EL PODER DEL CORAZÓN
Me gustaría empezar,
haciendo una comprobación contigo. Coge tu mano derecha. Llévala a tu pecho,
donde palpita esa cosa, que dicen, que es un corazón. ¿Lo sientes? Y
ahora me gustaría preguntarte, ¿Hace
cuanto que no sentías sus latidos de forma consciente?
Tenemos un corazón que nos
da la vida y no le hacemos caso. Bueno si, cuando nos empieza a fallar, pero
mientras… pasamos de él.
Mientras éramos pequeños,
hacíamos cosas que pensábamos que eran imposibles. Nos declarábamos a esa chica
que tanto nos gustaba, aunque pensáramos que era inalcanzable, porque nuestro
corazón nos decía que lo teníamos que hacer. Gracias a nuestro corazón hemos
hecho muchas “locuras”
de las que aún nos acordamos.
Pero a día de hoy, ¿Cuántas “locuras” sigues
haciendo en función a lo que dice tu corazón?
Cuando llegamos a la
madurez, “la
edad del miedo”, la llamo yo, esa conexión que teníamos con el
corazón, la desenchufamos. Si oímos a nuestro corazón, nos dirá: “Sigue tu
instinto, sabes lo que quieres hacer, sabes que ella es tu pareja ideal, dile
algo… sabes que tienes que dejar ese trabajo y dejarlo todo por tu pasión…”.
Pero ¿A qué da miedo? Y mucho… Pero además de nuestro miedo, le añadimos un
poco de “Eso
es imposible, ¿A dónde vas? No me seas un crio… tú sigue como estás… y déjate
de locuras…”. Pues la conexión con nuestro corazón, como pasaba,
cuando éramos unos niños, desaparece, la enterramos, para nunca más quererla
volver a oír y que no te provoque problemas.
Te gustaría saber la
respuesta a: ¿A qué he
venido a este mundo?. Seguro
que se te han abierto los ojos, ¿Me confundo? La respuesta ya la tienes. ¿Cómo?
Vuelve a poner la mano en tu corazón y escucha lo que te dice. Ahí reside tu
respuesta.
El corazón, es mucho más
que un órgano vital. Es el centro de tus sentimientos. Es el centro de
respuestas a esas preguntas, que crees que no tienen respuestas. Es el centro
de emergencias al que tienes que acudir, cuando no paras de girar en la rueda
de pensamientos negativos y catastróficos.
Cuando somos “mayores”,
pensamos que nos realizaremos comprándonos una casa, teniendo un coche y la
mejor pareja posible. Pensamos que así conseguiremos, el gran cáliz, LA FELICIDAD. Pensamos
que eso nos llenará, y cuando no pasa, cambiamos de trabajo, de pareja o de
casa. Pero aún así, seguimos sintiéndonos vacíos.
Utilizamos placebos, como
la comida, el sexo, las drogas, el alcohol, para evadirnos de esa sensación de
frustración, de querer evadirse de un mundo que no nos gusta.
Antes de que hagas eso,
vuelve a poner la mano en tu corazón, y escucha lo que te dice.
Con 30 años, eso de
escuchar a mi corazón, era de “happy flowers”, lo
reconozco. Mi vida, o eso pensaba yo, estaba muy bien encaminada,
trabajo, dinero, alguna que otra pareja… Eso del corazón, era para “raritos”.
¿Hoy? Doy gracias, por
haber abierto mi corazón. Abrir tu corazón significa abrirte a una vida llena
de sentido y con un propósito. Situación que antes, era algo impensable.
Cuando abres tu corazón,
eres más receptivo a la situación de los demás, a las oportunidades que la vida
te ofrece, y que antes pasaban para ti, totalmente desapercibidas. Cuando abrí
mi corazón, me di cuenta de quién era yo de verdad y por qué estaba aquí.
¿Y tú lo sabes?
Si nos dejamos guiar por la
razón, nunca vemos más allá de la próxima esquina, pero mientras nos guiemos
por el corazón, veremos a través de él, todo el trayecto.
El corazón, tiene un
idioma, que has entendido muchas veces, y cuando te sientes “incomodo”
con la vida, te sucede porque no lo escuchas. Se llama “intuición“.
Todos hemos vivido
momentos en los que hemos pensado: “No sé, pero siento que tengo que hacer
tal o cual cosa…” Estábamos conectados con el corazón. Seguíamos
sus dictámenes. Le escuchábamos. Y siempre, sentíamos que habíamos hecho lo
correcto.
¿Por qué ahora ya no le
escuchas? Porqué
estas desconectado de él, de tu corazón, de tu ser. Sal de tu
cabeza para poder escuchar la voz de tu corazón.
Esto, lo he denominado
coherencia, y es lo que pasa cuando escuchas a tu corazón. Estás en coherencia
contigo mismo, con la vida. Tu ritmo cardíaco es siempre el mismo, vives en el
ahora y eres más grande que tus pensamientos.
¿Quieres conectar
con tu corazón? Es fácil, conecta con tu niño interior. Si ese
que tienes dentro de ti, que le gustaría jugar más, que le gustaría hacer
locuras, ese que le gustaría explorar otros caminos, no siempre los mismos. Ahora
viene la navidad, y todos tenemos niños alrededor, cópiales, sígueles, ellos se
mueven por su corazón.
Se dice que tenemos más de
60.000 pensamientos a lo largo del día, y más del 80% de los mismos son
negativos. TODOS anhelamos
una vida, con sentido, felicidad y éxito, pero ¿Con ese porcentaje de
pensamientos negativos, crees que la podremos tener?. Una persona de corazón,
ve la vida desde otra vertiente.
No estoy diciendo que son
personas que “pasan”
de todo, sino que aceptan lo que les viene, ya que saben que sobre muchas cosas
no se tiene poder, y con el corazón, encuentran solución a la misma, son
personas agradecidas a lo que tienen y agradecen lo que la vida les da.
Son personas que saben que
la conexión entre corazón, vida y personalidad, es esencial a través de las
emociones que viven para saber si están en el buen camino o no.
Estar conectado con tu
corazón es recibir los mensajes, conocer a las personas que necesitas en esos
momentos. Es lo que llama Deepak Chopra “sincronicidad”. Son
momentos que parecen que son una coincidencia, pero que detrás de ellos, hay
mucho más. Piensas que es un milagro haber encontrado la solución o la
persona en esos momentos, que tanto lo necesitabas, pero al estar
conectado con tu corazón, abierto a lo que la vida te da, se llena tu
vida, de situaciones así y mejores.
Me he dado cuenta, que las
personas que son de “corazón”,
en cualquier tipo de relación que mantienen, atraen a personas que tienen el
mismo sentimiento de seguridad en sí mismos. Todos buscamos a la “persona
ideal”, con el fin de llenar un vacío. ¿Qué pasaría si en vez de buscarla, nos
buscáramos a nosotros mismos?
Si piensas que eres feliz,
si te conoces, atraerás a ti personas con el mismo nivel de sentimientos. Si
desconfías de ti, ¿Qué atraes? Personas, al igual que tú, que están buscando a
otra persona para llenar su vacío. ¿Este tipo
de relaciones quieres? Creo
que no.
Creo que estamos viviendo
unos momentos transcendentales, en los que nos estamos dando cuenta, que si
queremos salir del atolladero, en el que nos ha metido la “razón”;
sólo hay una salida, volver a conectar con nuestro corazón.
Haz más caso a tu corazón
que a tu razón. Si queréis conocer el poder que tiene el corazón, os recomiendo
el libro ” El poder del corazón“, os cambiará la
vida.
¿Y tú desde dónde
vives tu vida?
¿Desde el corazón o desde la razón?
¿Cuándo fue la última vez
que lo escuchaste?
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