LA VIDA ES UN PUZZLE
Si la miramos bien,
la vida no es más que un siempre sorprendente puzzle! Día a día vamos
colocando nuevas piezas, aunque la mayoría de veces no seamos conscientes de
ello y no seamos capaces de ver que cada una encaja en una totalidad, que
desconocemos…
Como un gran crisol
de piezas aparentemente inconexas, día a día vamos tejiendo nuestra vida… y
acercándonos o alejándonos paulatina y momentáneamente de nuestro Destino, ese
que merecemos y que cada uno va definiendo en su camino hasta llegar hasta él.
A esa meta a la que todos sin duda llegaremos -hagan falta las vidas que sean-
porque no es más que la razón para haber nacido y vivido.
Pero, aún llegando
al mismo Destino, cada uno elije su propio camino y si en él habrá más felicidad
que infelicidad, aunque la vida contiene razones y circunstancias que propician
ambas, por igual…
Si miras atrás,
puedes ver como cada persona, momento y lugar tienen su propio sentido en tu
vida, aunque no coincida necesariamente con el que nosotros le diéramos en su
momento, pues seguramente éste estaba condicionado por nuestras circunstancias,
muchas veces efímeras o interesadas en convencer a nuestra limitada mente, que
solo busca la confortabilidad y la seguridad. Solo puedes entender cada paso con
la suficiente perspectiva desde arriba, con la libertad que da sentirlo desde
dentro, la Conciencia de nuestra realidad.
Mirar desde dentro
-o desde arriba, como quieras entenderlo- nos permite ser libres ante las
circunstancias pasajeras y volátiles que nos condicionan. Y en esa visión
estroboscópica y privilegiada podemos descubrir día a día el sentido profundo y
auténtico de nuestra existencia, que poco o nada tiene que ver con nuestros
planes y expectativas solo humanas y terrenas. Pero es difícil esa perspectiva
global sin tener algo que la aliente y nos ayude a transitar por nuestro día a
día como es la confianza. Porque la confianza genera paz, algo imprescindible
para surfear por los acontecimientos de nuestra vida…
Así, cuando miro
atrás veo que hay una linea argumental que da sentido a todas y cada una de mis
decisiones, ya sean aciertos o errores. Cada uno de ellos teje mi propio camino
que me lleva a la vida que merezco, sin más. Solo puedo, desde la libertad y el
amor (¿la confianza, al fin y al cabo, no es amor, también?), vivir la
felicidad o el sufrimiento en mi vida, pues eso depende de mi actitud ante los
acontecimientos. Todos tenemos oportunidades en nuestra vida para ser felices o
infelices, pero en nuestro interior sabemos que no hay nada permanente en
nuestra vida y solo el cambio constante lo es…o sea que todo pasará!
Seguramente aludo a
conceptos demasiado abstractos como la libertad, la confianza o lo que
merecemos en nuestra vida que son difíciles de explicar y, más aún, de aplicar
en nuestra vida ordinaria. Seguramente deberemos añadir uno que también nos
cuesta entender y aplicar como es la paciencia. Paciencia y confianza se unen
para entender y vivir aquello que merecemos, pero que seguramente debemos estar
convenientemente preparados para aceptar. Alguien dijo que la suerte es la
combinación de preparación y el momento oportuno. Solo podemos prepararnos
viviendo todo tal como llega y aprendiendo lo que hay que aprender para, en
algún momento, estar preparados para ver y entender la oportunidad cuando
llega. Por eso la atención -ajena al ruido que nos rodea- es otro elemento
imprescindible. La persona, el momento o el lugar adecuado no avisa cuando
aparece, aunque siempre hay señales -que sentimos en nuestro interior, si estamos
bien despiertos- que nos dan pistas para actuar…
Quizás el único
logro real en mi vida hasta ahora es haber conseguido confiar en que todo tiene
su sentido y mi único deseo es ser capaz de tener paciencia y estar realmente
atento para saberlo encontrar y apreciar, cuando llegue ese momento en que
aparezca lo que merezco. Y tal vez aceptar que tengo toda una vida por delante
para que aparezca, siempre y cuando no caiga de nuevo en el error de forzar las
situaciones sin fluir con ellas y no tenga la tentación humana e irrefrenable
de fabricarme una vida hecha a medida y basada en mi parcial realidad, como
solemos hacer gran parte de nuestra vida…
Aprender, vivir
fluyendo sin miedo y aceptar lo que venga con esperanza de que tiene su propio
sentido que algún día se me desvelará, ya es en sí la mejor manera de vivir con
esa paz, esa confianza y esa libertad que necesito para ser feliz, cada día. Si
además me doy cuenta de que la felicidad son momentos en este camino y no un
lugar a donde hay que llegar, habré entendido la vida en su esencia y la viviré
como algo que merece la pena vivir y, a la vez, compartir…
Pero te recuerdo que
nadie sabe cuánto vivirá… o sea que vale la pena intentar vivir de esta manera
lo antes posible, preparándonos cada día para vivir lo mejor, eso que merecemos
y siempre habíamos soñado para nuestra vida, en cuanto surja cada nueva
oportunidad!
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