DALE
UN MOMENTO A TU ALMA PARA QUE TE ALCANCE
A
veces un relato nos llega mucho más al alma de lo que podrían
llegar otro tipo de reflexiones. Esta vez traemos un antiguo relato
africano que habla acerca de esa forma de vivir en la que las
acciones van por un lado y el corazón por otro, debido a que no hay
un tiempo para el encuentro. Dice así.
Se
cuenta que un hombre se aventuró a internarse en territorios
inhóspitos de África. Solo lo acompañaban sus porteadores. Todos
ellos llevaban un machete en la mano y se abrían paso por entre la
vegetación espesa. Su objetivo era avanzar a cualquier precio.
“Una
de las grandes desventajas de la prisa es que lleva demasiado
tiempo”.
-Gilbert
Keith Chesterton-
Si
aparecía un río, lo cruzaban en el menor tiempo posible. Si había
una colina, apuraban el paso para no perder ni un minuto. Sin
embargo, de repente los porteadores se detuvieron. El expedicionario
se sorprendió. Llevaban tan solo unas cuantas horas de marcha. Así
que les preguntó: “¿Por qué habéis parado? ¿Acaso ya estáis
cansados con apenas unas horas de camino?”
Entonces
uno de los porteadores lo miró y le dijo: “No señor, no estamos
cansados. Simplemente hemos avanzado muy de prisa y por eso hemos
dejado nuestra alma atrás. Ahora tenemos que esperarla hasta que nos
alcance de nuevo”.
Un
relato que te llama a conectarte contigo mismo
Todos
nos hemos sentido alguna vez desconectados de nosotros mismos. Como
si el que se levantara de la cama, el que fuera a trabajar, el que
hablara, no fuera uno, sino algún extraño. Es una sensación que
frecuentemente aparece cuando nos hemos sumergido en una rutina
exigente y no encontramos la forma de salir de ella.
De
lo que se trata es de volver a encontrar de nuevo nuestro centro.
Como lo señala el relato, de dejar que vuelva “nuestra alma” a
su lugar. A veces es suficiente con hacer una reflexión concienzuda
de la situación, pero otras veces necesitamos algo más que eso.
Si
no contamos con la sensación de conexión y de un control relativo
sobre nuestra vida, fácilmente aparece la desmotivación. Esta puede
transformarse en tristeza, o en ansiedad. En ese punto, todo comienza
a complicarse. Hay un sencillo método para salir de esos estados y
solo te toma unos cuantos minutos al día. Enseguida te contamos de
qué se trata.
Siéntate
un momento al lado del camino
Así
como hacen los porteadores del relato africano, si te sientes
desconectado de tu centro, lo indicado es hacer una pausa. Lo más
probable es que hayas recorrido el camino con excesiva premura. Eso
te ha impedido ver el paisaje y, sobre todo, conectar tu alma con el
sendero.
Lo
recomendable es buscar un momento tranquilo, mejor en las últimas
horas del día. Es tu momento de intimidad contigo mismo y lo vales.
Relájate y pregúntate simplemente: ¿Cómo ha sido el día de hoy?
Después solo tienes que repasar los hechos que viviste durante la
jornada.
No
pienses solamente en las acciones que realizaste, sino en los
pensamientos y sentimientos que llegaron a tu mente. ¿Qué fue lo
primero que se te vino a la cabeza cuando despertaste? ¿Cómo te
sentiste a lo largo del día frente a otros, a las situaciones y a ti
mismo? Dedícale al menos unos cinco minutos a este repaso mental
sobre tu día.
Decanta
la reflexión y deja que tu alma vuelva
Es
probable que al comienzo no veas más que una sucesión de
actividades y sentimientos mecánicos. Sin embargo, poco a poco, tal
como lo indica el relato africano, tu alma va a ir alcanzándote. Ese
inventario es una forma básica de acercarte a ti, pero es solo el
comienzo, la guía para los primeros pasos.
No
tienes que hacer una lista detallada de todo lo que hiciste.
Simplemente deja fluir lo que llegue a tu mente, así sea en forma un
poco desordenada o caótica. Antes de lo que imaginas vas a darte
cuenta de que llegan los rumores de muchas experiencias que dejaste
pasar sin ser consciente. También aparecerán los ecos de esas
emociones que ignoraste y de esos malestares que pasaste por alto.
Así
tu alma logrará alcanzarte. Así vas a lograr, poco a poco, ubicarte
de nuevo en tu punto de equilibrio. El premio para este pequeño
esfuerzo diario es que vas a sentirte más tranquilo y seguro.
También vas a enriquecerte más con cada experiencia que vivas e
incrementarás el conocimiento que tienes de ti mismo. Lo más
importante es que tendrás elementos para evaluar si de verdad estás
dentro de la vida que quieres, o si es tiempo de hacer cambios.
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