SER FIEL A UNO MISMO
Estamos en unas fechas donde vamos a tener tiempo para
nosotros y sería bueno reflexionar y darnos respuestas a una de las preguntas
más difíciles que nos podemos o pueden hacernos. ¿Soy fiel a mí mismo?
A veces nos parece que hay objetivos imposibles. Metas que
no lograremos nunca. Caminos inescrutables. Pero la realidad es que todo
imposible comienza con un primer paso al que se le añade la emoción y la
ilusión del logro por conseguir.
Lo que nos impide empezar, lo que nos limita, lo que
realmente nos pesa, es el recuerdo de anteriores fracasos. Hemos podido iniciar
un régimen muchas veces, o querido hacer ejercicio físico sin éxito o tal vez,
nos hemos propuesto ser más ordenados, menos parlanchines o más extrovertidos.
Otros logros, los más complicados y complejos, tienen que
ver con las relaciones con los demás, con la forma de actuar y la manera de
decidir, con la elección adecuada, con situarnos en el lugar correcto y sobre
todo con sabernos rodear de las personas adecuadas en la vida.
Con la toma de conciencia de lo que nos sucede y de lo que
queremos que nos suceda y no sucede o con la manera de pulsar el botón de
“hacer” en vez de quedarnos inmóviles con las lágrimas en los ojos y la cabeza
llena de humo.
Estoy convencido que pensarlo es menos gravoso que hacerlo,
pero es el primer paso, primero es el pensamiento y luego la acción.
Siempre me marco a mi mismo pasitos pequeños. Logros menores
que nos hacen sentirnos un poco mejor. Pero sobre todo me hablo, porque lo
necesito, de la perseverancia unida a la paciencia, de adquirir el conocimiento
necesario que necesito en cada acción que hago, del trabajo y el esfuerzo como
único camino, pero sobre todo me impongo la confianza en mí mismo como garantía
de conseguir lo que me proponga.
De continuar sin mirar atrás. De atender a aquello de lo que
estamos convencidos, porque nos lo dicta el corazón, o a esa voz interior que
nos anima a intentarlo, para sentirnos mejor.
No es fácil mantener la palabra que uno se da a sí mismo,
pero es la palabra más valiosa de todas.
Si con alguien hay que ser sinceros es con uno mismo. Si a
alguien hay que hablar claro es a uno mismo. Si a alguien hemos de reñir o
premiar, nadie mejor que uno mismo…y si a alguien hemos de perdonar también
seremos los mejores candidatos.
Cualquier camino que queramos emprender… empieza y termina
por nosotros mismos, porque nada esta fuera, todo está en nuestro interior.
Fidelidad a lo que somos y sentimos hasta que la muerte nos
separe; o incluso más allá de ella. A cualquier precio. Porque todo será poco
para compensar los desastres que nos produciríamos al traicionar nuestra
esencia, nuestro proyecto de vida, aquello que decidimos hacer cuando
llegásemos aquí.
Ser fiel a uno mismo, significa hacer las cosas desde el
corazón.
Ser fiel a uno mismo, significa no bajar la cabeza ante
nadie, pero tampoco permitir que nadie la baje ante nosotros.
Ser fiel a uno mismo significa el compromiso de dar siempre
y en todo momento lo mejor que llevamos dentro, sin esperar nada a cambio.
“Eres el protagonista de tu propia vida. Emplea toda tu
energía en ser tú mismo. Nadie puede hacerlo tan bien como tú".
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