CANCIÓN PARA UNA CASA
No
solo quedan las paredes y las puertas,
las
ventanas desde las que viste el ayer.
No
solo quedan la mesa y las horas muertas
que
pasaste trenzando los hilos de tu niñez.
Te
imagino mirando el cuadro de la sala de estar,
tocando
la guitarra sentada en tu habitación.
El
regreso de tu padre, cada día, al hogar
y
la risa de tu madre convirtiéndose en canción.
Pues
una casa no es tan solo paredes y hormigón.
Una
casa es reducto de vida y de amor.
Fue
donde te hiciste la que eres hoy,
donde
se fraguaron alma y corazón.
Cambiaron
los muebles pero no la esencia
ni
los pasos de niña y su eco dorado
y
en cada espacio noto la sutil presencia
que
alumbra el presente aún desde el pasado.
La
casa no cambia a pesar del tiempo.
En
ella vislumbro que el amor transita.
Está
en cada objeto, está en cada gesto
que
el recuerdo devuelve de nuevo a la vida.
Pues
una casa no es tan solo paredes y hormigón.
Una
casa es reducto de vida y de amor.
Fue
donde te hiciste la que eres hoy,
donde
se fraguaron alma y corazón.
A.BARO
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