DESPLIEGA UNA VIDA SENCILLA
Mensaje del futuro
para estos tiempos distópicos
La pandemia nos
enmascara, ocultando los rasgos y gestos faciales y escondiendo las sonrisas.
Pero también, muy especialmente, nubla la mirada, restando perspectiva para
contemplar y vivir la Vida. El miedo se disfraza de responsabilidad y
categoriza como negligencia cualquier expresión de libertad. Distanciamiento
social, quiebra de las relaciones personales, familiares y sociales;
desconfianza y división entre la gente; deshumanización; desnaturalización, especismo y alejamiento de la Madre
Tierra; aceptación sumisa del autoritarismo ante vanas promesas de
seguridad; distracción alienante y entretenimiento lelo como modo de esconder
la cabeza, cual avestruz, y no ver la realidad; supremacismo tecnológico a
costa del espíritu humano y de los atributos y cualidades que le son propios…
Pero todo esto quedará atrás. No sabemos ni el día ni la hora, pero pasará esta generación. Lo anunciaron hace tiempo aquellos que no fueron adivinos, sino maestros que conocían bien cómo evoluciona la consciencia y se suceden los ciclos –los menores y los mayores–. Y enseñaron que a la presente humanidad le seguirá otra que recordará lo que ahora se experimenta como parte de su protohistoria.
Así, valorando lo que en estos momentos acontece, constatará
que las noches oscuras colectivas, al igual que las individuales, son factor de
impulso para la expansión de la consciencia y que tanta distopía fue un proceso necesario para alumbrar y
plasmar la nueva humanidad que brillaba ya en el alma de muchos seres humanos.
Y en sus libros de historia, que será escrita desde el
discernimiento y no desde la manipulación y la tergiversación, se narrará con
detalle cómo fue posible que el género humano se precipitara de manera
mayoritaria en un abismo que, eso sí, cual explica el llamado “experimento de
la rana hervida”, fue preámbulo de un salto consciencial sin precedentes.
¿Qué mostrarán las páginas de esos libros con relación a la
época actual? Se describirá en ellas una sociedad abducida por el materialismo
ciego, ensimismada en el consumo incesante, inmersa en la confusión entre
valor y precio, perdida en la búsqueda del bienestar en la superficialidad
exterior y absorta en la absurda creencia de que necesitamos mucho y, lo mucho
que necesitamos, lo necesitamos mucho.
Se analizará cómo la humanidad se convirtió en una
enorme “raza de deudores”, donde personas, familias empresas y
Estados quedaron atados por las cadenas de los préstamos a un sistema
irracional regido por la especulación cortoplacista y global, y psicóticamente
obsesionado en ganar lo más posible en el menor tiempo posible.
Se examinará cómo tal sistema hizo de las personas esclavos
integrales que se creían libres y consideraban normal venderse como fuerza
productiva, a cambio de un salario que les permitiera sobrevivir y mantenerse
lo más enganchados posible a la sociedad de consumo y al crédito.
Se estudiará cómo surgió un nuevo tipo de imperio en forma
de grandes corporaciones transnacionales, empresariales y financieras, que,
campando a sus anchas de una punta a otra del planea, controlaron la
socioeconomía mundial, acapararon los recursos naturales y facilitaron que el
uno por ciento del uno por ciento de la población acumulara más patrimonio y
riqueza que el 99,99% restante, a la par que casi mil millones de personas
padecían hambruna y decenas de millones morían cada año por enfermedades
fáciles de sanar.
Se relatará cómo el
ser humano fustigó y dañó a la Madre Tierra y a los demás seres vivos
del planeta hasta el punto de poner en solfa su propio hábitat de
supervivencia, multiplicando por 10.000 la tasa natural de desaparición de
especies y provocando un cambio climático que desbarajustó la totalidad de los
ecosistemas y multiplicó las catástrofes naturales.
Los hombres y mujeres de la nueva humanidad leerán estas
grandes verdades y otras muchas relativas al “modus vivendi” de la generación
que los precedió. A sus mentes les costará trabajo otorgar
credibilidad al hecho de que semejante humanidad pudiera haber existido alguna
vez.
Sin embargo, como ya vivirán desde la Esencia y no desde la
identificación con su pequeño yo, sus almas, desde la reminiscencia de
encarnaciones pasadas, atestiguarán que algo tan atroz sí existió y rememorarán
la desesperanza y la ofuscación que, en tantas ocasiones, les afligió en los
momentos finales de aquel duro proceso de evolución.
Y serán muchos los que desearán poder viajar en el tiempo y
regresar a ese escenario pasado para calmar tanta angustia y llevar palabras de
ánimo, serenidad y confianza. A esos seres humanos de lo que denominamos futuro,
¿qué les gustaría decir a los de este periodo tan distópico en el que sus
propias almas estuvieron encarnadas con anterioridad? Su mensaje se puede
sintetizar así:
“Mantén el corazón puro, sé misericordioso, despliega
una vida sencilla y no tengas miedo a las aflicciones; sé paciente, no te
irrites contra tu hermano, no insultes ni maldigas y reconcíliate con quien
tenga una queja contra ti; actúa por la paz, actúa por la justicia y practica
ambas cosas aun a costa de ser perseguido, aun a costa de ser insultado y
calumniado.
“Ante la baja vibración, eleva la tuya, ama a tus enemigos,
ruega por tus perseguidores y desde la continua Presencia de tu Esencia, practica la ejemplaridad, la autenticidad y la impecabilidad…
"En medio del huracán aceleradamente creciente en el que
vives, estate en tu centro desde la citada Presencia. Y saca a cada
instante lo mejor de ti mismo y ponlo al servicio de los demás. Estás
a las puertas de un mundo nuevo, de una nueva humanidad. En ella no se ha
invitado a ninguna de las cosas que han constituido los pilares de lo que ya
queda atrás: ni el poder, ni la riqueza, ni la competencia, ni el aferramiento
a lo material, ni el desprecio a las otras formas de vida… Nada de eso está
invitado. ¿Lo estás tú?”.
Fuente: emiliocarrillobenito.blogspot.com
Visto en: https://tumismo.es/articulos/conciencia/despliega-una-vida-sencilla/
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