11.10.13

Si vale la pena verlo, escucharlo o hacerlo, quiero verlo, escucharlo o hacerlo ahora.


No guardes nada para una ocasión especial: 
Cada día que vives es una ocasión especial.


Un amigo abrió el cajón de la cómoda de su esposa y sacó un pequeño paquete envuelto en papel de seda que decía: “Esto no es un simple paquete, es preciosa lencería”.
Tiró el papel que lo envolvía y observó la exquisita seda y el encaje. Ella lo había comprado hace 9 años en un viaje especial que realizaron juntos. Nunca llegó a usar la lencería. Lo estaba guardando para una “ocasión especial”.

“Bueno” –pensó– “entonces, creo que esta es la ocasión”. Se acercó a la cama y colocó la prenda junto con las demás ropas que iba a llevar a la funeraria. Su esposa acababa de morir. Y volviéndose hacia mí, me dijo: “No guardes nada para una ocasión especial: cada día que vives es una ocasión especial”.

Y hoy en día sigo pensando en esas palabras que han cambiado mi vida.
  • Ahora leo más y limpio menos.
  • Ahora me siento en la terraza y admiro la vista sin fijarme en las malas hierbas del jardín.
  • Paso más tiempo con mi familia y amigos y menos tiempo en el trabajo. 
  • Quiero experiencias para disfrutar, no para sobrevivir. 
  • Ya no guardo nada. Uso mis copas de cristal todos los días.
  • Me pongo mi abrigo nuevo para ir al supermercado, si así lo decido y me da la gana.
  • Ya no guardo mi mejor perfume para las fiestas especiales, lo uso cada vez que me apetece hacerlo.
Las frases “algún día…” y “uno de estos días”, están desapareciendo de mi vocabulario.

Si vale la pena verlo, escucharlo o hacerlo, quiero verlo, escucharlo o hacerlo ahora.
No estoy seguro de lo que habría hecho la esposa de mi amigo si hubiera sabido que no estaría aquí para el mañana que todos tomamos tan a la ligera. Creo que hubiera llamado a sus familiares y amigos cercanos. Quien sabe, a lo mejor, hubiera llamado a algunos antiguos amigos para disculparse y hacer las paces por posibles enojos del pasado. Me gusta pensar que hubiera ido a comer comida china, su favorita.


Son esas cosas dejadas sin hacer, las que me harían enojar si supiera que mis horas están limitadas. Enojado porque dejé de ver a buenos amigos con quienes me iba a poner en contacto “algún día”… Enojado porque no escribí ciertas cartas que pensaba escribir “uno de estos días”. Enojado y triste porque no les dije a mis hermanos y a mis hijos con suficiente frecuencia, cuánto los amo.

Ahora trato de no retardar, detener o guardar nada que pudiera aportar risa y alegría a nuestras vidas. Y cada mañana me digo a mí mismo que este día es especial, cada hora, cada minuto… es especial, único e irrepetible.

Si recibiste esto, es porque alguien te quiere y quiso compartirlo contigo. No guardes esta reflexión para el día de mañana. Ahora mismo es un buen momento para compartirlo con tus amigos y familiares. El momento es ahora, no mañana. Ahora es mejor que "uno de estos días" para compartir la alegría y motivación de disfrutar de la vida, que ese "uno de estos días" está muy lejano o puede no llegar 


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