
supervivencia te permite desarrollar esa competencia excepcional que es la
resiliencia. Como bien destacan en Frontiers in Behavioral Neuroscience, esta
característica es la que facilita que nos adaptemos a la adversidad. Asimismo,
ella es un componente nuclear de esa pulsión por la vida, de ese deseo por
adoptar nuevas estrategias, resolver problemas y encontrar la luz en medio de
la oscuridad.
Además, la
adaptación impulsada por este instinto no solo es reactiva; es proactiva. Es
decir, las personas somos capaces de prever riesgos potenciales y preparar
respuestas antes de que aparezcan los desafíos en nuestro horizonte. Esto nos
ayuda a dar forma a una existencia más estratégica y más segura para nosotros y
las personas que amamos.
Fomenta tus habilidades de resolución de problemas
¿Quién no ha tenido que hacer frente a una época difícil?
Son instantes en los que, si bien no siempre estaba amenazada nuestra vida como
tal, sí lo estaba nuestro bienestar o integridad socioemocional. Así, cuando se activa en el cerebro el sentido de
supervivencia, lo hace la capacidad de pensar de manera estratégica.
Porque las experiencias difíciles también generan
aprendizaje y potencian la mentalidad creativa. Por no hablar de esa habilidad
tan necesaria que es saber manejar la incertidumbre. De algún modo, este mecanismo, tan pretérito, actúa como un
motor del desarrollo personal y de la autonomía.
Te da sentido de propósito
Si te preguntas por qué es importante el instinto de
supervivencia, piensa que esta dimensión está vinculada al sentido de propósito. Tener un objetivo en la vida o algo que nos dé sentido nos brinda una
razón para perseverar. Ya sea el hecho de reunirte con la familia,
protegerlos o querer contar tu historia cuando has pasado por un momento
adverso, actúa de combustible para querer sobrevivir a lo que sea.
Fortalece tu motivación intrínseca
La motivación intrínseca media en el
bienestar psicológico. Y, aunque te sorprenda, el instinto de supervivencia también refuerza
el comportamiento guiado por recompensas internas. Todos
ansiamos, por ejemplo, tener vínculos sociales seguros, personas que nos
protejan, que sean nuestro refugio emocional para sentirnos bien, amados y
protegidos.
Asimismo, queremos superar dificultades y avanzar hacia
objetivos significativos, esos que facilitan nuestra preservación y el deseo de
lograr una vida más plena y satisfactoria, libre de amenazas y riesgos.
Supervivencia y equilibrio emocional
Es posible que hayas asociado el sentido de supervivencia a
la activación del miedo y la ansiedad, esos estados psicofísicos que, con
frecuencia, nos son tan incómodos. Bien, lo cierto es que esas emociones
básicas son las que han facilitado que sigamos aquí como especie. Son ellas las
que nos avisan de los riesgos, las que generan esa activación psicofísica
necesaria para afrontar amenazas.
Resulta esencial, por tanto, comprender y regular esas
emociones para tomar decisiones equilibradas en medio de alta tensión. Porque la autoconciencia, decisiva en el
bienestar psicológico, se relaciona con el sentido de supervivencia. El
equilibrio entre la prudencia y la capacidad de reacción facilita siempre dar
forma a las mejores respuestas, en momentos de riesgo.
Más allá de preservar la vida
El sentido de
supervivencia es mucho más que un mecanismo primitivo que te garantiza seguir
en este mundo. Es una fuerza poderosa que te impulsa al crecimiento
en un mundo lleno de desafíos. Es como un guía silencioso que te conecta con
tus emociones, para seguir adelante cuando tienes un problema o la vida te
sitúa ante una adversidad.
Que te despidan del trabajo, afrontar una enfermedad o
problema mental, perder a un ser querido, sufrir una agresión, vivir un
desastre natural… Muchas de estas realidades ponen en jaque tu existencia.
Puede que sientas que no estás preparado para hechos de este tipo, pero lo
cierto es que lo estás. En el ser
humano habita una resiliencia excepcional, esa que nos ha permitido
llegar hasta donde estamos como especie.
https://lamenteesmaravillosa.com/que-es-el-instinto-de-supervivencia-y-como-funciona/
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