LA MEJOR ACTITUD
La Ley de Atracción
podría resumirse así: Somos creadores de nuestra realidad, somos
ciento por ciento responsables de todo lo que nos pasa y atraemos a nuestras
vidas el tipo de experiencias y relaciones que mejor se ajustan a las emociones
que experimentamos con más frecuencia.
Nada dice la Ley de Atracción acerca de trabajar duro para
tener un futuro mejor. Sólo nos anticipa que nuestra realidad futura, la que
estamos creando ahora, reflejará fielmente nuestro estado emocional actual. Si
esto es cierto, la mejor actitud para crear la realidad que anhelamos podría
ser la que sugiere esta imagen
Pero, ¿cómo podría alguien alcanzar cualquier meta si adopta una actitud tan pasiva, tan despreocupada? ¿Quién resolvería cada problema, quién llevaría a cabo los cambios necesarios, quién se encargaría del trabajo duro?
Estas preguntas encierran una de las claves más importantes
que podamos tratar de descubrir. La calidad de nuestras vidas depende de cómo
respondamos estos interrogantes. Y básicamente hay sólo dos respuestas
posibles… que conducen a futuros muy diferentes.
La respuesta más conocida es: «Si queremos que algo cambie,
debemos actuar». Y una manera inteligente de actuar sería establecer primero
una estrategia adecuada y luego llevarla a la práctica. En esta línea de
pensamiento, normalmente se acepta que cuanto más esfuerzo hagamos, más
rápidamente alcanzaremos nuestros objetivos.
Esta manera de enfrentar la realidad es la que nos
enseñaron. Y normalmente todos la aceptamos sin cuestionarla…
La otra respuesta, la menos conocida es:
Si queremos que algo cambie, debemos cambiar nuestras
emociones. Así, si queremos que algo nuevo se manifieste en nuestras vidas,
debemos cambiar nuestra actitud frente a esa nueva situación. Debemos sentirnos
completamente merecedores de eso que anhelamos y debemos experimentar bienestar
y gratitud, tal como si lo deseado ya se hubiera concretado.
En este segundo enfoque, el que propone la Ley de Atracción,
el Universo hará los ajustes necesarios para materializar lo nuevo, sin que
nada pueda limitarlo. La realidad puede sorprendernos en cualquier momento con
hechos inesperados que encierran nuevas y milagrosas oportunidades. Luego, si
nuestra mente está serena pero alerta, es decir si nos sentimos bien y con un
elevado nivel de consciencia, podremos reconocer y aprovechar esas nuevas
posibilidades.
Y cuando todo esto ocurre, cuando nuestra actitud emocional
es la adecuada (porque nos sentimos merecedores, felices y agradecidos),
también experimentaremos el entusiasmo necesario y descubriremos en nuestro
interior la energía y los talentos requeridos para llevar adelante cualquier
proyecto. Y entonces, solo entonces, tal vez sí tengamos que trabajar duro por
algún tiempo.
Sí, es cierto: en algún momento tal vez sea necesario
trabajar duro. Pero será de una manera diferente, con entusiasmo y alegría,
como parte de un proceso en el que recibimos primero la inspiración, y luego la
energía y todos los recursos necesarios para alcanzar nuestra meta.
Aquí un video que parece mostrarnos que con la Ley de
Atracción podemos atraer tanto lo bueno como lo malo, todo depende de nuestra
actitud:
Ahora quisiera compartir una idea muy básica acerca de la
Ley de Atracción, que normalmente es pasada por alto y que suele ser la causa
del fracaso cuando llega el momento de fijarnos metas reales y concretas para
tratar de cambiar nuestra realidad.
Es común que junto a las primeras informaciones que
recibimos acerca de la Ley de Atracción, nos lleguen también algunos ejercicios
muy simples, como las afirmaciones positivas, la visualización creativa o el
mapa del tesoro.
La Ley de Atracción propone que las emociones que
experimentamos con mayor frecuencia van «modelando» nuestra realidad. La Ley es
bien simple y la primera conclusión útil que podemos extraer de su enunciado es
que si queremos cambiar nuestra realidad lo que tenemos que cambiar son
nuestras emociones. Nada dice la Ley de Atracción acerca de practicar
ejercicios.
Sin embargo, casi lo único que hacemos luego de tomar
contacto con la Ley de Atracción es ponernos a practicar ejercicios.
No hay nada malo en estos ejercicios, siempre y cuando los
practiquemos de manera que nos conduzcan a experimentar un cambio profundo y
duradero en nuestras emociones. Pero con frecuencia terminamos haciéndolos de
manera mecánica, sin un verdadero compromiso por cambiar nuestra actitud. Al
tiempo nos desanimamos porque no vemos los resultados esperados y finalmente
también dejamos de practicar esos ejercicios.
Los ejercicios no son un fin en sí mismos. Si hacemos
afirmaciones positivas, por ejemplo, la meta no es llenar todo un cuaderno con
«frases bonitas», cargadas de las mejores intenciones. El verdadero objetivo es
experimentar realmente lo que esas afirmaciones proponen, es hacernos sentir
completamente merecedores de cada situación o aspecto positivo que esas
afirmaciones describen, es ayudarnos a desarrollar el hábito de sentirnos bien,
de experimentar gratitud… es permitirnos cambiar nuestras emociones más
frecuentes.
Si no hay cambios reales y duraderos en nuestras emociones,
no habrá cambios reales y duraderos en nuestra realidad.
La correcta práctica de cualquiera de estos ejercicios nos
permite reemplazar antiguas creencias limitantes por otras nuevas y positivas.
La meta no es repetir una y otra vez, de manera mecánica, una larga serie de
ejercicios, sino aprender a sentirnos de otra manera, a enfrentarnos con otra
actitud ante la vida y ante las demás personas. Es reconocer nuestra verdadera
naturaleza. Es aprender a vernos como los seres maravillosos que realmente somos,
merecedores de todo lo bueno que seamos capaces de imaginar, a quienes se les
ha concedido el milagroso poder de crear su propia realidad.
Un poco de humor
¡Este es otro de esos videos que no deberían estar en un
sitio web como este! A mí me hace reír, aunque tengo que reconocer que se trata
de una muestra del humor más básico y elemental. Aun así quería compartirlo
porque me recuerda que, según la Ley de Atracción, atraemos tanto lo bueno como
lo malo, de acuerdo a cómo sean nuestras emociones. Por ejemplo, el temor de
que algo malo suceda puede conducir a atraer precisamente esas experiencias tan
temidas. Y el protagonista de este video parece aprenderlo de una manera muy
dolorosa… pero muy cómica!
Axel Piskulic
https://www.amarseaunomismo.com/ley-de-atraccion-la-mejor-actitud/
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