SOLO PIDO QUE LA MENTE ESTÉ DE MI PARTE
La mente aparece
para muchos de nosotros como un auténtico campo de batalla. Y no nos damos
cuenta que esa batalla nunca tendrá fin: no es el lugar en el
que pueda solucionarse nada
y la mente tampoco desea el cese de su actividad; pues así se
encuentra “entretenida”.
Tú
no eres tu mente
Este es el
primer gran concepto importante y que puede que nunca hayas tenido en cuenta: Tú no eres tu mente.
Para entenderlo
podemos ilustrarlo con un ejemplo: imagina
un tablero de ajedrez en el que la parte blanca simboliza la parte amable de tu
mente y la parte negra simboliza lo contrario. Luego, encontramos a
distintas fichas como peones (pensamientos), reyes y reinas (sentimientos e intuiciones), caballos
(recuerdos)…etc.
En ocasiones,
al igual que en una partida de ajedrez, se pueden vivir partidas muy
intensas y complejas con todos estos elementos. Lo importante es no olvidar que el tablero, el que sostiene todo eso,
eres tú. Algo que siempre permanece constante.
Además, que la mente esté diseñada biológicamente
para detectar peligros, no quiere decir que te avise continuamente de ellos.
Las situaciones
de peligro por las que has atravesado en tu vida te ponen en alerta ante una
señal; pero no tienes porqué dejar que el miedo se apodere de ti. No sobregeneralices.
No le
des a tu mente abono tóxico para que las malas hierbas (malos pensamientos), afloren. Pero tampoco
intentes ignorarlos o estar en una continua sustitución de malos pensamientos
por otros buenos.
Será una tarea
agotadora y conseguirás el efecto contrario: prestarás atención a tu vida
interior pero descuidando acciones de tu vida real. Simplemente intenta
cambiar actividades y hábitos en lugar de pensamientos.
Estrategias para ayudarte en la
relación con tu mente
Quizás no le
estás dando a tu mente ninguna posibilidad para dejar de pensar de la forma
que te hace daño, por dos hechos muy básicos:
1 - Por ejemplo tu
mente te dice que te sientes muy mal, que si sales va a ser un desastre y es
mejor que te quedes en casa. No estás por tanto buscando nada real
que consiga que su mensaje sea más que una idea en tu cabeza y no una
intromisión en tu vida, simplemente la
crees sin buscar alternativas.
2 - Otro ejemplo es
cuando estás cansado de pensar o sentirte así, pero sin embargo sigues leyendo
los mismos libros, sigues relacionándote con gente que no te aporta nada y
realizando trabajos que no te satisfacen, es decir, sigues
haciendo más de lo mismo.
Evidentemente,
al final terminarás por creerte todo lo que diga tu cabeza de ti, sin buscar
más alternativas y acomodándote. Pero hacer más de lo mismo no te va a dar resultados
distintos…
Y es que en ocasiones, la pereza para actuar en nuestra vida y tomar decisiones
es el primer paso para que los temidos trastornos mentales tengan lugar.
Por ello, habla
a tu mente, desde
el ser único en sentimientos, pasiones, lenguaje y estados de acción que eres. Dile que la tomas en consideración. Y que
quieres ser feliz junto a ella.
Que no puedes
pedirle que pare su actividad, porque eso supondría ahogar su propia naturaleza, y tú
eres su aliado, no su enemigo.
Que le
agradeces ese equilibrio generado en muchas situaciones de tu vida para no
tomar decisiones equivocadas, que
su complejidad ha hecho que tu vida haya tenido momentos de absoluto esplendor
y que tu vida diaria cuente siempre con algo relevante que contar.
Pero que
también necesitas calma para contemplar las cosas sin el menor interés de obtener ningún
análisis. Simplemente que quieres aceptar su presencia y que ella acepte la
tuya, que juntos
podréis lograr la madurez.
Al fin y al
cabo, os tenéis la una al otro por siempre; así que olvidaros
del pasado y construid una relación de verdad, de esas que te inspiran para alcanzar
grandes sueños y te hacen olvidar lo pequeño que un
día llegaste a sentirte.
¿No viene siendo hora de construir un
verdadero futuro juntos?
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