EL CAMINO DE LA VIDA
“Caminante no hay
camino, se hace camino al andar”…sabias palabras para describir de modo
magistral lo que es la vida.
No hay camino, cierto, cada uno de nosotros va configurando su camino,
su sendero, su historia personal, llena de aciertos y de errores, de momentos
felices y tragos amargos.
Pero esa es la vida; sólo se aprende a vivirla, precisamente viviendo,
viviendo sin miedo, caminando sin cesar a
pesar de las piedras que encontramos al paso y que a veces nos hacen tropezar y caer,
tropezar y caer para
luego volvernos a levantar, con más ganas y fuerzas, sin mirar atrás; porque el
pasado ya no está y el futuro está por llegar, porque tan sólo
oteamos vagamente un horizonte lejano que aún no ha llegado.
Pero mientras tanto vamos dando pasos unas
veces a ritmo ligero y firme y otras tantas veces como un pequeño caracol que
esconde su cabeza en su diminuta casa…pero le echamos valor y seguimos
adelante, caminando porque…”Caminante no hay camino, se hace camino al andar”.
Porque a veces tendremos
que decidir si
cruzar el río o tomar otro atajo, disfrutaremos cuando el sol luzca
en todo su esplendor y tendremos que aguantar cuando nos cae un chaparrón encima; y
así recogiendo piedrecitas por el camino y pequeñas pero preciosas flores o
unas gotas de agua de lluvia que mantendremos como un recuerdo en nuestra
memoria de todo lo que nos enseñó ese chaparrón;
ese chaparrón que nos enseñó a cubrir nuestras espaldas en aquel momento
asustados porque pudiera provocarnos un absurdo constipado que nos impidiera
seguir caminando con ligereza o porque pudiera mancharnos nuestra ropa o
nuestro pelo y no estar lo guapo que debiéramos ante algún compañero que
pudiéramos encontrar en el camino…
Y es que iremos
llenando nuestra mochila, una mochila que cada vez pesará un
poco más y también tendremos nuestro rostro y nuestra piel
más curtida por
el sol, el viento y la lluvia, pero seremos un poco más sabios, sabios en el
camino de la vida porque…Caminante no hay camino, se hace camino al andar.
La fuerza de voluntad, el coraje, el seguir caminando, la humildad cuando nos hace falta y el orgullo cuando hemos conseguido escalar la
montaña nos ayudarán en nuestro largo camino…ese largo camino que es la vida y
para el que no hay respuestas rotundas, porque sólo se aprende caminando y
porque los errores también son aciertos; porque
la vulnerabilidad, el miedo
y la incertidumbre cuando
la noche llega y estamos solos en ese camino en el
que todo se vuelven extrañas y misteriosas sombras que nos confunden y nos
nublan la vista también tienen su encanto.
Porque…
Todo pasa y todo
queda,
pero lo nuestro es pasar,
pasar haciendo caminos,
caminos sobre el mar.
Nunca persequí la
gloria,
ni dejar en la memoria
de los hombres mi canción;
yo amo los mundos sutiles,
ingrávidos y gentiles,
como pompas de jabón.
Me gusta verlos
pintarse
de sol y grana, volar
bajo el cielo azul, temblar
súbitamente y quebrarse…
Caminante, son tus
huellas
el camino y nada más;
caminante, no hay camino,
se hace camino al andar.
Al andar se hace
camino
y al volver la vista atrás
se ve la senda que nunca
se ha de volver a pisar.
Caminante no hay
camino
sino estelas en la mar…
Hace algún tiempo en
ese lugar
donde hoy los bosques se visten de espinos
se oyó la voz de un poeta gritar
“Caminante no hay camino,
se hace camino al andar…”
Golpe a golpe, verso a
verso…
Murió el poeta lejos
del hogar.
Le cubre el polvo de un país vecino.
Al alejarse le vieron llorar.
“Caminante no hay camino,
se hace camino al andar…”
Golpe a golpe, verso a
verso…
Cuando el jilguero no
puede cantar.
Cuando el poeta es un peregrino,
cuando de nada nos sirve rezar.
“Caminante no hay camino,
se hace camino al andar…”
Antonio Machado
Te invitamos a ver este precioso video en el
que se pone música y voz a estas preciosas palabras de uno de los mejores
poetas de nuestro tiempo. https://www.youtube.com/watch?v=2DA3pRht2MA
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