GANAS DE HUIR Y DEJARLO TODO
Hay días en los que deseas escapar bien lejos y huir de
todos los problemas. Sin embargo, ¿es esa la mejor solución? ¿Qué deberíamos
hacer realmente cuando el peso de la vida se hace en ocasiones insufrible?
Decía con acierto
Antoine de Saint-Exupéry que la huida no ha llevado a nadie a ningún sitio.
Sin embargo, esta posibilidad es tentadora en infinidad de veces. Sobre todo,
cuando la vida aprieta, los problemas son muchos y ciertas personas nos agobian
o amenazan nuestro bienestar. Hay algo catártico en la imagen de nosotros
mismos tomando distancia de todos y de todo…
Sin embargo, detrás del deseo de huida hay realidades subyacentes que convendría atender antes de comprar un billete al azar a alguna parte. Porque por muchos kilómetros que dejemos atrás en nuestra escapada, los problemas seguirían pesando en la mochila.
Las escapadas desesperadas rara vez resuelven nada, más bien añaden cierta cuota de complicación a las cosas.No obstante, esto no quiere decir que en ciertos momentos de
nuestra vida podamos optar por un distanciamiento temporal de lo que nos rodea.
Tomarnos uno, dos días o una semana entera para reflexionar resulta beneficioso
y reparador. Sin embargo, decidir
abandonar de manera definitiva todo aquello que conforma nuestra vida es un
acto arriesgado que es necesario meditar.
Hay estrategias que pueden servirnos de ayuda cuando este
sentimiento nos atenaza. Detrás de nuestras ganas de huir suele estar el
aburrimiento y una realidad falta de estímulos.
Aspectos en los que reflexionar cuando tienes ganas de
huir
Cuando tienes ganas de huir siempre hay una o varias razones
que te empujan hacia ese deseo. La idea de abrir la puerta de casa y de poner
un pie delante de otro para dejarlo todo atrás te parece tentadora. Sin embargo, tenlo claro, porque la distancia no siempre disipa el malestar
interno, la infelicidad que carcome, la angustia que apaga
las ganas y la esperanza.
Lo cierto es que el cerebro usa esta imagen como recurso catártico para reducir el estrés. Es
un mecanismo mental común: fantasear sobre ciertas ideas que nos generan alivio
y hasta bienestar. Liberamos endorfinas y serotonina solo con imaginarnos en un
escenario diferente, plácido y seguro en el que no están presentes los desafíos
y los problemas que nos atenazan aquí y ahora.
En esas circunstancias es preferible llevar a cabo una serie
de pasos. Ser capaces de darnos un tiempo de reflexión antes de tomar una
decisión precipitada puede evitarnos más de un arrepentimiento.
En ocasiones, huir solo pone una pausa al problema que
nos atenaza. Es más, dejarlo todo puede poner en jaque nuestras relaciones y
derivar en posteriores arrepentimientos.
1. Indaga qué motiva ese deseo
Hay quien siente el indescriptible deseo de dejarlo todo y
marcharse. Sin embargo, cuando le preguntamos por la razón que motiva esa idea,
no siempre puede clarificar en detalle qué orquesta dicha necesidad. A veces acumulamos toda una concatenación de
problemas, decepciones, miedos, ansiedades e incertidumbres que cuesta explicitar. Sin
embargo, es recomendable desgranar en detalle qué hay detrás de ese nudo de
malestar que nos provoca querer dejarlo todo.
Reflexionemos en ello, cojamos papel y lápiz y hagamos un
pequeño esquema sobre todo lo que se apelotona en la cabeza y que nos quita la
calma.
Es interesante saber que las ganas de huir no dejan de ser
una forma de evitación experiencial. Es decir, en lugar de afrontar lo que nos
atosiga, se opta por dejarlo todo. Un estudio destaca
que detrás de estas situaciones están
los trastornos de ansiedad.
2. Tómate un tiempo para ti mismo (sin necesidad de
dejarlo todo)
Necesitas un paréntesis, poner distancia, darte un respiro,
separarte un poco de tu vida cotidiana… Todo ello es respetable y del todo
comprensible. Siempre puedes darte
unos días para ti mismo en soledad si así lo necesitas. Ya sean
unas vacaciones o pasar un tiempo en casa en soledad puede ser beneficioso.
Durante ese periodo de distanciamiento (que no de huida) lo
más recomendable es practicar el autocuidado. Descansa, relájate, practica tus aficiones, conecta contigo mismo.
Seguidamente, debes dar paso a la búsqueda de soluciones
ante aquello que te preocupa y te insta a querer dejarlo todo. Piensa qué puedes hacer, clarifica estrategia
de afrontamiento y no de escape.
3. Si sientes ganas de huir, quita presión a tu vida e
inicia nuevos proyectos
Si las ganas de huir te queman en los pies y te hacen
fantasear en dejarlo todo y echar a correr, date un tiempo antes de tomar esa
decisión. Siempre será mejor intentar nuevas estrategias antes de caer en un
error, del que arrepentirte por una mala decisión. La puerta siempre estará
abierta para ti, pero procura antes darte otra oportunidad.
Una estrategia que puedes llevar a cabo es la de hacer
cambios en tu vida que te permitan adelgazar presiones. ¿Qué tareas, costumbres
o actividades te estresan y puedes dejar atrás? Clarifícalo y hazlo. Ahora,
pregúntate lo siguiente: ¿qué
relaciones te aportan bienestar y cuáles te traen infelicidad y estrés? Tal vez sea el
momento de hacer cambios drásticos.
Por otro lado, también es beneficioso ponerte nuevas metas
en el horizonte e iniciar nuevas actividades. En ocasiones, los pequeños cambios traen consigo grandes ventanales de
oportunidades y de ilusión. Inténtalo.
A veces, sentimos ganas de huir corriendo porque nada nos
motiva y porque las personas que nos envuelven nos traen más estrés que
ilusión.
En lugar de huir y dejarlo todo, siempre será recomendable
hacer algunos cambios en nuestra vida y ver qué pasa tras ello.
¿En qué circunstancias sí es recomendable alejarnos y
dejarlo todo?
Tal y como hemos señalado, por término medio, el hecho de
escapar de lo que nos rodea no siempre soluciona nuestros problemas. Lo ideal
es desarrollar estrategias para encarar lo que nos quita el ánimo, las ganas y
la ilusión. Al hacerlo, nos sentiremos más competentes y percibiremos un mayor
control sobre nuestras vidas.
Por tanto, en lugar de escapar, siempre será mejor encarar.
Ahora bien, ¿hay alguna circunstancia en que sí sea acertado cerrar una puerta
tras nosotros y poner distancia? La respuesta evidente es sí. En caso de ver que nuestra integridad física
y psicológica está en riesgo, siempre será recomendable alejarnos de ese foco
amenazante.
Por último, y no menos importante, no dudemos en solicitar ayuda experta en caso
de que nos sintamos demasiado abrumados. Hay épocas en nuestra
existencia en las que, casi sin saber por qué, la mente solo anhela dejarlo
todo. Si ese sentimiento es una constante, contactemos con un profesional
especializado.
Quien huye, al fin y al cabo, se lleva como compañero de
viaje a sus sufrimientos de siempre. Pongamos solución a ello.
https://lamenteesmaravillosa.com/que-hacer-cuando-tienes-ganas-huir-dejarlo-todo/
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