AMAR NO ES SUFRIR, ES SOÑAR JUNTOS…
Seguramente hay
personas que no les queda más remedio que soñar! Porque soñar nos aleja de la
realidad a veces triste o dolorosa, a veces irremediable y cruel! Soñar nos
ayuda a conectarnos con nosotros mismos, a ver nuestra realidad interna como
algo siempre posible y a compartirla con los demás!
Detrás de la
realidad y de su aceptación, siempre está la alegría. Pero no es fácil aceptar
la realidad cuando ésta contraviene nuestros deseos y planes! Como decía David,
un amigo mío, “si quieres hacer reír a Dios, cuéntale tus planes!”. Y eso es
así… quizás por eso la vida -que sabe más de nosotros que nosotros mismos- nos
trae circunstancias inesperadas, que nos ayudan a despertar! Porque solo
despiertos somos capaces de valorar lo que tenemos y no solo lo que perdimos
por el camino…
Solo así se explica
que personas que sufren puedan superar las dificultades, del tipo que sean!
Quizás la vida pone pruebas más fáciles o más difíciles de superar, en función
de nuestra capacidad de afrontarlas y hallarles su sentido! Es verdad que
muchas veces nos parece injusta esa manera de proceder… pero, nos guste o no,
la vida tiene planes para cada uno de nosotros y es nuestra capacidad de
vivirlos y encontrarles nuestro propio sentido lo que nos hace singulares y, a
la vez, firmes con nuestros propósitos.
Al fin y al cabo,
vivir no es más que reconocer y aceptar para qué hemos venido a este mundo!
Nuestros sueños nos lo recuerdan cada vez que cerramos los ojos! Pero solo
teniendo el valor de abrir los ojos a la realidad -sea como sea- y haciendo
realidad esos mismos sueños, es cuando aprendemos realmente a vivir! Tras cada
sueño, aunque para llegar a él debamos atravesar dificultades, está la siempre
posible felicidad! Felicidad por ser capaz de no dejarse abatir por las
circunstancias, por ser capaces de sonreír cuando creemos erróneamente que la
lucha por ser feliz está irremediablemente perdida! Caerse es humano, como lo
es levantarse tras la caída! Es solo una cuestión de tiempo… y de no perder la
confianza en nosotros mismos y en la vida que nos ha tocado vivir! Cuando nos
concentramos en el “por qué” más que en el “para qué”, estamos concentrándonos
en nuestro problema más que en la solución de éste!
Siempre me ha dolido
el dolor ajeno…hasta que aprendí que eso me hacía sufrir y, en verdad, no hacía
más que negar mi confianza -es decir, mi amor- en la vida y en quien lo
padecía! Tuvo que llegar el amor a mi vida para darme cuenta de que amar es
confiar, incluso en aquello que intentamos evitar porque nos hace sufrir!
Porque amar a alguien es creer que esa persona encontrará el sentido a su
sufrimiento… y algún día podrá ser feliz sin nosotros, sin nuestra ayuda, tan
solo sintiéndose amada, de verdad! Amar no es sufrir por alguien a quien
quieres, sino demostrarle que confías en esa persona lo suficiente como para
saber que, pase lo que pase en su vida, llegará a ser feliz… si se lo propone!
Y quizás entonces descubras que lo importante es estar siempre ahí, a su lado o
solo en su corazón, pase lo que pase…confiando, es decir, amándola de verdad!
Cuántas veces quise
a alguien solo porque podía sentir y compartir su sufrimiento y su dolor! ¿Por
qué tardé tanto en descubrir que el amor de verdad no es más que compartir su
propia fortaleza ante el sufrimiento y el dolor, pues detrás está su verdadera
felicidad? Amar no es más que soñar juntos en la siempre posible felicidad… y
hacerla realidad, día a día!
Miguel Benavent de B.
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