LO EFÍMERO DE LA VIDA
Vivimos tiempos
diferentes. Todo ha cambiado. Nosotros hemos cambiado. Nuestros ojos miran
diferente. Nuestros oídos oyen otras cosas.
En lo malo
siempre hay algo bueno. En lo imposible, algo posible. En el gozo, alguna
amargura; en la luz, muchas sombras.
Nada es lo que
parece. Nada es permanente. Todo cambia. No somos los mismos ni al minuto
siguiente de leer esto. No somos los de ayer. Ni los de hace unos años. Tampoco
los de mañana. Por eso no aventuremos lo que vamos hacer, lo que seremos, lo
que pasará.
Nuestra mente se ha enfocado en otros puntos y aquello que tanto nos hemos empeñado en desterrar de la vida, aflora con su mensaje más poderoso: la transitoriedad de la existencia, su brevedad, su carácter eminentemente efímero y su inmediatez.
En cualquier
momento y de cualquier forma, podemos perder la vida. Nos encontramos de pronto
con la gran ocultación de estas sociedades: la muerte.
Siento y creo que
en todos nosotros hay un alma pura; una energía inconmensurable que tiende al
equilibrio, a la honestidad y la bondad. Sigo confiando en el ser humano, por
muchas tortas que me de la vida.
Separo el actor
de la comedia y el observador del protagonista. Hemos venido a interpretar un
papel; el nuestro, el de cada uno. Aquel que le es más útil al alma y a su
evolución.
No lo recordamos.
Olvidamos el compromiso con nosotros mismos que hemos hecho antes de
experimentar esta vida. Lo olvidamos todo porque de otra forma nunca
actuaríamos como lo hacemos. Nunca tendríamos la oportunidad de volver a
equivocarnos, de construir sobre lo que ya fuimos o de crecer más allá de lo que
creemos ser.
Cuando alguien se
comporta de forma detestable, veo al personaje. Al papel que está haciendo aún
sin saberlo; veo su pasado, los dolores que lleva impresos en su ADN, lo
víctima que fue de otras víctimas, quizás. Y por eso es fácil que llegue al
perdón mediante la comprensión.
Conocer facilita
el camino hacia la compasión, por los otros o por uno mismo. En
definitiva, también somos un personaje con un papel en este escenario de la
vida. Todo pasará y pasará incluso más rápido de lo que querríamos. Todo tendrá
un final. Lo bueno y lo malo. Lo que interpretamos, lo que sabemos o lo que
creemos saber.
Lo importante es
saber conectar con lo que no es aparente, con aquello que hemos olvidado al
nacer. Si logramos hacerlo alguna vez entonces estaremos más cerca de quien
creemos que es nuestro adversario de lo que podemos creer nunca.
Más cerca de todo
lo que amamos y ni siquiera lo sabemos.
Más cerca de
nuestro ser limpio y poderoso sin emplear para ello ni egoísmos, ni orgullos,
ni apegos, ni dependencias.
En ese final,
habrá recompensa. Estará esperándonos la verdad. La única de la que ya no
podremos evadirnos, hayamos sido como hayamos sido.
Y en el encuentro
del actor con su director descubriremos la verdadera razón de la existencia y entonces
lo entenderemos y no necesitaremos razones, ni explicaciones, ni los porqué sin
aclarar, ni puertas cerradas, ni habitáculos sin techo.
Entonces, nuestra
alma encontrará la paz que merece y que, sin saberlo, tanto busca de miles de
formas.
Entonces tú y yo
seremos uno. Y todo estará explicado.
Lo imposible
lleva dentro lo posible. No lo olvides
http://lacienciadelespiritu.blogspot.com/2021/11/lo-efimero-de-la-vida.html
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