EL PRINCIPAL SENTIMIENTO DE LA VIDA: EL AMOR
Pon amor en cada cosa que haces, piensas y deseas. Ofrécelo
en libertad y permítete recibirlo. Porque el amor auténtico no duele, te
transforma y te empuja a crear la vida que deseas al llenar de ilusión y pasión
cada una de las metas que te propones.
El principal
sentimiento de la vida es el amor. Ninguna realidad trasciende
tanto al ser humano como ese filtro que todo lo ilumina. Con él expresamos,
validamos a los demás y nos validan, con esta dimensión formamos alianzas,
atendemos, cuidamos e incluso soñamos. Porque cada cosa que nos rodea puede
conjugarse con el verbo amar, aunque no siempre nos demos cuenta de ello.
Para comprenderlo mejor imaginemos ahora a alguien que sale de casa para trabajar. Antes de hacerlo, lo más probable es que se despida de alguien: de su pareja, de sus hijos, de sus padres, de su mascota… El amor está en todos esos comportamientos. Ahora, esa persona sale a la calle y ve un cartel publicitario, ese cuya estrategia de marketing es despertar emociones, como la de alguien que le regala un perfume al ser amado.
Más tarde, nuestro protagonista acude al trabajo, a esa
ocupación laboral que es también la pasión de su vida. Hacer y dedicarnos a
algo que amamos nos reconforta y da sentido a nuestra existencia. Horas
después, esta persona recibe un mensaje de su mejor amigo, ese compañero de penas y alegrías que le
escribe para preguntarle qué tal le va todo.
El amor es la tinta que describe todas estas situaciones. Es
este sentimiento el que nos enriquece más que ningún otro y el que saca lo
mejor de nosotros mismos. Así, y aunque a menudo digamos aquello de que el
cerebro es un órgano puramente social, cabe matizar un aspecto: el cerebro habla el lenguaje de las emociones
y su principal idioma no es otro que el amor.
El principal sentimiento de la vida es el amor
Cuando decimos que el principal sentimiento de la vida es el
amor, puede sonar algo desmesurado. Opinar así implica relacionar la palabra «amor» con el romance,
con una relación de pareja. Sin embargo asumir
solo dicha cara de esa figura poliédrica que es el amor, es quedarse corto.
La amistad, la familia, las pasiones, el amor propio, la
admiración… Todo está revestido por esta aleación que tiene, al fin y al cabo,
un gran impacto en los pensamientos, las emociones y los comportamientos. Amar
es una vivencia subjetiva que puede, sin embargo, analizarse de manera
sistemática en muchas de las cosas que hacemos.
Darnos cuenta de ello, tomar conciencia de que esta área puede hacer que le
demos un mayor sentido a nuestra vida, es algo que deberíamos poner en
práctica.
El amor es un arte y por tanto debe ser comprendido y
practicado
Fue Erich Fromm quien en 1956 explicaba en su libro El
arte de amar que este
sentimiento debería verse como una forma de arte. Al percibirlo de este
modo, las personas tendríamos dos obligaciones. La primera entender la teoría,
saber cuál es su esencia, su significado, su finalidad.
Por otro lado, y no menos importante, hay que saber
amar y para eso se necesita práctica, buen hacer y buena voluntad. E
insistimos una vez más, esta área no define solo el vínculo entre dos personas
que son pareja.
El principal sentimiento de la vida es el amor porque
todo lo impregna, lo trasciende y, con él, como decía el filósofo José Ortega y
Gasset, alcanza la plenitud.
La palabra amar expresa en realidad múltiples sentimientos
Si hay algo que refleja el término amar es el afecto por
alguien. No obstante, también describe gustos y pasiones (adoro la música, me
apasionan los libros, me encanta pasear bajo la lluvia en verano…). Todo ello,
son sentimientos arraigados al amor y que nos demuestran la riqueza de
este multisentimiento.
Así, y solo como curiosidad, es interesante saber que los idiomas son el más maravilloso
ejemplo de ese crisol de significantes y significados que tiene el término
amor.
Pongamos algunos ejemplos:
- Forelsket (término
nórdico que describe la euforia que sentimos cuando nos enamoramos por
primera vez).
- Retrouvailles (palabra
francesa que expresa la felicidad que sentimos al ver de nuevo a alguien
amado, ya sea un amigo, un familiar, la pareja…)
- Radljost (término
islandés que describe nuestra capacidad para encontrar la luz en medio del
camino cuando por fin, nos amamos lo suficiente como para confiar en
nuestras capacidades).
El principal sentimiento de la vida es el amor: porque el
amor es acción
Amar no se conjuga
en voz pasiva. Esta dimensión no está hecha para meditarla
en quietud o en las caracolas de nuestra soledad y pensamientos. El principal
sentimiento de la vida es el amor porque solo adquiere sentido a través de la
acción. De este modo, si lo concebimos como pasión, debe invitarnos a esas
actividades que nos infunden esa sensación, como es un trabajo, una meta, una
afición…
El afecto se demuestra actuando, para que ese amor por
nuestra pareja, familia y amigos tenga auténtico sentido necesitamos
comportamientos que lo demuestren, que lo hagan llegar en un acto auténtico de
reciprocidad.
Por otro lado, y no menos importante, también el amor propio necesita una conducta valiente que
permita comportarnos de acuerdo a nuestros valores, principios y deseos
dándonos lo que necesitamos y merecemos.
El amor nos hace mejores
En un interesante trabajo de investigación titulado La nueva psicología del
amor, Aron y Tomlinson describen esta dimensión como un mecanismo de
gran trascendencia a través del cual definimos nuestras identidades. Y no solo
eso: también nos invita a ser mejores.
Al fin y al cabo, el amor facilita la conexión, el interés por el otro y el deseo de
generar el bien. Cuando amamos, nos comprometemos con algo o alguien y
eso ofrece un incentivo maravilloso a nuestra existencia.
Para concluir, no
dudemos en entender nuestra realidad a través de este filtro. Activarlo
no cuesta nada y el cambio puede ser muy enriquecedor.
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