TENER COMPASIÓN POR UNO MISMO
Tener compasión de ti mismo no te hace más débil; al
contrario, te fortalece. Porque si aprendes a tratarte con bondad, si te
perdonas cuando lo necesitas y aprendes a hablarte con afecto, podrás lidiar
mejor con las dificultades y complejidades de la vida.
Tener compasión por uno mismo dista mucho de ser un acto
de egoísmo. Cada uno de nosotros estamos obligados a practicar ese
autocuidado que permite, por ejemplo, perdonar errores pasados y presentes,
darnos aliento en momentos difíciles o tratarnos con el respeto que merecemos.
Puesto que nadie llega a este mundo con esta competencia de fábrica es
importante aprender a cultivarla.
Decía Boccaccio en el Decamerón que nada nos hace más humanos que sentir compasión por nuestros semejantes. De algún modo, tanto cultural como socialmente, se nos ha inculcado la idea de que esta dimensión va siempre de dentro a fuera. Bien es cierto que es necesario compadecernos de quien sufre y que experimentar dicho sentimiento nos hace más nobles. Sin embargo, hay un detalle igual de importante.