LEY
DE ATRACCIÓN VS. FANTASÍAS
Muchas personas confunden la práctica de la Ley de Atracción con tener simples fantasías. Pero, definitivamente, son dos cosas bien distintas.
Por tener fantasías, o “soñar despierto”, me refiero a imaginar situaciones agradables de cualquier tipo, durante un tiempo más o menos prolongado, sin tener verdaderas intenciones de hacerlas realidad (muchas veces porque sería literalmente imposible).
Las fantasías son como películas que proyectamos en nuestra mente y sus contenidos admiten infinitas variantes, de acuerdo a qué tipo de situaciones nos generen placer.
“La vida secreta de Walter Mitti” es una excelente película que acabo de ver. Su protagonista tiene el hábito de soñar despierto… hasta que decide darle a su vida un giro realmente audaz. Y desde ese momento la realidad pasa a ser mucho más interesante para él que cualquiera de sus fantasías:
Tener fantasías es una actividad completamente normal, ni buena ni mala en sí misma. Sólo quiero compartir una reflexión acerca de las diferencias que existen entre soñar despierto y aplicar la Ley de Atracción.
La Ley de Atracción propone que podemos crear nuestra realidad de manera intencionada o consciente. Para conseguir algo que anhelamos, deberíamos recrear mentalmente esa situación, experimentando todas las sensaciones y emociones positivas que corresponderían al deseo ya cumplido, como si ya se hubiera manifestado en nuestras vidas.
Esta parte es la que se parece mucho a soñar despierto.
Luego, también de acuerdo con la Ley de Atracción:
Debemos sentirnos merecedores de lo que estamos tratando de atraer a nuestras vidas. Debemos tener la certeza de que eso que pedimos pasará a formar parte de nuestra realidad. Sólo así se manifestará lo que deseamos.
Y esta es la parte que explica por qué las fantasías no producen cambios en nuestra realidad: porque íntimamente sabemos que son sólo fantasías.
Es posible atraer el éxito en cualquier área de nuestras vidas aplicando de manera deliberada la Ley de Atracción. Y también podemos fantasear con ser deportistas famosos, estrellas de rock o simplemente millonarios. Ambas actividades se parecen mucho, ambas requieren de nuestra atención consciente, ambas consumen tiempo y energía muy valiosos… pero las fantasías no generarán ningún cambio positivo en nuestras vidas.
Aquí un video acerca de alguien que consigue hacer realidad su sueño:
Cortometraje
“Luminaris”, de Juan Pablo Zaramella.
Otras fantasías menos evidentes
Otras actividades que pueden consumir de manera improductiva nuestras energías creativas tienen que ver con anhelar cambios que involucren a otras personas y que, precisamente por involucrar a otras personas, están fuera de nuestro control.Siempre podemos ayudar a los demás a través de la acción. Podemos regalarles algo que les haga falta o hacer por ellos cualquier cosa que necesiten. Esto es evidente. Pero nada podemos hacer por cambiar la realidad de otras personas aplicando la Ley de Atracción.
De acuerdo a la Ley de Atracción, somos ciento por ciento responsables de nuestras experiencias. Pero entonces los demás también son los únicos responsables de sus propias experiencias. Por lo que permanecer deseando que otras personas cambien o que sus circunstancias mejoren en cualquier aspecto, no producirá ningún cambio positivo en sus vidas.
Siempre nos queda el recurso de cambiar nosotros. Todo cambio positivo que logremos en nosotros mismos puede ser una valiosa ayuda para las personas que nos rodean, puede inspirarlos a llevar a cabo esos cambios que estaban postergando.
La técnica de Ho’oponopono es un excelente ejemplo: sanar nuestra mente puede ayudar a otras personas de maneras inesperadas y hasta “milagrosas”.
También malgastamos nuestras energías creativas cuando dedicamos mucho tiempo en desear que gane nuestro equipo de fútbol, que el clima se ajuste a nuestras preferencias o que nuestro partido político gane las elecciones.
Simplemente no es posible imponerles a los demás la realidad en la que nos gustaría vivir. Si lo que anhelamos involucra a otras personas la realidad se desenvolverá con independencia de cuáles sean nuestros deseos individuales, en una dirección que no podemos predecir.
Cuanto más tiempo y energía dediquemos a este tipo de deseos, menos atención podremos prestar a todas esas otras metas que sí podríamos alcanzar en nuestra realidad personal.
Aceptar la realidad tal como es
Acepta primero y
después actúa. Acepta cualquier cosa que contenga el momento
presente como si tú mismo la hubieras elegido. Trabaja siempre a
favor del momento, no contra él. Haz del presente tu amigo y aliado,
no tu enemigo. Esto transformará milagrosamente tu vida.
Eckhart Tolle
La realidad es un escenario de enorme complejidad y se rige por leyes generales que nosotros, como individuos, no podemos modificar. Debemos respetarla tal como es. Nada lograríamos, por ejemplo, si nos propusiéramos erradicar los desastres naturales, las enfermedades, los accidentes o las injusticias. El mundo funciona de una cierta manera y debemos aceptarlo tal como es.
Lo que sí podemos hacer (¡que no es poco!) es elegir de qué manera vivimos en esta realidad. Podemos decidir a cada momento cómo serán nuestras experiencias dentro de este escenario más general que es “el mundo”. Podemos optar por las circunstancias que nos gustaría experimentar, entre infinitas posibilidades.
Más o menos como les sucede a los protagonistas de este video, que a cada paso pueden elegir participar o no de una nueva aventura:
Sorpresas
escondidas en la ciudad, publicidad del canal de TV por cable TNT.
En cambio, yo podría haber actuado de otra forma. Podría haberme dirigido a otra sala de la muestra, a una sección donde estuvieran expuestas otras obras que sí fueran de mi agrado… y quedarme allí apreciándolas.
Así sería, entonces, la realidad. Un escenario infinitamente variado que nos ofrece la posibilidad de elegir cada una de nuestras experiencias. Si elegimos mal, de manera inconsciente, seguramente no nos gustará lo que nos pase. En esos casos, protestar o soñar despiertos no mejorará demasiado las cosas. En cambio, siempre podemos adoptar otra actitud, podemos decidirnos a creer en nosotros mismos, en nuestra milagrosa capacidad de crear la realidad que anhelamos… y simplemente elegir de nuevo.
La clave, creer en uno mismo
Axel Piskulic
http://www.amarseaunomismo.com/ley-de-atraccion-vs-fantasias/
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