LO MÁS IMPORTANTE, SENTIRSE BIEN
Pensaba cuál es el mensaje más valioso que tengo para
compartir, qué dejaría aquí escrito si, por ejemplo, supiera de antemano que es
el último artículo que voy a publicar.
¿Y por qué no compartir entonces esa idea ahora mismo? Bueno, aquí va…
¿Por qué normalmente no podemos experimentar completa
felicidad en cualquier situación cotidiana? La foto parece sugerir que sí
podríamos…
La verdadera felicidad que tanto anhelamos está disponible para nosotros ahora mismo, no es necesario que alcancemos antes ninguna meta ni que se produzca primero ningún cambio en nuestras vidas. El logro de cualquier meta sólo nos provocará un bienestar pasajero, aunque nuestro «sentido común» nos asegure normalmente otra cosa: que la felicidad depende del cumplimiento de nuestros deseos.
Siempre que no nos sentimos plenamente felices estamos
esperando que alguna situación se resuelva «favorablemente», que algo cambie,
que se solucione cierto problema, que se cumpla alguno de nuestros deseos. Pero
a largo plazo, aun cuando alcancemos algunas de estas metas, el cuadro general
parece ser siempre el mismo y la felicidad permanece como un estado ideal e
inalcanzable.
No hay nada de malo en tratar de cumplir nuestros deseos…
¡al contrario! Los deseos son esenciales para darle sentido a nuestras vidas,
nos señalan el camino que queremos recorrer. Pero si sentimos que sólo cuando
se cumplan podremos ser felices entonces pasan a convertirse en «apegos», y se
transforman precisamente en los obstáculos que nos impiden alcanzar la
felicidad.
Y, paradójicamente, tal como predice la Ley de Atracción, sentirnos
bien ahora y experimentar ya la plenitud y la alegría que anhelamos, es la
clave para hacer realidad nuestros deseos.
Los chinos lo dicen de una manera hermosa: «Cuando el ojo
no está obstruido, el resultado es la visión; cuando el oído no está obstruido,
el resultado es la audición…» Y yo agrego: «Cuando la mente no está obstruida,
el resultado es la verdad; y cuando el corazón no está obstruido, el resultado
es la dicha…» Anthony de Mello
Desde ya que estos razonamientos no parecen aplicables
mientras atravesamos una crisis profunda, una enfermedad o una pérdida
irreparable. Pero normalmente estas situaciones graves, más pronto o más tarde,
derivan en un nuevo escenario de equilibrio donde podemos volver a disfrutar de
nuestro presente.
Tal vez la vida haya que disfrutarla de la misma manera que
a este enigmático video, porque es interesante mientras va transcurriendo, por
su singular protagonista, por su originalidad, por los paisajes, por las
expectativas que va generando mientras se acerca el final… Pero el desenlace,
como suele suceder en la vida real cuando alcanzamos cualquier meta, es un poco
decepcionante.
Cortometraje «Not
Over» (Aún no termina). https://vimeo.com/43607228
La frase final dice «No termina, hasta que termina».
Nuestras metas no parecen tantas ni tan difíciles, lo que
las convierte en imposibles de cumplir es que al alcanzar alguna inmediatamente
se nos ocurren otras nuevas. Pretender ser felices cumpliendo primero una serie
interminable de deseos es equivalente a lo que hace el protagonista de este
video para enviar una simple tarjeta postal.
Cortometraje «Melvin
the Mini Machine». https://vimeo.com/40539993
Una siesta, un helado o un abrazo encierran el potencial de
una experiencia plena, a la que no le falta nada. Y podemos vivir así cada
momento, construyendo de manera consciente una vida feliz. Por el contrario,
muchas veces marchamos mecánicamente tras los espejismos que el ego pone frente
a nosotros. Se trata de nuestras propias metas, pero el engaño consiste en
hacernos creer que sólo si las alcanzamos podremos ser felices. Y si aceptamos
dar los primeros pasos en esa dirección, tratando de alcanzar esa «zanahoria»
con que el ego nos tienta, podemos pasarnos la vida entera buscando así la
felicidad, pero sin llegar a alcanzarla.
Si estuviera llegando tarde al trabajo, por ejemplo, es
probable que la preocupación por esos pocos minutos de retraso desplace a
cualquier pensamiento positivo. La preocupación por un asunto de poca
importancia normalmente pesa más que el milagro de estar vivos y que todas las
bendiciones que recibimos diariamente. Y a lo largo del día la situación suele
repetirse con otras preocupaciones, relacionadas tal vez con conflictos
irrelevantes, tareas pendientes y otros problemas menores. Nunca parecen llegar
los largos períodos de paz y de serenidad que nos merecemos, en los que podamos
disfrutar de todo lo que ya está resuelto en nuestras vidas, de todo aquello
que gracias a Dios sí tenemos.
Muchas veces la causa de cualquier malestar depende más de
nuestros propios pensamientos que de las circunstancias que nos toca vivir. Y
somos nosotros, de manera consciente o inconsciente, quienes decidimos en qué
pensar. Nuestra realidad personal es, entonces, nuestra propia invención.
Los artículos de este blog tratan generalmente acerca de la
autoestima, de la Ley de Atracción, de la importancia de vivir de manera
consciente el «aquí y ahora»… Pero siento que la idea más importante, a la que
le dedicaría el último artículo si supiera de antemano que ya no voy a poder
seguir publicando aquí, es esta:
Salvo en situaciones
extremas podemos experimentar cada momento con alegría y gratitud, podemos
decretar que ya estamos bien y simplemente disfrutar, no hay condiciones
previas ni metas a cumplir para alcanzar la felicidad. Además, así creamos las
condiciones para atraer todo lo que deseamos… las cosas, situaciones y
relaciones que nos gustaría incorporar a nuestras vidas. Tal vez esta idea no
sea fácil de aplicar, quizás al principio sólo podamos recordarla unas pocas
veces al día… pero bien vale la pena perseverar!
Axel Piskulic
https://www.amarseaunomismo.com/lo-mas-importante-sentirse-bien/
No hay comentarios:
Publicar un comentario