LA SIESTA y otras actividades altamente productivas
Los reptiles no tienen la capacidad de regular su propia
temperatura corporal. Muchas lagartijas, por ejemplo, destinan parte del día a
tomar sol sobre alguna roca. De esta manera sus cuerpos alcanzan la temperatura
óptima para regular sus funciones. Tomar sol puede parecer una pérdida de
tiempo, pero para estos animales es una actividad muy importante porque su vida
depende de que la lleven a cabo cada día.
Algo parecido le pasa al simpático robot protagonista de la película WALL-E, que despierta todas las mañanas con las baterías muy bajas: WALL-E carga sus baterías cada día. Cargar las baterías es algo imprescindible para WALL-E lo mismo que para nosotros.
Hay una gran diferencia entre encarar cualquier actividad cuando disponemos de energía y entusiasmo o hacerlo cuando estamos «con las baterías bajas».
Todos tenemos más o menos claro en qué consiste una alimentación saludable. También sabemos que el ejercicio físico es bueno para nuestro cuerpo. Y que nos hace bien tomar mucho líquido, dormir al menos ocho horas y evitar en general cualquier exceso.
Hasta la revista más intrascendente y superficial, de esas que están siempre en la peluquería o en el consultorio del médico, están llenas de este tipo de sugerencias que ayudan a que nuestro organismo funcione mejor. Pero este artículo no se refiere a ninguna de esas cuestiones.
Para desarrollar al máximo nuestro potencial hay algo más
que debemos saber. Hay otros «tips saludables» que nos conviene conocer
y aplicar. Hay un estado óptimo que podemos cultivar en nosotros y que nos
permite desplegar al máximo todas nuestras cualidades.
La mejor versión de
nosotros mismos
El entusiasmo, por ejemplo, es esencial para obtener los
mejores resultados en cualquier tarea que desarrollemos. La motivación es
fundamental para poder entregar toda nuestra energía y atención mientras
estamos trabajando. La inspiración, la creatividad y la intuición son
imprescindibles para resolver los problemas más difíciles.
Entusiasmo, motivación, inspiración, creatividad, intuición…
qué buenos son esos momentos o breves períodos en los que disponemos de estas
maravillosas herramientas. No sólo somos capaces de desarrollar nuestras
actividades de manera precisa y efectiva sino que además nos sentimos muy bien,
estamos contentos, somos felices…
Por el contrario, trabajar sin ganas, sin energía, cansados,
con sueño, aburridos, preocupados o apurados es realmente desagradable. Hasta
puede llegar a ser una verdadera tortura, sobre todo si lo hacemos por largos
períodos de tiempo… ¡a veces durante largos años!
Cuando estés
entusiasmado, «en lo alto», mantente allí. Y cuando estés «en lo bajo»… toma
una siesta. O haz algo para cambiar tu estado. Lo que puedes lograr cuando
estás «en lo alto» es mil veces más efectivo y beneficioso que lo que puedas
hacer con mucho esfuerzo estando fuera de tu centro.
Esther Hicks
Aunque no tengamos el hábito de dormir la siesta, todos
hemos experimentado alguna vez ese bienestar renovador que significa poder
descansar un rato por la tarde, tal vez después de la comida y despertarnos
renovados, despejados, dispuestos a volver a la actividad con nuevas energías.
No me refiero a esas siestas largas, de una hora o más, en
las que nos dormimos profundamente, sino a un descanso breve, de unos 20
minutos aproximadamente.
Claro que no todo el mundo puede dormir una siesta en su
lugar de trabajo. Pero por suerte hay otras actividades que nos devuelven la
energía y nos ponen en la mejor disposición para continuar luego con nuestras
tareas.
Qué hacer y qué evitar si queremos hacer mejor nuestro
trabajo
- Las
actividades aburridas o repetitivas pueden convertirse en un verdadero
suplicio, sobre todo si las llevamos a cabo pensando en cuánto nos falta,
enfocados todo el tiempo en terminarlas de una vez. Si fuera posible lo
mejor es evitarlas, pero lógicamente a veces estamos obligados a hacerlas.
Entonces lo mejor es practicar la atención plena. Cualquier tarea simple y
mecánica deja de ser aburrida si nos concentramos realmente en lo que
estamos haciendo, en cada detalle, en cada movimiento, en cada sensación
corporal. Podemos descubrir un inesperado bienestar en prestar completa
atención a lo que sea que estemos haciendo, por más aburrido que parezca
al principio.
- Hacer
las cosas apurados nunca es placentero. Y en esos casos el resultado de
nuestro trabajo tampoco será el mejor. La rapidez y la calidad rara vez
van de la mano. Además, si tenemos que tomar decisiones estaremos en
problemas porque es más probable que nos equivoquemos. Dentro de lo
posible lo mejor es trabajar con cierta lentitud o al menos a un ritmo
razonable. Que lo urgente no nos haga olvidar lo importante, que es
sentirnos bien.
- Es una excelente idea buscar inspiración en alguna lectura estimulante o en algún video de YouTube, como este: Cómo puedes ser feliz, según la Universidad de Harvard
Axel Piskulic
https://www.amarseaunomismo.com/la-siesta-y-otras-actividades-altamente-productivas/
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