EMOCIONES, PENSAMIENTOS Y SENTIMIENTOS
“La actitud correcta, para enfrentar la vida, consiste en
descubrir quién eres, en lugar de calcular qué serás”
Las acciones mueven el mundo en el que vivimos. Pero, ¿qué
es lo que mueve a las acciones? La respuesta nos dice que, sin duda, son las
emociones, los pensamientos y actitudes que se adoptan. Es evidente que no
hacemos las mismas cosas desde una actitud de confianza y generosidad, que
desde la desconfianza y la escasez.
Y conforme uno va “monitorizando” la relación entre nuestros
pensamientos fugaces y sus consiguientes acciones, se llega a la conclusión que
podemos construir el destino, simplemente eligiendo y cultivando una actitud
correcta, que nos lleve a tomar las decisiones más adecuadas en cada momento.
Para abrir la puerta del éxito, uno puede elegir pensar que
nada es casual en el Universo y proceder a formularse preguntas tales como, ¿en
qué me ha beneficiado y qué he aprendido del conflicto y la experiencia vivida?
Responder a esta cuestión es una forma de recordar que todo acontecimiento
tiene una intencionalidad positiva y que será nuestra actitud la que
determinará si el vaso está medio lleno o medio vacío. El hecho de adoptar una
actitud u otra, desencadena que el Universo haga el resto. Detrás de todo
acontecimiento hay una enseñanza que una vez aprendida, ya no vuelve y queda
integrada en nuestro interior.
La actitud es tanto la madre de los pensamientos, como éstos
lo son de las acciones. Las acciones, a su vez, lo son del carácter y el carácter
lo es del destino. Toda la cadena comienza por la actitud. Algo que uno puede
influir y cultivar.
Algo que empieza a depender de uno en la medida que se
vuelve progresivamente más consciente. El cambio de vida es un derecho
universal que podemos ejercer. Lo que somos hoy en todos los niveles, bien sea
en el profesional y económico, bien en el aspecto afectivo o bien en el estilo
general de vida, aunque nos cueste creerlo, es justamente lo que un día
imaginamos que llegaríamos a ser. Si uno se reinventa dentro, todo se
transformará afuera.
Conviene meditar profundamente, el sentimiento y la actitud
que subyace tras nuestras palabras. Un enfoque de cooperación trae cooperación.
Un enfoque de servicio a la vida, trae vida. Si observamos que la posición
egoísta y negativa está muy anquilosada, indaguemos en nuestra mente y
ensanchemos la consciencia. Si observamos nuestra mente, de manera ecuánime y
sostenida, el cambio vendrá sin esfuerzo y por añadidura. En realidad, somos
luz, observación. ¿Cuál es el bloqueo que afecta nuestra mente?, Posiblemente
antiguas huellas de dolor. Somos más que un archivo. Somos conciencia.
¿En qué enfoque decide uno instalarse hoy? Un día es toda
una vida y, en consecuencia, merece la pena elegir como vivirla. La “buena vibración”
que brota de una progresiva consciencia es benéficamente expansiva. La actitud
que uno elige impregnará la atmósfera psíquica en la que vive.
El asunto es acordarse a lo largo del día qué actitud hemos
elegido, aspecto que al ser ejercitado convierte el inconveniente en virtud.
Una actitud de indagación permanente. ¿Cómo acordarse de tal propósito a lo
largo de la jornada? Tal vez, convenga comenzar el día dedicando el primer
pensamiento al Universo y al sentido profundo de nuestra vida. ¿Para qué vivo
el día de hoy?, ¿Qué sentido tiene mi vida?, ¿Qué propósito vital, deseo
manifestar durante la jornada? Uno observa que esta manera de recordarse a sí
mismo permite no olvidar que la vida es mucho más que resolver las necesidades
de nuestro organismo físico y social.
Trazar cada mañana el puente a lo real, revela una dimensión
trascendente de la existencia e hilvana la diversidad de las formas con una
toma de conciencia. El punto de ser nosotros mismos comienza a estar en
nuestras manos. Y eso merece una atención permanente, para no alejarnos de
nosotros mismos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario