SER SIN ESPERAR NADA A CAMBIO
Dilucidaciones
en torno a la autonomía del ser frente a las expectativas.
Para
que pueda surgir lo posible, es preciso intentar una y otra vez lo
imposible.
Herman
Hesse
Vivimos
—generalmente— a la expectativa del mañana, del otro, de
nosotros mismos, de lo que viene, de lo que queremos que sea…
Vamos moldeando lo que Somos según se cumplen nuestras proyecciones
más íntimas. Entre tanto configurar, manipular y esperar, nos
olvidamos de observar y asimilar lo que Es y lo que Somos. Dejamos
de Ser para proyectar.
Expectativa:
Mirado, visto. Esperanza de realizar o conseguir algo.
Esperanza
basada en el pasado, en la experiencia ya vivida. Exquisito amalgama
de todo lo que hemos sido, conocido, resentido y deseado que nos
empuja a construir castillos en el aire. Esperanza que roza
peligrosamente con la creencia, en tanto que suele encarcelarnos.
Robert
Anton Wilson nos recuerda constantemente en sus libros que en el
momento en que escogemos creer algo por sobre lo otro, estamos
descartando en vez de incluir, reducimos las posibilidades en vez de
multiplicarlas al infinito en un mundo donde todo es posible.
Cada
vez que generamos una expectativa estamos apostando todo lo que es
por todo lo que podría ser. Estamos colocando una apuesta, sobre
otra apuesta: toda expectativa está anclada en la percepción y
“toda percepción es una apuesta” Entre fantasías y desafíos
se nos escapa el Ahora y frecuentemente nace la desilusión –hacia
nosotros, el otro, lo que es y lo que no es.
Bienaventurado
el que nada espera, porque nunca sufrirá desengaños.
Alexander
Pope
La
decepción pesa. Así
suele nacer el drama. Caprichosos por excelencia, pasamos de ser
actores a ser simples circuitos reaccionando a impulsos eléctricos
similares a los que te da el “señor de los toques” en las
cantinas mexicanas. Así creamos escenarios inverosímiles dignos de
cualquier telenovela, que luego desconocemos estupefactos. Nos pesa
encarnar aquello que no proyectamos y entonces nuevamente generamos
expectativas de lo que debería de ser y/o suceder.
Así
nacen los círculos viciosos.
Cualquier
situación servirá para reflejarnos el estado actual de nuestro Ser
—como si fueran servicios en los cuales el mecánico te indica lo
que hace falta hacer y tú decides si hacer caso omiso o arreglarlo.
La vida tiene esa exquisita manía de enfrentarnos con aquello que
no queremos reconocer en nosotros. Podríamos llegar a pensar que
todo Sucede para revelar(nos) aquello que pretendemos desconocer en
el otro que no es otro.
Un
hombre no mide su altura en los momentos de confort, sino en los de
cambio y controversia.
Martin
Luther King
La
adversidad desenmascara. Aquello que niegas es precisamente a lo que
le huyes, siempre servirá para derrotarte al final. Cuando uno no
se sabe y reconoce tal cual Es en el Ahora, uno sólo puede ocupar
el rol de víctima o victimario. Dice un proverbio africano: “Cuando
no hay un enemigo interior, los enemigos exteriores no pueden
hacerte daño.” No hay afuera y adentro, todo como reflejo de tu
esencia más intima que a su vez es una de las tantas
manifestaciones del Uno. No hay bien o mal: todo como matiz del Uno.
No hay nada que esperar, todo Es. El
corazón siente, la mente juzga, la energía fluye.
Además,
todo sucede simultáneamente, porque el tiempo no existe. Sólo
percibes un porcentaje mínimo de las infinitas posibilidades, y tu
percepción está directamente ligada con la frecuencia que emites.
La vida como un libro de la serie “Escoge tu propia aventura”
donde al final de cada capítulo, según la observación y el
análisis que hiciste de los hechos, decides el paso a seguir. De
tu capacidad de observación y determinación dependerá el
resultado; de la frecuencia en la que resuenas dependerán las
opciones que percibes.
La
determinación no es un pensamiento, ni un objeto, ni un deseo.
Es
lo que te hace invulnerable.
La
determinación es lo que empuja al chamán a través de una pared.
Lo
hace volar por el espacio hacia el infinito.
Carlos
Castaneda
La
clave está en Ser, plenamente consciente de lo que Es.
Expresar(te)
en todo momento.
No
imaginar el futuro, ni soñar con en el pasado. Evitar que la mente
divague y concentrarnos en el momento presente. Expresa lo que Eres
y siente(te) sin miedo a lo que pueda Ser, y sobre todo sin esperar
nada a cambio. No importa cómo el otro o el mundo reaccione a lo
que Eres, la clave está en ser sólo por el gusto de Ser en ese
preciso momento, dejarse guiar por la sincronía entonada a la
determinación, que a su vez se alinea con el corazón.
La
felicidad es cuando lo que piensas, lo que dices y lo que haces
están en armonía.
Gandhi
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