EL ORIGEN DE LOS CONFLICTOS
Pregunta: Siempre termino envuelto en
dolorosos conflictos con mi familia, compañeros de trabajo, etc. Siento que
todos se empeñan en generarme algún tipo de problema o que simplemente quieren
iniciar una discusión. ¿Cómo puedo liberarme de estos conflictos?
Normalmente en medio de un conflicto tendemos a pensar que
el responsable del malestar emocional que podamos experimentar es «el otro».
Esto nos parece lógico porque así nos lo indica nuestro «sentido común». Pero
algo debe fallar en estos razonamientos si nuestra conclusión es siempre la
misma y al mismo tiempo ese «otro», al que responsabilizamos por el conflicto,
en todos los casos suele ver la situación exactamente al revés.
Si estuviéramos viendo una película de suspense en la que todos tratan de descubrir quién es el asesino, y la cámara nos dejara ver que en las diferentes «escenas del crimen» siempre estaba presente la misma persona, justo en el preciso momento en que tenía lugar cada muerte… lógicamente sospecharíamos que ese personaje es el asesino.
Bueno, te pido disculpas por una comparación tan
«truculenta», pero la reflexión a la que quiero llegar es que la única persona
que está siempre presente cada vez que nos vemos envueltos en un conflicto es…
uno mismo! Somos, por lo menos, el principal sospechoso de causar nuestros
propios conflictos, de provocar nuestro propio dolor.
La raíz de cualquier malestar emocional en realidad nunca
tiene que ver con otras personas. Si ahora nos sentimos mal emocionalmente es
por lo que nosotros estamos pensando ahora. Son nuestros pensamientos presentes
los que pueden hacernos sentir mal ahora, no las otras personas. Si lo que
hacen los demás nos afecta, si nos hacen sentir emociones negativas, la
solución está en nosotros, dentro nuestro, y no en cambiar a los demás, que por
otro lado es imposible.
Claro que sentiremos que son los otros los que nos causan
daño. Pero eso es simplemente un mecanismo de defensa. En realidad vemos
«afuera» eso que padecemos «adentro», y no podemos ver eso que nos hacemos a
nosotros mismos porque es algo que sucede de manera automática, inconsciente.
Este mecanismo psicológico se llama «proyección».
Te doy un ejemplo muy simple. Las personas que tienen una
opinión negativa de sí mismas tienden a desaprobarse continuamente, a
considerar que están siempre en falta, que son insuficientes de muchas maneras
diferentes. Bien, quienes padecen de ese cuadro de «baja autoestima» son muy
sensibles a la crítica o a la desaprobación de los demás. Y literalmente pueden
llegar a sentir que nadie las valora, que sólo las critican causándoles
profundo dolor.
Pero la solución sólo se alcanza si comprenden finalmente que la raíz del problema era la propia autocrítica. Es ahí donde uno se vuelve «inmune» a la crítica de otros y ya no hay ningún peligro de exponerse a las demás personas. Y es en ese momento que comprende que lógicamente los demás no lo criticaban todo el tiempo.
Los demás nunca nos dedican todo su tiempo y su
atención… están ahí, haciendo sus cosas, y de vez en cuando interactúan un poco
con nosotros y es ahí donde les asignamos un cierto sentido a sus palabras,
normalmente para justificar nuestras propias emociones.
Una última reflexión: cualquier dolor emocional puede
expresarse, cuando se comprende profundamente, en términos del propio mundo
interno, sin involucrar a otros. Y conocerse, aceptarse y quererse a uno mismo
es la clave para embellecer ese mundo interno… ese mundo interno que siempre
vemos reflejado en nuestras relaciones con los demás.
Axel Piskulic
https://www.amarseaunomismo.com/el-origen-de-los-conflictos/
Finalmente un video acerca de un crimen con esos detalles
importantes que normalmente pasamos por alto:
«¿Quién mató a Lord Smithe?»
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