No
buscamos el éxito por sí mismo, buscamos la paz de haber llegado y
no sentir que nos queda nada pendiente. La
sensación cálida de haber demostrado y haber hecho todo lo posible,
la medalla de haber llenado el vacío inmenso de no aceptarnos y sin
embargo ser aceptados por otros al contemplar nuestros logros…
Buscamos
dibujar en el camino lo que no sabemos construir dentro de nosotros y
nos engañamos diciéndonos que esta vez será suficiente cuando
sabemos que nunca nos basta… Porque el agujero por llenar en
nuestro interior se hace más grande a medida que más nos esforzamos
por mostrar al mundo que el agujero no existe…
Cuánto
más queremos demostrar que nada nos asusta, mayor es nuestro miedo.
Cuánto más perseguimos lo que pensamos que nos hará felices, más
lejos estamos de lo que realmente nos colma porque más nos alejamos
de nosotros mismos… Cuánto
más brillante es la medalla que nos colgamos en el cuello más pesa
la necesidad de conquistar otra mejor para calmar la sed de
reconocimiento…
No
nos engañemos, no vamos a parar nunca porque siempre habrá algo más
grande que conseguir y un lugar más hermoso que conquistar.
Y está bien encaminar nuestros pasos hacia ello, siempre que nos
demos cuenta que eso que buscamos no somos nosotros. Que no
dependemos de si llega o no llega…
Que
con o sin llegar a la meta merecemos nuestro amor, nuestro
reconocimiento, nuestra aceptación incondicional y absoluta.
Un
día me di cuenta que era adicta a mis sueños. Que los usaba para
evitar quedarme sola conmigo misma, que no soportaba al ser que era
sin hacer, sin pelear por algo, sin conquistar retos… Perseguía
imposibles porque la realidad me aturdía, me asqueaba.
Tenía
la cabeza en el futuro porque no soportaba este momento conmigo...
Con un ser que todavía no había demostrado nada ni alcanzado sus
metas, con un ser que yo percibía a medias y sin credenciales, sin
galardones, sin que todavía hubiera demostrado que merecía lo que
deseaba…
Me
obsesioné con lo que soñaba porque no podía soñar con lo que ya
era, porque no encontraba la magia en mi vida y me sentía vacía… Me
enganché a mis sueños para evitar el terror de vivir el presente a
solas, conmigo, desnuda, vulnerable, desamparada, sin brillo…
Porque pensaba que si no hago nada digno, no soy digna…
Por
eso tuve que soltar
la necesidad de conseguir mis sueños y quedarme a vivir en mí
misma. Notar
el dolor de ser yo sin paliativos, de vivir en un ser que cree que
nunca podrá volar porque no merece alas… Para vivir este miedo a
que nunca nada sea como deseo porque lo que soy no me parece
suficiente y me decepciona…
Tuve que soltar
a la persona que anhelaba ser para descubrir quién era. Para vivir
conmigo un tiempo y cogerme cariño y empezar a aceptarme y
respetarme sin medallas, sin logros, sin deseos… Tuve que dejar de
soñar para vivir y tal vez luego empezar a soñar desde otro lugar
donde los sueños se merecen… Donde las cosas se encuentran y no se
buscan.
Tuve
que dejar de buscar para encontrar...
Para ser primero de las personas que no esperan sino que viven en paz
mientras lo que necesitan llega, que salen al encuentro y no
desesperan desde la angustia… Tuve que dejar de ser de esas
personas que creen que nunca hacen suficiente para descubrir que soy
un ser en equilibrio que confía en sí misma…
A
veces, creo que esa es la gran prueba… Que
llegamos para superar la incertidumbre Para sobrellevar la
desesperación. Nos
mordemos la cola hasta que nos damos cuenta que con tanto exigirnos
llegar sólo hacemos que poner obstáculos en el camino…
No
hay nada más allá de ti. Sólo estás tú.
Lo que parece que eres tú ahora no es más que lo que te inventaste
para poder soñar que escapas, para huir de lo que te asusta. Y la
única solución para que el dolor pare, para que la noria que da
vueltas en tu cabeza deje de girar sin compasión es pisar tu miedo,
besar tu sombra más oscura, abrazar tu vulnerabilidad y dar un paso
más hacia lo que no conoces.
La única forma
de salir de la incertidumbre es dejarse engullir por ella y bailar.
Asumir que va a acompañarte siempre, que va a tocar tus talones y
morder tus uñas… Y que cuánto más intentes huir de ella más te
esperará en la esquina, más cercará el camino, más insistirá en
dormir a tu lado cada noche.
La
única forma de encontrar lo que deseas es dejar de buscarlo con
desesperación y prepararte para abrazarlo desde la calma… Aceptando
lo que es para poder adaptarte a lo que llega… Quedarte un buen
rato a solas contigo, con esa persona que eres ahora mismo y que
tiene las manos vacías y amar esas manos vacías tanto que no las
necesites llenas… Amar
lo que eres ahora para dejar de vivir pendiente de lo que puedes
llegar a ser…
Soltar
lo que sueñas para empezar a vivirlo desde ti… Dejar de exigirte y
aceptar lo que hay en ti… Abandonar tus sueños sin miedo para
vivirte a ti desde dentro… Porque tú eres tu gran sueño.
Dejar
de buscar para poder encontrar porque llevas tanto tiempo en modo
búsqueda que no te has dado cuenta que ya has llegado y ya eres lo
que deseas…
Mercè
Roura
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