CALIDAD HUMANA
Lo que necesitamos los seres humanos urgentemente
En el momento en que
nos encontramos, en nuestro día a día, hablamos mucho de “calidad” calidad de
servicio, calidad de producto, calidad de vida (entendida como bienestar
material y social…).
Pero, en contadas
ocasiones escuchamos hablar de “calidad humana”. Sin embargo, cuando
se carece de ella todo se convierte en pura apariencia sin sentido alguno.
La calidad humana
nace de una mezcla curiosa: la dignidad de sentirnos nosotros mismos y la
humildad de reconocer que podemos ser mejores.
¿En qué consiste? Pues consiste en cuidar las relaciones con los demás, en rehacer nuestros afectos y en tener una filosofía, una actitud y un estilo de vida que sea realmente el que nosotros sintamos en nuestro interior.
Recordando una frase
de la sabiduría milenaria: “Hay que trabajar para vivir, no vivir para
trabajar”. ¿Para qué trabajar tantas horas y llegar cansados a casa si en ella
no hay nadie que le interese como nos ha ido el día? ¿De qué nos vale tener el
armario lleno de ropa si uno se encuentra desnudo de cariño y afecto? Hemos de
ser conscientes que el mundo material no posee ningún valor por sí mismo,
depende de la aplicación que hagamos de él y la felicidad que genere al
compartirlo.
La calidad humana
debe llevar inherente a ella lo más valioso, el cultivo de la bondad personal,
el deseo de hacer bien las cosas de acuerdo a las leyes universales, mejorar
cada día un poco más uno mismo y en colaboración con los demás, cumpliendo así,
la evolución individual y colectiva, a fin de lograr un mundo mejor para todos
los seres vivos de este maravilloso planeta llamado tierra.
La calidad humana no
se mide por el éxito ni por el prestigio. Sí por el deseo de ser seres humanos
más éticos y morales cada día, más conscientes y más capaces de ser útiles a
los demás y a nosotros mismos.
La calidad humana
bien entendida, se asienta en tres componentes básicos “CEREBRO” “CORAZÓN
“CONSTANCIA” Se trata en definitiva de concentrar nuestra mente en lo que
hacemos en cada momento (cerebro), sentir amor en cada tarea que realizamos
(corazón) y fuerza de voluntad para lograr ser nosotros mismos en todo lo que
realizamos (constancia), la calidad humana se va enriqueciendo de pequeñas y
constantes mejoras, más que de cambios radicales.
“En muchas
ocasiones, lograr nuestros objetivos depende de seguir intentándolo, cuando los
demás ya han dejado de hacerlo”. Es evidente que, si queremos ser mejores,
tenemos que vivir en consecuencia con ese sentimiento, de esa forma seremos una
referencia muy válida para los demás “El deseo de ser mejores cada día debe
estar integrado en nuestro interior, como forma de vida. Así pues la verdadera calidad
humana surgirá de aprender a querer y apreciar a nuestros semejantes a nosotros
mismos y todo aquello que tenemos que realizar.
La estructura o
pilar básico donde se asienta la calidad humana es
la “EMPATIA” (capacidad de ponernos en el lugar del otro), somos
poseedores de esa empatía cuando el dolor ajeno es nuestro propio dolor, cuando
sentimos con la otra persona, cuando cuidamos de él, el hecho de compartir la
angustia de quienes sufren, están en peligro o de quienes se sientan
desvalidos, nos hace ser conscientes que la empatía en última estancia, es el
fundamento de nuestra actitud ética y moral.
Un dato de gran
interés ha demostrado que la capacidad de ponernos en el lugar del otro
(Empatía), se desarrolla ya en la primera infancia, después del primer año, el
niño empieza a darse cuenta (es decir es consciente) que su identidad está separada
de las identidades de los que le rodean, y descubre que puede calmar el llanto
de otro niño ofreciéndole, por ejemplo, su juguete favorito. A los dos años
comprende ya que los sentimientos de los demás son diferentes a los suyos, y
con ello, descubre también las pistas que le llevan a conocer cuáles son sus
propios sentimientos. En la última etapa de la infancia, el nivel
de empatía es más avanzado, el chico siente malestar más allá de la
situación inmediata, se da cuenta y sufre la situación de los pobres, los
marginados, de los más desfavorecidos. Por eso en la adolescencia se rebela
fácilmente contra la injusticia y desea cambiar el mundo “Lástima que a medida
que crecemos cedamos en el empeño”.
Como decía
Montesquieu “Para hacer grandes
cosas no hace falta ser un genio, no se ha de estar por encima de los seres
humanos, sino entre ellos”.
En nuestra sociedad
actual, competitiva e individualista, el ser humano con calidad humana, ha de
hacer un esfuerzo continuo para aprender y adaptarse a entornos en proceso de
cambio constante. Muchos llegan a descubrir una fuente profunda de energía,
creatividad y amor, en la lucha por mejorar esos entornos (su yo interior, su
familia, el medio ambiente, o el mundo), en general buscan amar lo que hacen,
incluso si en ese momento no están haciendo lo que aman.
Para acceder a
nuestros valores personales, debemos empezar a buscarlos dentro de nosotros
mismos (meditación), sacarlos al exterior y de esa forma mejorará diariamente,
nuestra forma de ser y nuestra relación con los demás.
La moral es un
conjunto de normas para vivir y cada cultura adopta formulas diferentes. Por
tanto, hay tantas morales, como culturas existen y ya ha llegado el momento, en
el cual el ser humano cree una moral que podríamos llamarla “TRANSCULTURAL”,
una nueva ética de tal modo que su contenido sea el conjunto de conocimientos,
para resolver los problemas que afectan a la felicidad propia y a la felicidad
de los demás.
En los tiempos que
corren no vale decir “Yo voy a lo mío y con no hacer mal a nadie es
suficiente”. No basta. Vamos a vivir de manera que seamos capaces de poner en
práctica formas afectivas y sociales, cada vez más éticas, formas cada vez más
estimulantes de vivir. Y hoy no basta con no hacer el mal a nadie, puesto que
no hay ninguna obligación de no hacer mal a nadie, la auténtica obligación que
tenemos los seres humanos es la de ayudar y ser útiles es decir “SERVIR” a
nuestros semejantes.
A veces olvidamos
que, para hacer un mundo mejor, en el que se desarrollen todas las potencialidades
del ser humano, hay que mejorar notablemente la calidad de la Educación.
Los niños han de aprender a diferenciar sus necesidades de sus deseos, a
dar las gracias, a conversar, a hacer amigos, a tener sentido del humor y
habilidades básicas. Así les ayudaremos a comprender mejor la interrelación de
todo lo que existe, su trascendencia y a desarrollar su mundo ético-moral, esta
es una auténtica apuesta, pues no en vano, los niños de hoy serán los que
abanderen, los valores ético-morales del mañana.
A menudo los seres
humanos, vivimos la vida al revés, intentamos tener muchas cosas, o tener más
dinero, con la intención de poder hacer lo que de verdad nos gusta, y así ser más
felices y tener una vida plena de armonía y paz. Pero la manera en que suele
funcionar es la contraria, primero debemos ser nosotros mismos, el ser humano
que somos en realidad, y luego hacer lo que tengamos que hacer, para lograr los
objetivos que nos hayamos marcado en la vida. Como dice una frase de la
sabiduría milenaria: “Puestos a ser, lo mejor que podemos ser, es
nosotros mismos”.
Tenemos toda una
vida para aprender de los demás, para enriquecer nuestro yo interno, sabiendo
que no es necesario pedir, sino que hay que merecer, y ese merecimiento llega
de la mano de una Ley Universal, trabajo, trabajo, trabajo y lo demás vendrá
por añadidura y para ello hemos de elegir el camino de la coherencia, y la
sinceridad con nosotros mismos.
A modo de
conclusión, si de verdad queremos tener esa Calidad Humana y trabajar
día a día por ella, hay que ser conscientes e integrar dentro de nosotros tres
valores fundamentales para que dicha Calidad Humana se manifieste en nosotros:
1.-
RESPETO respetar es actuar en la vida con conciencia que nuestros actos
tienen consecuencias en nosotros y en los que nos rodean. El que respeta
siempre mira a su alrededor, el que no, solo se guía por sus propios impulsos.
2.-
SINCERIDAD es la expresión externa de lo que verdaderamente pensamos y
sentimos, la ausencia de simulación y de hipocresía, hace posible la auténtica
comunicación y la tranquilidad de sabernos aceptados tal y como somos.
3.- SERVICIO A LOS
DEMAS dar sin esperar nada a cambio, implica un compromiso con los demás
seres humanos, trabajar juntos, saber que todos vamos en la misma dirección,
abrir caminos compartidos para conseguir un mundo mejor, donde la ética y la
moral sea cada vez un valor más elevado.
ESTE ES EL PRINCIPIO
FUNDAMENTAL DE LA CALIDAD HUMANA.
http://lacienciadelespiritu.blogspot.com/2022/02/la-calidad-humana-lo-que-necesitamos.html
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