¿QUÉ ES Y QUE
NO ES IMPORTANTE EN LA VIDA?
Cuando uno medita, piensa y siente lo que significa
la vida, lo que significa vivir la vida y todo lo que conlleva de conocimiento
y aprendizaje ese vivir, uno se va dando cuenta que a medida que madura va
cambiando su escala de valores y en ese madurar uno va siendo cada vez más
consciente de que lo único que merece la pena es el amor, los afectos y el
cariño, que consigues dar y recibir de tus seres queridos y de cuantos te
rodean y que todo lo demás es simplemente accesorio.
La felicidad es un concepto sobrevalorado e hinchado
a lo largo de nuestra historia emocional. Hemos creído que debía instalarse a toda costa en
nuestra vida, de lo contrario seríamos unos fracasados. Nos han contado que
otros son felices, que el vecino lo es, que nuestra amigo lo es. Y nosotros
apoyados en el marco de la puerta esperando que nos lleguen al menos las
migajas de los demás.
La realidad es otra muy distinta. Nadie es feliz.
Nadie lo es, al menos, como nos han dicho que hay que serlo. Siempre y en
todo momento. Con destellos de magia a raudales y con el sabor dulce permanente
en nuestros labios y encima nos dicen que no es feliz el que no quiere, que la
felicidad está al alcance de la mano, es decir nos siembran un sentimiento de
culpabilidad por no ser felices, con lo que en numerosos casos nos sentimos
frustrados y miramos mal a quien nosotros pensamos que es feliz.
La felicidad tiene más que ver con los momentos
puntuales. Con la alegría, con el entusiasmo, con la ilusión, con hacer, con
sentir, con ser uno mismo, en definitiva con llevar la vida que deseamos llevar
y no la que nos dicen que llevemos los demás.
La felicidad es como el D.N.I. personal e
intransferible, lo que a un ser humano le sirve para ser feliz, es muy posible
que no le sirva a otro, porque cada uno sentimos, pensamos y hacemos diferente
a los demás, la felicidad de un ser humano no se puede pasar a otro, cada ser
humano debe trabajar y esforzarse para ser feliz en su propia vida, nadie puede
ser feliz a través de la felicidad de otro o de la vida de otro, la clave está
en el AUTO-CONOCIMIENTO que es quien nos proporcionara en cada
momento lo que necesitemos para construir nuestra propia felicidad.
La
felicidad es ese tiempo que atrapas en la memoria y que no muere nunca.
La caricia del instante que perpetuarías una vida.
El beso que no olvidas.
El abrazo que te llena de fuerza.
Las palabras que evitan las lágrimas.
El susurro del gozo de una canción.
El vaivén del aroma que te gusta.
Una almohada recién estrenada.
El roce con otra piel.
La copa de la que bebe un sorbo delicioso.
La mirada que te lleva al fondo del alma.
Si cambiamos el concepto de felicidad para
convertirla de irreal en posible, entonces seremos felices. Todo está en
valorar lo que se tiene, en no en lamentarnos por lo que no tenemos, en
crear posibilidades, en inventar recursos, en idear momentos mágicos, en estar
receptivos a lo que venga y en cuidar y no dejar marchar lo bueno que tenemos
que a buen seguro es mucho.
Me gusta ser feliz, como a todos ¿A quién no, verdad? Pero cada vez acoto más las palabras que digo.
Cada vez soy más cuidadoso con lo que escucho.
Cada vez soy menos exigente con las personas pero
más selectivo.
Cada vez pido menos pero valoro más lo que recibo.
Cada vez estoy más por compartir que por exigir, con
dar más que recibir.
Cada vez soy más feliz con menos y estoy más
convencido de lo que quiero.
Cada vez más seguro de lo que no quiero, de quien o
quienes necesito a mi lado y quien o quienes debo dar de baja en mi vida.
Cada vez sé más lo que necesito y con lo que no me
quiero quedar.
Cada vez siento más lo que me llena y lo que me
vacía.
Cada vez soy más consciente de lo que quiero hacer y
de lo que no haría jamás.
Cuando uno a medida que crece, va teniendo más
conocimientos y más convencimientos de lo que es y lo que no es en su vida, no
me cabe la menor duda que ese proceso de crecimiento es la puerta de entrada
para comenzar a ser feliz.
Cuando seamos conscientes que dentro de nosotros hay
algo que sabemos, pero sin saber que lo sabemos, entonces cuando sepamos eso
que no sabemos, que sabemos, es cuando cambiaremos
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