ABRÁZAME
Has
sentido alguna vez la sensación de que daba igual cualquier palabra
que pudieran decirte?
Que
no importaba lo bueno que fuese el consejo,
o
lo motivador que tuviese el discurso,
simplemente,
que no te ayudaba.
He
aprendido que da igual que seas terapeuta, médico o sabio,
en
algunas ocasiones no hay nada más sanador que el cariño de un
abrazo.
De
esos que te apoyan la cabeza contra el pecho,
y
te dejan sentir el calor que desprende el corazón de la otra
persona.
Esos
abrazos tan fuertes tan fuertes que no puedes aguantarte las lágrimas
y los suspiros,
que
parecen que te exprimen hasta que no quede nada de dolor.
Y
qué me dices de los abrazos que protegen,
esos
que te hacen sentirte en los mejores brazos del mundo.
O
esos abrazos tan delicados y sutiles,
tan
mágicos,
que
puedes sentir que no abrazas un cuerpo,
Si no
un alma.
A
mí me gustan esos que vienen sin avisar,
que
te cogen por la espalda,
O
los enamorados que se acurrucan en el cuello del otro.
Aunque
creo,
Que
no hay mejor abrazo que el del reencuentro,
Tanto
tiempo colapsado en un momento,
Dos
almas,
Dos
vidas,
Dos
cuerpos,
Y
una incandescente llama vibrando bajo el pecho
Dar
un abrazo no es fácil,
No
es tan sólo rodear con los brazos a otra persona,
Hay
abrazos por compromiso,
Abrazos
que traicionan,
Incluso
hay abrazos tan duros que ahogan.
Un
abrazo es dar y recibir,
Unas
veces te caerás y te sujetarán,
Y
otras serás tú quien rescate a alguien.
Un
abrazo une mundos,
Si
no vas a abrazar con el alma,
Cuidado,
Esa fusión no se
siente
si estás con los
ojos abiertos o el corazón cerrado.
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