¿Cuántas
vences nos hemos preguntado si realmente somos felices? ¿Por qué a
veces nos sentimos tan perdidos que no sabemos exactamente cuál debe
ser el rumbo que debemos tomar? Encontrar
el sentido de nuestra vida es descubrir, al menos en parte, la llave
de la felicidad.
La
vieja discusión del mundo de la filosofía y de
la psicología sobre qué
significa ser feliz en la vida cotidiana se ha
llegado a plantear en términos de si existe o no, si es tan solo
algo transitorio o si de verdad se puede ser feliz. La discusión,
como siempre, tiene mucho que ver con la pregunta de a qué llamamos
felicidad.
Dependiendo
de ello, nuestro bienestar se volverá algo imposible, algo
transitorio o algo capaz de ser alcanzado. En
los últimos años, alrededor del concepto de felicidad se han
realizado diferentes estudios alcanzando distintas conclusiones.
También
se han intentado establecer líneas de separación y relación con
otros conceptos muy relacionados, como la alegría.
En cualquier caso, en lo que la mayoría de los autores coinciden es
que en la definición de felicidad existe una parte subjetiva que
tiene que descubrir y definir cada uno, de ahí quizás que sea tan
fascinante.
“Algún
día en cualquier parte, en cualquier lugar indefectiblemente
te
encontrarás a ti mismo, y ésa, sólo ésa, puede ser la más feliz
o la más amarga
Pablo Neruda
La
felicidad es un estado personal interno
Podemos
estar alegres y ser infelices; podemos estar tristes y
ser felices. Así
lo recoge un estudio longitudinal basado en la felicidad de personas
de más de 148 países, donde se extrae la conclusión de que este
concepto es un estado interior y que no tiene tanto que ver con
lo que nos pasa de piel hacia fuera como de piel hacia dentro.
Las
conclusiones de otro macro-estudio longitudinal
de Harvard defiende
que la felicidad es un estado interno duradero y que no
es producto de un evento casual y transitorio que depende de lo bien
que vayan las cosas.
Pensado así, nuestro bienestar podría estar relacionado con la
tranquilidad interior, con la paz espiritual, una sensación interna
de serenidad, de tranquilidad y de certeza que nos llena y nos
inunda de una agradable satisfacción con respecto a la vida.
“La
felicidad es interior, no exterior; por lo tanto,
no
depende de lo que tenemos, sino de lo que somos”
-Henry
Van Dyke-
La
felicidad está íntimamente ligada con encontrar nuestro rumbo
Como
bien dijo Jorge
Bucay,
la felicidad también puede ser definida como la certeza de no
sentirse perdido. Este autor, en la línea de las nuevas
investigaciones sobre el bienestar personal, afirma que ser
feliz tiene mucho que ver con conocer nuestro rumbo.
La
felicidad no se relaciona con llegar a ningún lugar, sino con ir en
una dirección adecuada. No
se refiere a la alegría vanidosa que pueda nacer de haber
conseguido, o ser capaz de conseguir, lo que otros no consiguieron.
Esto hace feliz a muy pocos o a nadie. Es mentira que la felicidad
tenga que ver con estos logros tan tontos que hacen que, una vez que
se consiguen, necesites buscarte uno nuevo porque el finalizado ya
caducó.
La
felicidad participa y se nutre de la mente clara que te dirige en
una dirección.
Disfruta de los desafíos cuando la senda que hemos elegido está en
sintonía con los valores que apoyamos, cuando tiene la confianza de
que pase lo que pase siempre puede mirar la brújula y seguir
avanzando, creciendo y viviendo aventuras. Precisamente, en esa
emoción, la felicidad se recrea, crece y nos inunda.
“Mi
felicidad consiste en que sé apreciar lo que tengo
y
no deseo con exceso lo que no tengo”
-Leon
Tolstoi-
¿QUIERES VER A DIOS?
ResponderEliminar¡LEE ESTO!
Las tres cosas que te alejan y
Las tres que te acercan a Dios
- El exceso de alcohol te aleja de Dios
- El exceso de drogas te aleja de Dios
- El exceso de sexo sin amor también te aleja de Dios
Las tres que te acercan a Dios
- Ama a tu prójimo como a tí mismo
- Aprende a perdonar y
- A ser humilde
Eternamente
Joaquín Gorreta Martínez 62 años