COMPROMISO
Los siguientes videos de animación son muy originales y
divertidos, y los dos cuentan una breve historia de amor. Pero tienen también
otra característica en común. En los dos se evidencia el compromiso
incondicional que es un rasgo central del amor verdadero. En ambas historias
vemos actuar a los protagonistas sin dudas ni vacilaciones para defender a su
compañero de cualquier peligro. ¡Como debe ser!
- OKTAPODI : https://vimeo.com/25270148
- CONOCER A BUCK: https://www.youtube.com/watch?v=6BBPaRWvT18&feature=emb_logo
Estas dos «fábulas modernas» son efectivas precisamente porque los protagonistas se muestran naturalmente dispuestos a cuidar amorosamente del otro, en cualquier circunstancia y hasta las últimas consecuencias. Es esa característica de ser incondicional lo que diferencia al auténtico amor de otras emociones menos profundas con las que a veces lo confundimos. Y claro, ese compromiso y esa fidelidad son esenciales para que las dos historias tengan sentido y para que merezcan ser contadas.
Del mismo modo, sin ese amor incondicional por nosotros
mismos nuestra propia historia se convierte en una historia triste, o por lo
menos intrascendente. Solo queriéndonos y aceptándonos sin condiciones estamos
preparados para disfrutar plenamente de la experiencia de vivir y para
convertir nuestra historia en algo realmente interesante.
La realidad exterior en la que vivimos es una proyección de nuestro mundo interno. La relación que tenemos con nosotros mismos se refleja en todas las interacciones que tenemos con los demás, en cada situación o experiencia que nos toca vivir.
A todos nos gusta ser bien tratados, que se respeten
nuestras necesidades y, en el caso de nuestra familia, que nos quieran
incondicionalmente. Y aunque no lo pensemos con mucha claridad, solemos creer
que si tratamos así a los demás, merecemos recibir «a cambio» el mismo
tratamiento… como si se tratara de un acuerdo universalmente aceptado. Pero nos
duele ver que con frecuencia los demás no respetan este «acuerdo».
El acuerdo que los demás sí cumplen, casi sin excepciones,
es el de tratarnos tal como nos tratamos a nosotros mismos, mostrándonos como
en un espejo las actitudes que tenemos hacia nosotros y las creencias que adoptamos
respecto de nuestro propio valor.
«La vida te trata tal como tú te tratas a ti mismo.»
Louise
L. Hay
Para los que comprendemos esta idea, se convierte en
prioridad aprender a apreciarnos de manera positiva en toda situación, es
decir, incrementar nuestro nivel de autoestima. La autocrítica sin amor no
resuelve problemas, sólo los atrae. Si aprendemos a sentimos a gusto tal como
somos, si tenemos una relación saludable con nosotros mismos, si somos capaces
de vernos amorosamente en cualquier circunstancia, si tenemos un alto nivel de
autoestima, es decir, si nos queremos sin condiciones, entonces nos sentiremos
naturalmente merecedores de todo lo bueno, de cualquier cosa que anhelemos. Y
ejerciendo nuestra milagrosa facultad de crear, haremos que nuestra vida y
nuestras relaciones reflejen la plenitud, el bienestar y el amor que
desarrollamos primero en nuestro mundo interior.
Compromiso con el
momento presente
Del mismo modo que de todas nuestras relaciones es
prioritario que sanemos la que tenemos con nosotros mismos, de todas las
nuestras actividades hay una que requiere toda nuestra atención: experimentar
conscientemente el momento presente.
"Algunos están dispuestos a cualquier cosa menos a vivir aquí y ahora"
John Lennon
El origen de cualquier dolor emocional siempre parece ser el
mismo: la realidad no se ajusta a nuestras expectativas y esto nos produce un
cierto grado de frustración. Consciente o inconscientemente asignamos a
nuestros deseos una importancia tan exagerada que sentimos que no podemos ser
felices si no se cumplen. Pero esto es sólo un engaño de nuestro ego, de
nuestro falso yo. Salvo en casos extremos, la felicidad es un estado interno
que no depende de nada exterior y la única condición previa para alcanzarla es
experimentar plenamente, conscientemente, el momento presente.
El siguiente video muestra lo que sucede en una cierta
estación de metro en la que una de sus escaleras tiene un escalón cuya altura
es algo superior a la de los demás.
«Escaleras del metro de Nueva York», de Dean Peterson.
Cualquiera podría decir que la gente tropieza porque la
escalera tiene una pequeña falla. Pero el video también muestra otra verdad más
profunda, mucho más importante, que resulta evidente pero que a la vez pasamos
fácilmente por alto: que la gente que sube esa escalera, lo hace de manera
mecánica, sin prestar atención a lo que está haciendo, mientras va pensando en
otras cosas, muchas veces preocupada por lo que pasó o por lo que podría llegar
a pasar.
Actuar de manera inconsciente o realizar de manera mecánica
cualquier actividad, aunque se trate de una tarea rutinaria, nos debilita, nos
quita entusiasmo, nos resta energía. Y le permite a nuestro ego distraernos de
la realidad del momento presente con su constante flujo de pensamientos
desgastantes.
Nuestro compromiso es, entonces, doble: amarnos y despertar…
Axel Piskulic
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