ELIGE TU FORMA DE VIDA
Crecemos con una serie de normas o esquemas sociales que nos inculcan, los cuales pueden ser positivos o nos pueden llevar a vivir una vida que no deseamos. ¿Te escuchas a ti mismo para saber lo que realmente te hace feliz o sigues las normas sociales?
Parece que nos imponen que a cada edad corresponde una cosa. Si somos niños debemos jugar a coches, si somos niñas a muñecas, los hombres deben de ser fuertes y las mujeres sensibles. Sobre los 25 años casarse, formar una familia, durar con la pareja toda la vida, etc…
En el momento en que alguien se salta las normas y decide vivir otra vida diferente se le cuelgan etiquetas. Si a los 30 no has tenido hijos te dicen que o te das prisa o saldrán con problemas, pero pocos se plantean que quizás esa persona no desee tener hijos….
Si tienes 40 y no tienes pareja estable te pueden decir que eres el solterón que ya se quedará solo, ¿Y si esa persona no se quiere atar o todavía no ha dado con la persona que le llene? ¿Vivimos en una sociedad de ideas fijas? ¿Nos hacemos los modernos pero a la hora de la verdad la sociedad sigue imponiendo unas normas?
MÁS VALE SER UN
“RARO FELIZ” QUE UN “NORMAL INFELIZ”
La etiqueta de “raro” es impuesta a menudo por el hecho de no seguir las tradiciones que son consideradas correctas. Si poseemos una alta autoestima no habrá problemas cuando se nos intenten colgar etiquetas, ya que daremos más valor a la opinión propia que a la de los demás.
Pero en el caso de tener una autoestima débil, si que podría acarrear problemas sentirse diferente, entre ellos, el peor es vivir una vida que no se desea, sólo por quedar bien y no ser criticado. Hay infinidad de casos, como gays o lesbianas que deciden parecer heterosexuales por el qué dirán, mujeres que se casan y tienen hijos por estar dentro de la normalidad social, otros que estudian carreras que no les gustan sólo porque piensan que es lo que deberían hacer y no lo que realmente les llena, etc…
La gran prioridad debería ser escucharse a uno mismo, sin intermediarios, sin opiniones exteriores, ni normas, ni traiciones. Muchas personas pueden llegar a creerse que desean algo porque tienen unas creencias muy fuertes en su mente, por ello, la mejor manera de escucharse a uno mismo es la de desconectar la mente y hacer más caso a las sensaciones y sentimientos interiores.
Hay personas que son felices viviendo dentro de las normas sociales, eso estaría bien, no tienen porqué rebelarse contra ello, pero también hay otras que vivir la vida que imponen los esquemas sociales, sería caer en la infelicidad.
REBÉLATE Y VIVE A TU
MANERA
Si sientes que tu felicidad no está en la vida que llevas, rebélate y empieza a decidir por ti mismo. Olvidemos lo que se considera “normal”, cada persona debería vivir la vida a su manera, esté dentro de las normas sociales o no.
¿Tienes 70 años y te haría mucha ilusión estudiar una carrera? Pues adelante porque la vida es ahora y si eso hace feliz a alguien, estará aprovechando el presente. ¿Sientes que no deseas llevar la misma vida que tu madre ama de casa? No debes hacer lo mismo, no te cases, no tengas niños y haz lo que te haga feliz.
No todo el mundo debe seguir los mismos patrones, no todo el mundo debe ser igual ni llevar el mismo ritmo. Unos son felices llevando a cabo 5 actividades diarias, otros prefieren sólo 2…. Todo es relativo y cada cual desea una cosa.
Si somos
conscientes de que las tradiciones no son racionales no nos importará salirnos
de ellas.
Imponer unas normas para todo el mundo es no darse cuenta de que cada ser humano tiene unos gustos y necesidades diferentes. No hay dos mentes iguales y aunque puedan ser muy similares, siempre hay diferencias en cuanto a gustos.
Escuchémonos a nosotros mismos y no a los demás porque al final nadie va a vivir la vida por nosotros, así que diseñemos nuestra propia vida.
Imponer unas normas para todo el mundo es no darse cuenta de que cada ser humano tiene unos gustos y necesidades diferentes. No hay dos mentes iguales y aunque puedan ser muy similares, siempre hay diferencias en cuanto a gustos.
Escuchémonos a nosotros mismos y no a los demás porque al final nadie va a vivir la vida por nosotros, así que diseñemos nuestra propia vida.
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